¿Qué piensas cuando escuchas la palabra hacker? Probablemente en un criminal, capaz de acceder a cualquier equipo y sistema para controlarlo y así robar información, chantajear a alguien o hacer prácticamente lo que quiera. Sin embargo, un hacker hace mucho más que eso.
Tal es el caso de Kevin Mitnick, quien hasta hace algunos años, era uno de los hombres más buscados del FBI. Ahora, utiliza sus habilidades para mejorar la ciberseguridad y proteger a los usuarios de internet, contó en conferencia durante Talent Land, que se realiza en Guadajalara, Jalisco.
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La primera vez que Mitnick se hizo llamar hacker, fue cuando robó las constraseñas de su escuela; pero sin duda uno de sus trabajos por el que es más reconocido es por su hazaña de conseguir el código fuente de un teléfono de Motorola.
Al conocer de un nuevo teléfono que uno de sus compañeros de trabajo en un despacho de abogados le había enseñado, Kevin, quien en ese entonces se hacía llamar Eric Weiss para despistar al FBI que ya lo perseguía, se propuso conocer el código fuente.
Y la manera en lo logró, fue de lo más fácil e inverosímil. Llamó por teléfono al corporativo de Motorola y se hizo pasar por alguien de informática y dijo que necesitaba hablar con la gerente de proyecto. Tras varios intentos y luego de contactar a diferentes personas, Mitnick logró comunicarse con la encargada quien le facilitó el código utilizando la cuenta privada del jefe de seguridad de Motorola.
>> Condenado a no tener acceso a la tecnología
Mitnick fue tan habilidoso en su tiempo como hacker “ilegal” que al ser capturado y enfrentar su condena de cinco años en prisión, el juez lo puso en confinamiento solitario durante ocho meses, sin acceso a ningún tipo de tecnología más que un teléfono alámbrico. El fiscal convenció al juez de que si Mitnick tenía acceso a un teléfono celular él podría acceder al Mando Norteamericano de Defensa Aeroespacial (NORAD por sus siglas en inglés) y lanzar un misil nuclear. Algo que es mucho más complicado.
En la actualidad, libre de los cargos y de la prisión, Mitnick sigue hackeando con una gran diferencia: ahora lo hace para mejorar los servicios de ciberseguridad entrando a sitios y revisando sus fallas para hacerlos más seguros.
Sin embargo, a pesar de haber hackeado más de 40 empresas exitosamente, Mitnick atesora aquella vez que atacó autoservicio de un McDonald’s para regalar las órdenes a los clientes que pasaban en su coche.
mrf