Desde que el FBI, servicio de investigación de Estados Unidos, comenzó a usar una nueva tecnología, 204 cadáveres de personas fallecidas entre 1975 y finales de los años 90 fueron identificados en distintos puntos del país a partir de sus huellas dactilares.
“No sabíamos qué posibilidades de éxito teníamos. Esperábamos poder identificar algunos cadáveres, tal vez cinco o 10”, comentó Bryan Johnson, director de la Unidad de Apoyo Latente con Huellas Dactilares.
Aproximadamente 40 por ciento de las identificaciones han sido en Arizona. La mayoría son personas que fallecieron tratando de ingresar a Estados Unidos desde México.
Bajo el nuevo programa, Johnson y otros ocho agentes de la unidad del FBI usaron las huellas dactilares de unos mil 500 cadáveres en un nuevo algoritmo que podía compararlas con impresiones de baja calidad o incluso con un solo dedo. Antes se requerían de los diez dedos e imágines con muy buena resolución.
La unidad ha exhortado a las autoridades locales a que revisen sus viejos archivos y envíen impresiones parciales o difusas de personas desaparecidas.
Bruce Anderson, antropólogo forense del condado Pima, Arizona, tiene archivos de más de mil cuerpos no identificados en una pared de su oficina.
Aden Naka, subjefe de la unidad de investigaciones forenses de la ciudad de Nueva York, dijo que muchos de los cadáveres identificados recientemente fueron hallados en el agua, algunos a comienzos de los 90.
La nueva tecnología es bastante útil para realizar la labor, “esto es muy importante (...) Todo el mundo merece un nombre junto a su cadáver”, dijo Naka.