¿Cervantes en África? Por qué se habla oficialmente el español en Guinea Ecuatorial

Guinea Ecuatorial es, junto a Sahara Occidental, son las únicas dos regiones en África donde se habla español; sin embargo, para gran parte de la comunidad hispana el nombre del país resulta desconocido.

Guinea Ecuatorial es una de las pocas regiones de África en que se habla español. (Especial / Ilustración)
Agencias y Diego Rodríguez
Ciudad de México /

Generalmente solemos creer que el idioma español se habla solamente en el continente americano y en Europa. Hubo regiones en donde antes era el idioma y terminó siendo dominado por otro —como en el caso de Filipinas—, pero también hay regiones en África donde el español es la norma, pese a la gran dominancia del inglés, el portugués y el francés.

Sin embargo, la enseñanza del español se ha estado expandiendo en el continente en los últimos años principalmente en la región del oeste de África por la migración, lastimosamente de forma riesgosa por el intento de llegar a las costas de Europa cruzando en balsas el Mar Mediterráneo o llegando a las Islas Canarias.

Sólo hay dos regiones en todo el continente africano donde se habla español: la Sahara Occidental — donde existe un conflicto territorial con Marruecos— y Guinea Ecuatorial, esta última, plenamente como un país y constitucionalmente de forma oficial. ¿Por qué uno de los países más pequeños del continente conserva la "lengua de Cervantes"?

El español de Guinea Ecuatorial se ha mantenido debido a su enseñanza en las escuelas. (Especial)

El "islote" de español en medio del francés, inglés y portugués

Guinea Ecuatorial limita territorialmente en el continente africano con Gabón y Camerún, ambos países que fueron colonizados por Francia, mientras que marítimamente es con Nigeria y Santo Tomás y Príncipe, el primero con dominación inglesa y el segundo bajo colonización portuguesa. 

Aunque en el Sahara Occidental también se habla español, la influencia del árabe se ha extendido debido a la influencia de Marruecos. Por ello, Guinea Ecuatorial es el único país de África que habla plenamente español. 

En la capital Malabo en donde más se concentran las personas que tienen el español tanto como primera y segunda lengua. De acuerdo con cifras del Instituto Cervantes de 2005, más del 85 por ciento de la población tiene el español tanto como primera como segunda lengua, después de idiomas locales.

El francés y el portugués, las otras lenguas

Aunque el español es el idioma oficial, también el francés y el portugués están considerados como lenguas reconocidas por el gobierno. Sin embargo, los idiomas más hablados son los de origen tribal como el fang, el bubi-benga, el seki y otras variaciones criollas.

La principal razón por la que el español se ha mantenido como la principal lengua de Guinea Ecuatorial es debido a que se enseña en las escuelas del país. Muchos de los jóvenes suelen optar el francés y el inglés como lenguas para aprender.

El acento del español ecuatoguineano se asemeja ligeramente al de los caribeños, aunque nunca hubo contacto como tal, dicho acento es principalmente heredado de mescolanza con el idioma fang —para muchos, el primer idioma hablado por los habitantes, que es de origen africano— con algunos modismos que se heredaron de los españoles.

Sin embargo, en los últimos años se ha visto influenciado del francés, que se habla en Camerún y Gabón por cuestiones geográficas, empresariales y la influencia de la Iglesia católica. Muchos de los migrantes ecuatoguineanos suelen llegar principalmente a España debido a la influencia de la lengua. 

Una de las razones de por qué no se suele hablar del "hermano hispano" en África es debido a su poca influencia regional y un aislamiento internacional. Aunque existen vuelos regulares de Madrid y País hacia Malabo, la poca industria turística no lo hace un lugar atractivo a visitar.

Esto sumado a las críticas contra el gobierno de Teodoro Obiang, que ha gobernado el país desde hace 41 años bajo un régimen acusado de violar derechos humanos y de altos niveles de corrupción, en que ha priorizado el petróleo como fuente de divisas y no ha desarrollado una industria turística, sumado a que es uno de los países con mayor desigualdad y pobreza en el mundo.

