El presidente tunecino Kais Said ratificó este miércoles la nueva constitución, votada el pasado 25 de julio en referéndum con el 94.6 por ciento de los votos y una abstención récord del 70 por ciento del censo, que entrará en vigor a partir de hoy y le otorgará mayores prerrogativas al jefe del Estado.
"Es un día histórico, al igual que el 25 de julio de este año y del anterior. Hoy la legalidad constitucional se une a la legitimidad popular pero también a la legitimidad revolucionaria. No es exagerado decir que habéis sorprendido al mundo", señaló el mandatario en un discurso publicado en la cuenta oficial de la Presidencia.
El referendo, el primero en la historia de Túnez, se celebró exactamente un año después de que Said decretara el estado de excepción, cesara al primer ministro, suspendiera el Parlamento y se arrogara plenos poderes para "reconducir" el proceso revolucionario que inició el país en 2011 y que puso fin a dos décadas de Zine El Abidine Ben Ali.
Asimismo anunció que el Tribunal Constitucional, pendiente de creación desde 2015, será puesto en marcha "en un plazo breve" así como la nueva ley electoral que regirá las próximas elecciones legislativas del 17 de diciembre y que, por primera vez, se basará en listas uninominales en lugar de partidos, que considera "obsoletos".
La nueva Carta Magna —que según expertos compromete la separación de poderes e introduce un sistema "ultrapresidencialista"— sustituye a la de 2014, aprobada por una Asamblea Constituyente tras un debate de dos años.
La Instancia Superior Independiente para las Elecciones (ISIE), cuya directiva fue modificada tres meses antes de la consulta por el mandatario, anunció ayer los resultados definitivos después de que el tribunal administrativo desestimase las alegaciones contra el recuento preliminar de votos aunque los partidos opositores que optaron por el boicot no pudieron presentar recursos.
Los resultados preliminares mostraron discrepancias entre las cifras proporcionadas por la central y sus oficinas regionales, con un mayor número de votos e incluso de electores registrados, en un documento oficial que fue posteriormente eliminado después de que la ISIE admitiera "un error", lo que despertó dudas sobre un posible fraude.
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