Los dirigentes de las dos Coreas se comprometieron a trabajar por la desnuclearización de la península y por una paz permanente, durante una cumbre histórica en la Zona Desmilitarizada.
Tras un simbólico apretón de manos en la frontera con el presidente surcoreano, Moon Jae-in, el líder norcoreano, Kim Jong-un afirmó que Corea estaba en "el inicio de una nueva historia".
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Kim dijo haberse sentido "embargado por la emoción" al cruzar la línea de cemento y convertirse en el primer dirigente norcoreano en pisar territorio surcoreano desde la guerra de Corea (1950-1953).
"Corea del Sur y Corea del Norte confirman el objetivo común de obtener, a través de una desnuclearización total, una península coreana no nuclear", dice la Declaración de Panmunjom publicada tras la reunión.
Tras firmar el texto, que proclama que "no habrá más guerra en la península de Corea", Kim y Moon se dieron un abrazo poniendo fin a una jornada de declaraciones de amistad entre los dos hombres, que compartieron un banquete con sus esposas.
Los dos vecinos dijeron que quieren reunirse con Estados Unidos, y tal vez también con China -firmantes del armisticio que puso fin a la guerra hace 65 años- "con vistas a declarar el fin de la guerra y establecer un régimen de paz permanente y sólido" en la península.
A falta de tratado de paz, los dos vecinos siguen técnicamente en guerra en la actualidad.
Las dos Coreas se coordinarán estrechamente para asegurarse de no "repetir el pasado desafortunado que vio cómo los anteriores acuerdos intercoreanos se quedaban en nada", declaró Kim Jong-un.
"Podría haber en el camino contragolpes, dificultades y frustraciones", reconoció, "pero no se puede alcanzar la victoria sin dolor".
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Entre tanto, el Norte y el Sur decidieron que Moon viajará en otoño a Pyongyang para la cuarta cumbre intercoreana desde el fin de la guerra (las dos anteriores tuvieron lugar en 2000 y 2007 en la capital norcoreana).
Otra medida simbólica es la decisión de reanudar en agosto las reuniones de las familias que quedaron divididas por la guerra.
Kim estuvo acompañado por Kim Yo-jong, su hermana y cercana consejera, y por su responsable de relaciones intercoreanas. A Moon lo acompañaba el jefe de la inteligencia surcoreana y su director de gabinete.
Un pino de 65 años
En otro momento de simbolismo, Kim y Moon "plantaron" un árbol cerca de la línea de demarcación militar, un pino de 65 años, tantos como el armisticio. Además, Moon lo regó con agua procedente del río norcoreano Taedong, mientras Kim hizo lo propio con agua del río surcoreano Han.
Kim anunció recientemente el cese de los ensayos nucleares y los disparos de misiles balísticos de largo alcance, afirmando que ya había logrado sus objetivos. También anunció el cierre de las únicas instalaciones conocidas de pruebas atómicas.
No obstante, algunos expertos sospechan que el último ensayo, realizado en septiembre, dejó las instalaciones inutilizables.