Destacando elementos como “conceptos residenciales únicos en la región para vivir en armonía familiar”, “proyectos con estilo urbano vertical” e “infraestructuras icónicas”, calificando el vivir en departamentos como una experiencia “emocionante y vibrante”. Esas son solo algunas frases con las que se intenta vender el concepto de vivir en departamentos que van desde los 2 hasta por arriba de los 20 pisos de altura.
¿Necesidad, comodidad, moda o estatus? Para el arquitecto lagunero Mario Alberto Talamás Murra, de MTM Taller de Arquitectura, el tema de la verticalidad tiene una visión histórica y que hoy se tiene que analizar desde un ángulo 360, en donde tiene que existir autorregulación, con planes urbanísticos que se respeten, usos de suelo e infraestructura, complementado con servicios.
Con el sello de la educación jesuíta, destaca su preocupación por la comunidad con un sentido crítico en su quehacer profesional y personal, con su experiencia de más de treinta años de ejercicio profesional en casas habitación, así como proyectos de torres con vocación comercial, residencial, corporativa, hotelera y de la salud, refiere casos como el de Guadalajara, en donde por el crecimiento de la ciudad, los requerimientos de densificación en zonas céntricas se han elevado y los costos de terrenos se han encarecido, sin embargo, señala, cada región tiene su historia.
En el caso de Torreón y La Laguna, donde se tiene mucho terreno plano y pareciera tener un gran potencial de crecimiento en su tamaño, ya enfrenta algunos problemas de especulación.
“Pareciera que es bueno el crecimiento expandido, pero es todo lo contrario, porque las ciudades necesitan infraestructura y eso es costoso”.
Idea de vivienda vertical ya había fallado en Torreón
Talamás Murra hace un recuento de la historia que ha vivido Torreón, que nace como una ciudad en donde toda la actividad se ubicaba en la zona Centro, en donde además de casas hubo edificios, los comercios se localizaban en la planta baja y la zona habitacional en la segunda; se atendían los negocios y la gente se conocía.
El diseño de banquetas permitía caminar hacia la plaza, la iglesia, el cine, el café, las tiendas, ferreterías, teniendo su mejor época en los años cincuenta, desde la calle Múzquiz hasta la Alameda.
Las construcciones en vertical se reflejaban en edificios como el Hotel Río Nazas, Edificio Monterrey, el hotel Elvira (Palacio Real), entre otros, pero la gente comenzó a salir del Centro Histórico hacia los nuevos desarrollos como Torreón Jardín y San Isidro, después llegaron modelos como el de Campestre La Rosita, con el objetivo de darle valor a la tierra, se han hecho múltiples fraccionamientos, provocando un fenómeno al paralelo.
“Yo proponía construir torres de departamentos, pero frente a casos aislados que se construyeron en los noventas, los cuales no se vendían tan aceleradamente, se generalizó la idea de que este modelo no funcionaba en Torreón; sin embargo, no funcionaba no porque quizás estaba caro, mal hecho o por quién estaba detrás de dicho proyecto”.
Implan, sin "garra" y facultades para imponer planes
“Cuando se comienzan a hacer las torres, todo el mundo quiere hacerlas; ahora vamos a inundar la ciudad y el día que no se vendan, van a decir que no funcionan en Torreón. Todo debe ser autorregulado, en base a reglas y normas urbanísticas”.
“Un plan de desarrollo sienta las bases para que el inversionista sepa dónde puede construir, hacia donde se debe dirigir el desarrollo. Pero tenemos planes en la ciudad que muchas veces no se cumplen. Si hay planes, pero por un lado no se respetan”.
Talamás Murra señala que, “tenemos un Implan que está muy bien estructurado, pero le falta garra y facultades para que se ejecuten. Han hecho un muy buen trabajo documentado, pero me parece que le falta fuerza”.
“La tendencia mundial en urbanismo es que las ciudades se densifiquen y que tengan variedad de usos mixtos, que comulguen entre ellos, donde convivan hotel, comercio, restaurantes, gimnasio, oficinas y un parque, en donde los coches estén en segundo plano, son imán para los inversionistas”.