Fernão do Pó (Fernando Poo) fue el descubridor del golfo de Guinea, en que descubriría la actual Guinea Ecuatorial. (Especial)

Una región dominada por el colonialismo europeo

La historia de Guinea Ecuatorial plenamente comienza con el inicio del colonialismo europeo a partir del siglo XV, en que la región sólo había tribus —como los benga, los bantú y los bubi— que habían llegado a esas tierras por parte de las migraciones dentro del continente.

La primera llegada europea se daría con los portugueses en 1471, en que el navegante Fernão do Pó (Fernando Poo) llegó a la isla de Bioko la parte isleña del país— mientras buscaba una ruta hacia las Indias. En ese momento, ya comenzaba la colonización de ciertos sectores en África, principalmente impulsados por Alfonso V de Portugal.

Pero años después, los reinos de Portugal y de Castilla estaban enfrentados plenamente en la Guerra de Sucesión castellana por parte de Reyes Católicos —Isabel I y Fernando II de Aragón, quienes ya habían contraído matrimonio— y Alfonso V de Portugal y su hijo Juan II, ya que Enrique IV de Castilla había muerto sin dejar herederos al trono.

Con derrota de Castilla en altamar y la incapacidad portuguesa para ganar la guerra en tierra llevaron a los contendientes a iniciar negociaciones de paz en 1479, en que se firmaría el Tratado de Alcazobas, con el que ambos reinos se reparten los primeros territorios fuera de Europa, en que a Portugal le corresponderá el control de Guinea, Elmina (hoy Ghana), y las islas de Madeira, Azores y Cabo Verde.

España se hace control de las Islas Canarias

Con el Tratado de Alcazobas, España se quedaría formalmente con las Islas Canarias, que habían sido colonizadas un siglo antes, con ayuda de piratas franceses bajo la corona de de Castilla. Años mas tarde, para 1492, sería la primera parada de Cristóbal Colón en su camino hacia las Antillas, donde llegaría el "descubrimiento" de América por parte de los europeos.

Sin embargo, durante el reinado de Juan II de Portugal se produce la gran expansión del dominio portugués en África, en que los europeos descubrieron el Río Congo, el Cabo de Buena Esperanza —hoy, el extremo sur de Ciudad del Cabo, Sudáfrica— y colonizar las islas de Santo Tomé y Príncipe con los judíos sefardíes que fueron expulsados de la península ibérica, ya que estaba plenamente deshabitada.

Para 1493, Juan II decidió añadir en su expansión territorial parte de la costa de Camerún, en que se establecerían los primeros asentamientos para el tráfico de esclavos, mismo que quedó ratificada en en el Tratado de Tordesillas (1494), en que los reinos de Castilla y de Portugal se repartieron el "nuevo mundo" para su colonización. 

Sin embargo, los intentos de colonizar la región fueron un fracaso debido a las condiciones climáticas en la zona, así como rebeliones violentas de las tribu bubi —que plenamente estaba consciente del eslavismo ya que los practicaban—, y la transmisión de enfermedades por parte de los europeos. Los portugueses siguieron marcado las islas de Guinea como su territorio durante todo el siglo XVI, pese a que no las controlaban y no lograban establecer colonias en la zona.

Para 1641, los neerlandeses establecieron en la isla de Bioko (posteriormente renombrada como Fernando Poo) sin autorización de Portugal, esto mentiras ellos libraban la "Guerra de Restauración portuguesa" que derivó en la separación del reino de Castilla para imponerse la familia de los Braganza.

Para recuperar su territorio, decidieron plenamente establecerse con la Compañía de Corisco —en referencia al nombre de la isla— con el que llegaron a un acuerdo con los bubis para la venta de esclavos a Francia, España e Inglaterra, en que se estima que más de 49 mil africanos fueron comercializados.

Mapa de la posesión española sobre la región de la Guinea en África. (Dominio Público)

El control de España por tratados 

Las disputas entre Castilla y Portugal por los límites en el Tratado de Tordesillas, principalmente entre el Estado de Brasil y los Virreinatos de Perú y del Río de la Plata, así como la expansión del colonialismo británico y francés en el norte de América derivó plenamente en diversos tratados para delimitar los territorios entre ambas colonias.

