Cuba se apronta a conmemorar el quinto aniversario de la muerte de Fidel Castro en la peor crisis de las últimas dos décadas, con un nuevo liderazgo al frente, ejercido por Miguel Díaz-Canel, y en medio del ascenso hacia el protagonismo político de las generaciones más jóvenes que hay en la isla.
Aunque el aniversario se cumplirá mañana, desde hace varios días los medios oficiales destacan el pensamiento de Fidel, en tanto los cubanos de a pie viven atenazados por una inflación incontenible y una especulación que ha disparado el costo de la vida hasta límites inimaginables.
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"Desde 2010, los precios de consumo han crecido en Cuba una media de 17.5 por ciento. En cambio, la variación acumulada (en septiembre) se situó en 59.66 por ciento (58.46 por ciento en agosto) y la variación interanual alcanzó el 63.33 por ciento (62.87 en agosto)”, dijo la oficial Oficina Nacional de Estadística al evaluar el 90 por ciento del gasto de los hogares cubanos.
Se estima que el precio de la carne de cerdo, alimento preferido en la isla en las fiestas de fin de año y referente de los precios minoristas, podrían sobrepasar los 250 pesos cubanos por libra (aproximadamente 223 pesos mexicanos casi el medio kilo), lo que equivale a 10.41 dólares estadunidenses al cambio oficial y a 3.57 dólares al cambio en el mercado negro.
El peso cubano se cotiza oficialmente a 24 dólares y hasta 70 dólares en el mercado informal.
Llamamientos a recordar la efeméride luctuosa de Fidel Castro
“Velada por el 5to Aniversario de la Desaparición Física del Comandante en Jefe este 24 de noviembre, a partir de las 7 y 30 pm en la Casa de la Federación Estudiantil Universitaria”, dice una de las convocatorias oficiales al recuerdo.
Por las medidas de seguridad adoptadas, es probable que a ese acto asista el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, que en 2018 asumió el liderazgo nacional en sustitución de Raúl Castro, quien a su vez reemplazó en 2006 a su hermano Fidel, apartado del poder desde entonces por razones de salud.
Díaz-Canel asegura representar “la continuidad de la revolución” y enfrenta desde que asumió el mando una complejidad económica, social, sanitaria y política sin precedentes, agudizada por la multiplicación de sanciones del gobierno de Estados Unidos.
“Después del 11 de julio nada será igual”, se considera en medios diplomáticos de La Habana, en referencia a las manifestaciones antigubernamentales de ese día en unas 30 localidades de la isla, quizá el mayor reto enfrentado hasta ahora por Díaz-Canel, quien desde entonces incrementó sus intercambios con todos los sectores institucionales de la sociedad cubana.
El sociólogo Rafael Hernández estima que “aun antes de que Fidel dejara el gobierno y de que Raúl iniciara las reformas (económicas con el resurgir del sector privado) hacia un nuevo modelo socialista y una nueva Constitución, ya el Estado cubano había comenzado a operar en circunstancias nuevas para el ejercicio del poder político”.
“Éstas incluían el consenso más heterogéneo de los últimos 60 años, una mayor diferencia de grupos sociales, desigualdad, pobreza; una sociedad vaso comunicante con el mundo, que entra y sale como nunca antes; y una conciencia más aguda y compartida acerca de todo esto”, dijo.
Las nuevas generaciones
Los llamados “nietos de la revolución”, como coinciden en calificar los sociólogos a las generaciones que hoy van alcanzado protagonismo político en Cuba, representan el 13,5 por ciento de la población cubana y de ese segmento parten ahora las visiones más diversas a favor o en contra del socialismo creado por Fidel Castro.
Fueron jóvenes contrarios a ese rumbo quienes llamaron a una marcha por el cambio el 15 de noviembre pasado, protesta que nunca llegó a realizarse pese a la amplia difusión internacional que alcanzó desde su anuncio. Y son jóvenes también quienes respaldan al liderazgo actual de la nación, al tiempo que abogan por “un socialismo democrático” que admita la diversidad ideológica y política de la sociedad cubana.
Panorama nacional complejo y contradictorio ese al que se suma la política de Estados Unidos hacia la isla como un actor más desde que Fidel Castro marcó también un rumbo contrario a la subordinación de La Habana a Washington, presente en la historia nacional desde mucho tiempo antes de que triunfara la revolución en 1959 y comenzara la confrontación actual, sin solución a la vista.
OMZI