Pros y contras de la vivienda vertical
Esto tiene que ver con la edad, estado civil o el momento que vive la persona o la familia. Talamás Murra señala que en la actualidad el mercado está más fragmentado. Explica que hay quienes viven con sus perros, hay jóvenes que no requieren espacios grandes en convivencia con otros de su misma edad que inician su vida independiente, un matrimonio de edad adulta, ya sin hijos.
Asegura que se tiene que analizar desde una visión de 360, “es decir, en esto influyen temas económicos, en lo social, pues el lagunero no está acostumbrado a convivir en torres por el ruido de los vecinos y sus fiestas".
“En este sentido tenemos que avanzar como ciudad ya que estamos en pañales. Mucho tiene que ver con la regularización. Si se regulara el uso de suelo, usos mixtos, se verían más soluciones”.
Refirió casos en el estado de Jalisco, que se encuentra regularizado a tal grado que son más exigentes en el cumplimiento de las reglas de convivencia, que hace viable que se rescinda el contrato si se incurre en la realización de fiestas, lo que genera certidumbre jurídica y de convivencia a los inversionistas.
“Es necesario que cambiemos nuestras estructuras de convivencia, pero se tiene que habilitar una estructura legal de por medio, porque de buena voluntad o de amigos, ya no aplica”.
Terrenos son más caros
Ante la demanda en la construcción de torres de departamentos, los terrenos en Torreón se han encarecido, tanto en la zona Norte así como en el Centro.
“No sé si sea moda o estatus, aunque también es por necesidad, ya que hay fenómenos sociales, para atender la demanda de personas divorciadas. Lo cierto es que también hay casos positivos, en donde se forma una comunidad entre los habitantes del edificio”.
“Esto nace porque los proyectos están bien pensados, no sólo en lo económico, sino hacia quien va dirigido. Sea como inversionista que compra un departamento como aspecto patrimonial; los jóvenes que viven ahí o que lo van a rentar también. Recién casados y jóvenes en solitario que buscan vivir cerca de la casa de sus padres”.
Temas como la basura y el agua, ¿cómo se atenderían?
Para Gerardo Ramos, desarrollador, es necesario que estos proyectos se ubiquen en zonas donde no haya problemas de suministro de agua y en lo referente a la basura, que se maneje una especie de túneles ocultos, donde los inquilinos podrán depositar su basura, que caerá directo en contenedores que recogerán camiones del servicio de recolección.
Datos proporcionados por la Canadevi Laguna indican que cuando una zona metropolitana llega a un millón de habitantes se empieza a verticalizar.
“Ya vamos tarde, tenemos un millón 400 mil habitantes y definitivamente la vivienda vertical va a continuar”.
Al respecto José Piña, presidente de este organismo, señaló que no hay un presupuesto que alcance para seguir creciendo la ciudad, por lo que aseguró que se tiene que verticalizar.
Norte de Torreón con 83% de crecimiento
José Antonio Ramírez Reyes, director general del Instituto Municipal de Planeación de Torreón (Implan), de acuerdo al Censo de Población y Vivienda que genera el INEGI, al 2020 existen mil 516 departamentos en edificios.
“En los últimos tres años se ha visto un incremento de 90% en la zona Norte, lo que indica que donde existe un crecimiento acelerado es en el área de Las Villas, la Universidad Iberoamericana, Senderos y el TSM".
La zona Centro también ha tenido un crecimiento en la oferta de departamentos, en donde dijo, la tasa de crecimiento en los últimos años se ubica en 13.44%. Hay proyectos en torno al Bosque Venustiano Carranza, así como en la zona Centro.
Zona Centro también busca sumarse a la vivienda vertical
El director del Implan señaló que se han propuesto planes enfocados a donde ya se tiene infraestructura, equipamientos, parques, como lo es en el Centro.
Ramírez Reyes recordó que en el Plan del Centro Histórico se tienen identificadas dos áreas para impulsar la vivienda vertical.
“Los corredores de la Hidalgo y la Juárez, desde la Donato Guerra hasta Ildefonso Fuentes, ya que no son áreas en donde exista una fuerte oferta de negocios, lo que facilita la convivencia. Por otro lado hay un sector de la población que apuesta por vivir en el centro, cerca de la Alameda, restaurantes y bares sobre la Colón y funcionarios que quieren vivir cerca de sus centros de trabajo, por ello los factores del auge son multifactoriales".
aarp