La región de Guinea Ecuatorial y sus islas estaría en manos de Portugal hasta 1778 debido al Tratado de San Idelfonso, en que se fijaron las fronteras en Sudamérica. Mientras que los portugueses se quedarían con el sur de Uruguay, España tomaría control de las islas de Fernando Poo y Annobón en las costas de Guinea, en que Castilla tendría el acceso directo al comercio de esclavos.

¿Las islas de Guinea fueron argentinas?

El control de las islas de Fernando Poo y Annobón estuvieron bajo el mando del Virreinato del Río de la Plata de 1778 —que había sido de reciente creación hace un par de años antes— hasta 1810, en que se dio la Revolución de Mayo que posteriormente derivó en la independencia de Argentina, en que fueron plenamente abandonadas por España durante varias décadas, aunque las mantuvieron como un punto de ruta para el tráfico de esclavos.

En 1801, la corona española otorga concesiones a los británicos para controlar los recursos naturales en la región. Sin embargo, la colonización británica de la región se daría en 1826, en que Inglaterra tomaría control bajo pretexto de combatir la trata de esclavos, en que trasladaron sin autorización la sede de la Comisión Mixta de Represión de la Trata para la captura de barcos negreros y persecución de traficantes de Sierra Leona hacia la isla de Fernando Poo. 

Con ello, los británicos establecerían Port Clarence (anteriormente Santa Isabel, hoy la actual Malabo), en que fungió como lugar para la detención de barcos dedicados a la trata de esclavos. De acuerdo con las autoridades británicas, afirmaban que detuvieron más de una veintena de barcos y liberados a 2 mil 500 secuestrados para trabajar como esclavos.

Sin embargo, Inglaterra llegó a interesarse por el territorio aun punto de ofrecer a la corona española la venta de las islas de Fernando Poo y Annobón por 60 mil libras esterlinas de la época en 1841, sin embargo, la oposición de la opinión pública y la negación de la Cámara de Comercio de España negaron la iniciativa.

Con ello, el reinado de Isabel II de España tomaría nuevamente control de las islas, estableciendo en 1843 un orden administrativo denominado los "Territorios Españoles del Golfo de Guinea", asimismo, el rey benga, Bonkoro I —quien gobernaba la isla de Corisco, logró un acuerdo con el marino español Juan José Lerena y Barry para que las tres islas estuvieran bajo el protectorado de Madrid.

La región tardó en colonizarse debido a las epidemias que azotaban a la región por la llegada de los europeos y el contacto con los africanos. El estallido de una fiebre amarilla acabó con la vida de gran parte de los colonos blancos que se habían asentado en la isla. Para ello, la corona decidió enviar a 200 cubanos —en que la isla aún pertenecía a España— hacia Guinea.

Posteriormente la reina Isabel II autoriza el traslado voluntario de todos los negros y mulatos libres de Cuba hacia la Guinea española, esto ya que tenían mayor resistencia a las enfermedades tropicales. Durante ese tiempo se registraría disputas entre los gobernantes africanos locales, pero que terminaría siendo culminadas a finales del siglo XIX.

Los fernandinos eran la élite de la Guinea Ecuatorial, en que pertenecían algunos líderes indígenas y españoles. (Domino Público)

La consolidación del español como idioma y formación de Guinea Ecuatorial

Con ello se daría inicio a una nueva élite en la Guinea Ecuatorial: los fernandinos, que estaban compuestos por mulatos hijos de madre bubi y padre español, quienes proporcionaron la mayoría de la mano de obra para la construcción y expansión de la industria agrícola del cacao en Fernando Poo entre 1880 y 1900.

De hecho, esa clase es la única que obtuvo apellidos hispanos. A su vez, durante esa época los terratenientes españoles, portugueses, alemanes y fernandinos empezaron a desarrollar grandes plantaciones de cacao, que sería plenamente el principal motor económico de las islas.

Aunque en la zona se hablaba portugués, francés e inglés derivado a siglos de colonialismo europeo, así como las lengas de las tribus en la zona, el español se terminó afianzando como el idioma por las siguientes décadas.

