China aseguró el viernes que castigará a los políticos taiwaneses "dispuestos a todo" por la independencia, prohibiéndoles todas las visitas, en un contexto de tensión entre Beijing y Taipéi que no se había visto en años.
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La oficina de asuntos taiwaneses en Beijing advirtió el viernes que "el continente (es decir, la China continental) mantendrá la responsabilidad criminal de los independentistas taiwaneses dispuestos a todo, de acuerdo con la ley, es decir, durante toda su vida".
En un comunicado, la vocero de este organismo del gobierno chino, Zhu Fenglian, calificó al primer ministro taiwanés Su Tseng-chang, al presidente del parlamento taiwanés Yu Shyi-kun y al ministro de Asuntos extranjeros Joseph Wu, como miembros de una minoría de partidarios de la independencia.
Zhu considera que "intentaron fomentar una confrontación a través del Estrecho (entre China y Taiwán), atacaron y calumniaron de forma maliciosa al continente (...) y deterioraron las relaciones entre las dos partes del Estrecho".
También añadió que Beijing había prohibido a sus familias entrar al territorio de China continental, Hong Kong y Macao. Además de prohibirles colaborar con organizaciones o individuos del continente. El primer ministro taiwanés desdeñó las amenazas de Beijing y aseguró que "no se dejará impresionar".
El Consejo de asuntos del continente, principal órgano de decisión taiwanés en materia de relaciones con China, consideró "inaceptables" este viernes "las intimidaciones y amenazas procedentes de un régimen autoritario".
"Taiwán es una sociedad democrática donde reina el derecho, y no está bajo jurisdicción de otra parte", añadía el comunicado, que afirma que "el pueblo taiwanés no hará compromisos".
Taiwán se convirtió en 1949, al final de la guerra civil china, en el refugio de los nacionalistas vencidos de Chiang Kai-shek. Desde entonces, sus 23 millones de habitantes viven bajo la amenaza de una invasión.
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Una intensificación de las "interacciones" entre Taiwán y el resto del mundo, en particular con la Unión Europea, permitiría "desactivar" los riesgos de conflicto entre Taipei y Beijing, estimó el viernes Raphaël Glucksmann, al frente de una primera delegación del Parlamento Europeo en la isla.
"Cuanta más interacción haya entre la comunidad internacional y Taiwán, menor será el peligro (en la relación entre Taipei y Pekín). No creemos que ningún encuentro con funcionarios taiwaneses eche leña al fuego, sino todo lo contrario", explicó el eurodiputado francés en una conferencia de prensa.
Glucksmann había sido sancionado por Beijing en marzo junto con otros cuatro parlamentarios europeos, en represalia por las sanciones de los europeos contra China por la persecución de la etnia musulmana uigur en la región de Xinjiang.
"Cuanto más nos preocupemos por nuestra relación con Taiwán, menos posibilidades hay de que estalle un conflicto (...), porque enviamos (a Beijing) el mensaje de que atacar la democracia taiwanesa le costará caro", explicó. "El aislamiento aumenta el riesgo de conflicto. Por el contrario, la integración de Taiwán en nuestros debates disipa las preocupaciones sobre la seguridad" de la isla, señaló el eurodiputado.
Beijing, que reivindica su soberanía sobre la isla, ha intensificado sus acciones para aislar a Taiwán en la escena internacional y detener cualquier intento de reconocimiento como Estado independiente de este territorio, que tiene su propio gobierno.
Debido al principio de "una sola China" impuesto por Beijing, Taiwán no está representado en las organizaciones internacionales, en particular en las Naciones Unidas o en la Organización Mundial de la Salud, y el régimen comunista se opone ferozmente a todo contacto oficial entre funcionarios extranjeros y taiwaneses.
China también ha aumentado su actividad militar en la zona, batiendo en octubre un récord de incursiones de aviones de combate.
dmr