La policía hizo uso de cañones de agua y gases lacrimógenos contra manifestantes congregados cerca del parlamento en Bangkok, en la represión más violenta de la protesta prodemocracia desde que comenzó el movimiento.
Veintitrés personas, la mayoría de ellas con problemas causados por los gases quimicos, y por primera vez, lacrimógenos, tuvieron que recibir atención médica, según el centro médico de urgencia Erawan de la capital tailandesa.
Por la mañana, varios cientos de manifestantes marcharon hacia el parlamento para presionar a los diputados y a los senadores que debaten sobre una posible reforma de la Constitución.
Algunos intentaron abrirse paso por la tarde para acercarse al edificio, protegido por bloques de cemento, alambres de púas y cientos de policías. Los elementos antidisturbios utilizaron entonces cañones que mezclaban agua con productos químicos y gases lacrimógenos.
Para protegerse, algunos activistas se protegieron detrás de flotadores enormes con forma de pato amarillo, los cuales tenían previsto utilizar como embarcación para llegar al parlamento por el río. Los manifestantes, varios miles por la tarde, lograron finalmente acercarse a la entrada principal del edificio.
"Dejen de acusarnos de violar la ley, ustedes [la policía] violan la ley hiriendo a la gente", denunció por megáfono uno de los líderes estudiantiles, Parit "Penguin" Chivarak, subido a un camión.
"Estamos luchando por un futuro mejor para nuestro país y para todo el mundo, así que no disparen con cañones de agua contra nosotros", exhortó antes de pedir a los allí presentes que se dispersaran y de anunciar una nueva manifestación para el miércoles. "Mañana, abriremos una nueva era en nuestro combate", afirmó.
Al caer la noche, se produjo un enfrentamiento entre manifestantes prodemocracia y los "camisas amarillas" favorables a la realeza. Ambos grupos arrojaban botellas, piedras y desechos.
"Ya no hay compromiso posible a partir de ahora", declaró Anon Nampa, otro rostro visible de la protesta, en alusión a la Tailandia "tierra de compromiso" a la que se refirió el rey Maha Vajiralongkorn en una de sus escasas reacciones al movimiento que sacude su país desde el verano.
El palacio no respondió a las peticiones de comentarios sobre los acontecimientos. Varios parlamentarios de la oposición salieron del edificio para lamentar la actitud de las fuerzas de seguridad.
"La policía no debe ser demasiado violenta ni amenazar" a los manifestantes, declaró Taopipop Limjittrakorn, diputado del partido prorreforma Move Forward.
El movimiento prodemocracia reclama la destitución del primer ministro Prayuth Chan O Cha, en el poder desde el golpe de Estado de 2014 y legitimado por unas controvertidas elecciones el año pasado.
También pide reformas para limitar los poderes de la monarquía y una revisión de la Constitución, adoptada en 2017. El parlamento está reunido para decidir qué proyectos de enmiendas constitucionales acepta examinar. Debe votar sobre este punto el miércoles.
Una parte de la oposición y una organización han presentado al parlamento varias propuestas, en particular para reformar el Senado, considerado demasiado próximo al ejército, la Comisión Electoral y el Tribunal Constitucional.
Una de ellas prevé también que el primer ministro provenga obligatoriamente de las filas del parlamento. Pero los 250 senadores, nombrados por la ex junta, no deberían aceptar fácilmente recortar sus prerrogativas y un posible cambio constitucional llevará mucho tiempo, según los observadores.
Los partidarios de la realeza se oponen, por su parte, a cualquier reforma. El movimiento prodemocracia asegura que desea modernizar la monarquía, pero en ningún caso querer abolirla.
dmr