Juan falleció en octubre de año pasado a la edad de 17 años tratando de cruzar la frontera hacia Estados Unidos. El “coyote” les pedía a los amigos del menor que lo "ahí lo dejaran" luego de presentar síntomas de hipertermia, pero no lo abandonaron y buscaron el apoyo de la Patrulla Fronteriza, pero fue demasiado tarde.
Luis García Barrón, director del Instituto de Atención y Protección al Migrante, dijo que al ser notificada la familia del suceso, comenzó el calvario porque iniciaron las pruebas de ADN, las cuales se llevan un tiempo considerable.
Mamá luchó por identificar a su hijo y repatriar el cuerpo
Los trámites para repatriar el cuerpo eran de hasta 10 meses pero lograron reducirlo a 3 meses, y ahora ya fue sepultado en Rodeo, Durango, de donde era originario.
García Barrón dio a conocer que la familia hizo el análisis de la información genética en la frontera con los Estados Unidos en lugar de hacerlo en Ciudad de México para que se enviara a las autoridades americanas para comparar los datos con la identidad de Juan.
“La señora vino a darnos las gracias. Ya lo vieron. Y ahora lo que toca es el apoyo psicológico que desde el Instituto se la va a estar dando, a cerrar el círculo, porque era zozobra porque no estaban seguros. Me dijo ella: ‘hasta que no vi a mi hijo, fue cuando descanse’. Ahora es un asunto diferente que canalizarán al departamento de piscología”.
Explicó que por las condiciones de la muerte, las familias se dividen, por eso que se les ofrece atención psicológica para llevar el proceso de duelo acompañados.
Sobre el trayecto, García Barrón dijo que se conocen poco de los datos sobre la travesía, pero que en el momento de ya estar en suelo americano, perdió la vida poco después.
“No duró mucho caminando, en cuestión de días y el desenlace fue trágico, y fallece”.
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