¿Cuánto estás dispuesto a pagar por una taza de café? Probablemente no más de 30 pesos. Pero qué pensarías de que aquello que das por sentado todas las mañanas en realidad debería costar casi 120 pesos. Esta cantidad aseguraría un trato justo a toda la cadena de producción, desde los productores hasta el barista que lo preparó.
Justo de eso va el documental Una taza de café de seis dólares (A six dollar cup of coffee), hecho por Alejandro Díaz San Vicente y Andrés Ibáñez y el cual se presenta en el Festival de Cine de Guadalajara, en la sección de cine culinario.
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Ambos documentalistas, que estrenaron su ópera prima en conjunto, contaron a MILENIO que la realización del documental fue mucho más difícil de lo que habían imaginado, pues un proyecto que habían pensado para poco más de seis meses se extendió cinco años. Y es que tenían que seguir el ritmo de trabajo de una comunidad indígena chiapaneca que se dedica a cultivar, procesar y comercializar su propio café.
“Nunca nos esperamos encontrar esta cooperativa que tiene un modelo alternativo de hacer las cosas. Que tiene un espíritu de lucha y que para ellos el café no es una molida o un producto, es identidad, es una manera de defender lo que es suyo”, dijo Alejandro en entrevista telefónica.
Una taza de café de seis dólares cuenta la historia de la cooperativa Yomol A’tel, conformada por habitantes de una comunidad tzeltal de Los Altos de Chiapas que aprovecharon su estilo de vida como productores de café para aprender las técnicas de tostado y comercialización de los granos mexicanos para hacerse cargo del proceso completo del café.
“Sí cambiaron sus vidas, pero la verdad es que es muy difícil de percibir si están ganando más dinero o no. Es un cambio muy difícil de hacer y muy tardado. Hay que romper esquemas de muchísimas maneras y es muy difícil evaluarlo en un corto tiempo”, dijo Andrés, quien comentó que él espera que el cambio se dé a través de las generaciones, algo que ya está sucediendo con los hijos de los productores que ya se han involucrado más con el proceso de tostado e incluso con el área de mercadotecnia o administración.
El objetivo del documental es resaltar no sólo el modelo alternativo que siguen los de la cooperativa Yomol A’tel, sino también mostrar cómo un proyecto que apuesta por el desarrollo social sobre el comercial puede ayudar a las comunidades indígenas a aprovechar sus conocimientos para mejorar su calidad de vida y que el café barato no beneficia a nadie, pues, indiscutiblemente, alguien de la cadena de producción saldrá perdiendo.
“Hablas de un ingrediente gastronómico que puede llegar a un refinamiento y México tiene toda la calidad mundial [...] Al final, el productor lleva muchísimo riesgo por la roya, por el clima, por todo lo que conlleva cosechar café. Si a su vez no están informados, es muy difícil que dejen de vender materia prima porque no tienen otras herramientas, como el precio del café. Están subordinados al coyote. Ahí está la injusticia, es cómo está hecho el sistema del café", dijo Alejandro, quien agregó que esta problemática no suele visibilizarse porque no "hemos sabido valorar lo que tenemos en la mañana todos los días”.
Una taza de café de seis dólares hará un recorrido por el circuito de festivales de cine y documentales antes de tener su estreno comercial en 2019, así que te recomendamos estar al pendiente de sus redes sociales para que te enteres de las próximas proyecciones y cambies tu manera de pensar sobre ese café que te cuesta 10 o 15 pesos, pues como dice Andrés, algo similar pasa con los cineastas: “al final de la cadena, los 50 pesos que pagaste por una taza, al productor le queda el 10 por ciento de ese total”.
A six dollar cup of coffee (trailer español) from Andres Ibañez on Vimeo.
mrf