En la Zona Metropolitana de Ciudad de México (ZMCM), que incluye a la capital y a 18 municipios del Estado de México, se realizan al día más de 48 millones de viajes, un aumento notable comparado con los 29.1 millones de 2015, de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Los traslados toman en promedio más de una hora y predominan los trayectos largos sobre los cortos, según la misma autoridad. Eso quiere decir que la mayoría de las personas vive lejos de sus trabajos y escuelas.
Un estudio publicado por The Economist Intelligence Unit en 2015 muestra que en Ciudad de México se registran dos vehículos por cada nacimiento. En 2017 se registraron un total de 9 millones de coches, y según el doctor Carlos Gershenson —que trabaja de planta en el Departamento de Ciencias Computacionales y participa como investigador en el Centro de Ciencias de la Complejidad de la UNAM (C3)—, para 2020 las cifras alcanzarán los 11.5 millones.
El índex de tráfico TomTom nombró a Ciudad de México como una de las más congestionadas de todo el mundo, se estima que 71 por ciento de los traslados suceden dentro de las ciudades y que una persona en promedio pasa 227 horas al año en algún medio de transporte.
En los años 20 los automóviles redujeron los tiempos de traslado y optimizaron la conectividad. Para los años 50 los científicos y urbanistas se dieron cuenta que la planeación urbana estaba años atrás de los avances tecnológicos.
Las grandes ciudades de hoy son el reflejo del desfase entre la infraestructura y la tecnología. Se sufre de una movilidad insuficiente y de aire contaminado. En lugares como Manhattan los automóviles gastan 40 por ciento de su gasolina en encontrar espacios de estacionamiento, afirma el cofundador de Biomega, Jens Martin Skibsted.
En CdMx aquellos que son usuarios del trasporte público saben que la demanda es mayor que la oferta y que los servicios no son del todo eficientes.
PLANES PÚBLICOS
Tanto los gobiernos como la iniciativa privada han comenzado a tomar cartas en el asunto. Por parte de las autoridades destacan las siguientes tendencias:
1. Jerarquización: invertir el orden de la pirámide y dar prioridad a los peatones en lugar de ampliar la infraestructura para los automóviles. Esto quiere decir que los nuevos proyectos y planes para mejorar la movilidad urbana, tienen como objetivo final a los usuarios de transporte público.
2. Cultura preventiva: los accidentes de tránsito, de acuerdo con el Inegi, son una de las 10 principales causas de muerte en el país. Por este motivo se han concentrado esfuerzos para difundir la cultura del peatón y el manejo responsable.
3. Optimizar diseños: sobre una infraestructura ya existente, muchas veces simples modificaciones pueden hacer una gran diferencia. Un ejemplo de ello son las cintas de color que se han colocado sobre las plataformas del Metro para agilizar la entrada y salida de los usuarios.
Desde la iniciativa privada, la llegada de servicios como Uber, EasyTaxi, Cabify, BlaBlaCar, Waze, Carrot, Rappi y Econduce, entre otras, son un claro ejemplo de que la tendencia apunta hacia un transporte compartido, flexible, que haga el uso de las nuevas tecnologías y el Big Data.
Estas compañías han crecido de forma exponencial en Ciudad de México en los últimos años y con seguridad aún quedan muchas por llegar. En un par de años la experiencia de la movilidad en la CdMx podría ser completamente distinta.