Con ello, los españoles empezarían con la expansión hacia tierras continentales en las costas de Camerún, en que se buscaba plenamente una África ecuatorial. Sin embargo, durante décadas no no había tomado medidas para ocupar la gran área del golfo de Biafra que le correspondía según los Tratados de San Ildefonso y el Prado, en que terminaron siendo ocupados y colonizados por Francia.

La expansión de España en África terminó frustrada debido a la guerra hispano-estadunidense de 1898 en que perdería Cuba, Puerto Rico, Guam y Filipinas a manos de Estados Unidos— y el poco apoyo que tuvo por parte de los colonos de Fernando Poo que pedían mayores apoyos en mano de obra para las plantaciones de cacao.

La disputa de las regiones por Francia hizo que en 1900 se firmara el Tratado de París de 1900, en que a España se le reconocen los dos territorios del Golfo de Guinea y Río de Oro —la actual Sahara Occidental—. Sin embargo, la corona española sólo recibió un pequeño territorio de 26 000 km² pese a que pedían 300 mil kilómetros cuadrados y había una cláusula en que reservaba un derecho preferente a Francia para ocupar los territorios españoles si España decidiera abandonar sus posesiones en Río Muni. 

La humillación de las negociaciones entre Francia y España, combinada con el desastre del la guerra de 1998, llevaron a que el jefe de la delegación negociadora española y gobernador de Río Muni, Pedro Gover y Tovar, a suicidarse en el viaje de vuelta a España el 21 de octubre de 1901.

La zona terminó convirtiéndose en la Colonia de Elobey, Annobón y Corisco en 1903. En esos años también llegaron migrantes españoles a la región, que buscaron aprovechar los recursos de la isla, mismo que se quedaron diezmados por la falta de mano de obra de los bubis, que estaban bajo la influencia del alcohol, morían por las enfermedades europeas y tenían protección por parte de la congregaciones católicas, que los impedían volver a ser esclavos.

Durante la Primera Guerra Mundial, en que España permaneció neutral, se buscó proteger las fronteras de la colonia española ya que estaba en disputa entre los franceses y los alemanes, en que varias veces no se respetaban los límites debido a los conflictos que había. Los franceses se hicieron del control de Camerún.

El reino español unificó su región africana en 1926, denominándola oficialmente la Guinea Española, en que se disolvieron las antiguas formas de gobierno y estuvo plenamente directa bajo el gobierno en Madrid. Sin embargo, el reino español no tenía los recursos para explotar la región, en que importaron peones de Nigeria para la producción de cacao. 

La situación seguiría con la instauración de la Segunda República en 1931, incluso durante la Guerra Civil Española (1936-1939) y la dictadura de Francisco Franco. La situación como territorio de ultramar estaría hasta la década de 1960, en que las Naciones Unidas determinaron que los países europeos debía descolonizar las zonas en África.

Durante esa década se empezarían a formar las actuales naciones africanas tras siglos de colonialismo europeo. En marzo de 1968, bajo la presión de los nacionalistas ecuatoguineanos y de las Naciones Unidas, España anunció que concedería la independencia. Sin embargo, muchas de las nuevas naciones entraron en conflictos internos por las luchas de poder y la imposición de dictaduras, en que Guinea Ecuatorial no fue la excepción.

Las dictaduras de Francisco Macías Nguema, de fuerte índole nacionalista, tribalista y comunista —que incluso rechazaba los apellidos españoles, hizo que se iniciara una crisis entre las relaciones diplomáticas con España y se cambiara el español por el idioma fang como idioma oficial, incluso penalizando su uso.

Su mala administración del gobierno, que generó una profunda recesión económica, el aumento de pedido de exilios al extranjero, una gran represión a opositores, y un exacerbado culto a su personalidad terminó siendo derrocado por sus sobrino, Teodoro Obiang, quien trató de reestablecer todo lo anterior pero conservándose como dictador y con un nuevo tipo de recaudación al país: el petróleo, que sigue siendo el principal ingreso de divisas.

dmr

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