Ostok, el santuario animal más grande de México, ubicado en la sierra sinaloense del municipio de Culiacán, celebró su segundo aniversario con la liberación de aves en su hábitat natural, así como con la exitosa rehabilitación y posterior liberación de tigres de Bengala.
Andy Soo, médico veterinario del lugar, explicó que se liberaron tres especies: un Águila Cola Roja, un Cara Cara (ambos animales carnívoros) y siete Urracas. Estas especies son endémicas de la región y fueron liberadas tras un riguroso procedimiento para garantizar su supervivencia en el mundo silvestre.
“Todas las aves que han sido rehabilitadas, muy importantes son aves de la región, y se les hacen algunas pruebas donde nos aseguramos que sepan cazar, que sepan buscar alimento, que sepan defender, y muy importante que sepan volar. Tenemos que hacer una exploración física y asegurarnos que están en el mejor estado de salud, que no tienen lesiones, que puedan impedir parte del comportamiento natural, y así asegurarnos que pueden sobrevivir en vida libre”, señaló.
Hace dos años, el santuario animal Ostok comenzó sus operaciones en Culiacán, Sinaloa, con el propósito de proporcionar un espacio adecuado para Big Boy, un elefante que vivió más de 30 años en un circo hasta que una ley prohibió su explotación en espectáculos circenses con animales.
Desde entonces, el santuario ha rescatado, rehabilitado y devuelto a su hábitat a más de mil animales de diversas especies, provenientes de varios países del mundo. En esta ocasión, la celebración incluyó una boda simbólica entre Big Boy y Bireki, otro elefante que también fue rescatado de un circo debido a la misma ley.
“Trabajamos primero en conseguirla y después en adaptarla para que ellos vivan juntos y pues que Big Boy tenga una vida, pues digna, con una pareja de su especie” explicó Ernesto Zazueta, presidente de la Asociación de Zoológicos de México.
Además, se trasladaron 12 tigres de bengala que estaban en el área de rehabilitación del santuario Black Jaguar, White Tiger. Estos tigres se encontraban en condiciones que ponían en peligro su vida, pero ahora han sido "liberados" en un espacio acondicionado de 15 mil metros cuadrados, donde convivirán con otros felinos de su misma especie.
El santuario nació con el objetivo de brindar una nueva oportunidad de vida a Big Boy, pero se ha convertido en un símbolo mexicano reconocido en todo el mundo por su lucha en el rescate de especies decomisadas, en peligro o rescatadas, como es el caso de los más de 150 hipopótamos que amenazan el hábitat de Colombia.
Ostok ahora tiene como nueva meta brindar una nueva etapa de vida a estos hipopótamos colombianos, atrayendo 10 de ellos a México y vinculando otros 60 a la India, donde serán devueltos a su hábitat natural.
“Pues vamos por más, por ejemplo, vamos a Colombia a tratar de ayudar. Estamos en la gestión, nos falta un documento con el gobierno de Colombia y ya de ahí a hacer la captura y traérnoslos” señaló.
En cuanto al tiempo que esto pueda demorar, se estima aproximadamente un mes y medio, dependiendo de la burocracia colombiana y el proceso de captura y traslado.
MO