Entre crisis diplomáticas y económicas, Maduro asume segundo mandato

El presidente venezolano tomó protesta en el Tribunal Supremo de Justicia con el rechazo de Estados Unidos, la Unión Europea y el Grupo de Lima y una crisis económica con hiperinflación.

Juramenta Nicolás Maduro como presidente de Venezuela (Reuters)
Agencias
Caracas /

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, asumió un segundo mandato de seis años, considerado ilegítimo por gran parte de la comunidad internacional, con un país en ruina y cada vez más aislado. La ceremonia se realizó a las 10:00 horas locales, con retrasos.

Dos horas más tarde, la Organización de Estados Americanos (OEA) aprobó la resolución que declara ilegítimo al gobierno de Venezuela y, posteriormente, la Unión Europea lamentó la posesión de Maduro por "elecciones no democráticas".

Sectores del oeste de Caracas amanecieron con una presencia inusual de militares, que también mantenían un fuerte resguardo en el centro, donde está el Tribunal Superior de Justicia, donde hubo movilización de partidarios chavistas.

Maduro rechaza que se lo catalogue como un dictador y demerita los cuestionamientos que hacen los opositores y la comunidad internacional al proceso electoral del 20 de mayo en el que alcanzó la reelección. 

“Tenemos una legitimidad poderosa, histórica, pero además tenemos una legitimidad concreta de votos", afirmó y agregó que "tenemos una democracia fuerte", horas antes de su investidura.

Además, anunció que durante su segundo mandato se concentrará en "impulsar los cambios que le hacen falta a Venezuela" para alcanzar la prosperidad económica, aunque no ofreció detalles.

En su discurso clamó que no destruirán la "revolución bolivariana" y que el mundo es "pluripolar" ante el intervencionismo del "imperialismo".

Perfil

Maduro, un ex chofer de autobús y dirigente sindical de 56 años, se juramentó como presidente ante el Tribunal en un hecho inédito y en abierto desafío a la Asamblea Nacional, controlada por la oposición, que se negó a juramentarlo alegando que su reelección es ilegal y que le advierte que estaría usurpando el Poder Ejecutivo. 

Su primer mandato inició en 2013 en medio de los sobresaltos que generó el fallecimiento de su antecesor y padre político Hugo Chávez, a quien recordó en su cuenta de Twitter unas horas antes de juramentar como presidente.


El mandatario ha gobernado con mano dura tras haber sacado del juego a sus adversarios, con el control institucional y el apoyo de los militares, a quienes dio enorme poder económico.

Rechazo Internacional 

La Unión Europea, Estados Unidos y el Grupo de Lima, conformado por 14 países, desconocieron la reelección de Maduro en los comicios del pasado 20 de mayo, adelantados por la oficialista Asamblea Constituyente y boicoteados por la oposición, que los consideró un fraude. 

La Unión Europea y el Grupo de Lima, excepto México, no enviarán representantes a la ceremonia, a la que acudirán los presidentes de Bolivia, Cuba, El Salvador y Nicaragua y delegados de otros países aliados como China, Rusia y Turquía.

Tras la juramentación, el gobierno de Paraguay rompió relaciones diplomáticas con Venezuela. El presidente Mario Abdo aconsejó a otros países actuar "con hechos concretos a favor del pueblo venezolano".

El politólogo y profesor universitario Carlos Romero dijo que la dura postura asumida contra Maduro por Estados Unidos, la Unión Europea y el llamado Grupo de Lima, que integran Argentina, Brasil, Canadá, Chile, Colombia, Costa Rica, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay, Perú, Guyana y Santa Lucía, presagian tiempos de "mayor conflicto".

Su reelección provocó una seguidilla de sanciones de Estados Unidos y la Unión Europea contra el círculo de poder, y los analistas prevén mayor presión internacional, en momentos en los que se afianzan en América Latina gobiernos conservadores. 

En la víspera de su investidura, el mandatario socialista advirtió al Grupo de Lima que tomaría medidas diplomáticas "enérgicas" si en 48 horas no rectificaba su posición sobre Venezuela. 

Con el apoyo de Washington, y la excepción de México, el Grupo de Lima, en el que ya debutó el gobierno del presidente brasileño Jair Bolsonaro, emitió el 4 de enero una declaración en la que le pidió no tomar posesión y pasar el poder a la Asamblea Nacional, lo que Maduro calificó de intento de golpe de Estado.

Previo a la investidura, el legislativo, que celebró el comunicado del Grupo de Lima, declaró a Maduro como un "usurpador", se proclamó como único poder legítimo y anunció que impulsará un "gobierno de transición".

"Si la Constituyente, para enfrentar el golpe de Estado, la sedición y la ilegalidad de la asamblea burguesa decidiera en algún momento adelantar las elecciones (de 2020) al Parlamento: ¡Amén!", amenazó Maduro. 

Los aliados de Maduro 

El mandatario cuenta con el apoyo de sus estrechos aliados como Rusia, China, Turquía, Irán, Cuba y Bolivia.

Sin embargo, tras la negativa de México de firmar la condena del Grupo de Lima al gobierno de Nicolás Maduro, Romero consideró que el llamado a promover un diálogo entre las partes en Venezuela que asomó la semana pasada de parte del gobierno de México aún resulta muy débil.

México fue el único integrante del Grupo de Lima que no respaldó la declaración rechazada duramente por el gobierno de Caracas. Algo que el presidente Maduro recalcó en su discurso de presidente con un "¡Viva México!".

El mes pasado, el venezolano asistió a la investidura del presidente Andrés Manuel López Obrador, en que posó junto a los dos presidentes aliados de Venezuela, Evo Morales, de Bolivia, y Miguel Díaz-Canel, de Cuba.


Días después visitó en Rusia al presidente Vladimir Putin en que acordaron un aumento de cooperación económica y militar mutua.

La crisis política y económica 

Venezuela está sumida en una profunda crisis económica y social con una hiperinflación de siete dígitos y una fuerte recesión que se ha extendido por cuatro años consecutivos.

Las dificultades económicas han desatado una masiva migración de venezolanos en la región que Naciones Unidas estima en unos 3.3 millones de personas repartidos principalmente en Colombia, Perú y Chile.

La ONU proyectó que para este año cerca de dos millones de personas más podrían migrar de Venezuela e irse diferentes países de la región. Asimismo, el Fondo Monetario Internacional estima que en el 2019 la hiperinflación podría acelerarse y alcanzar a 10 millones porcentuales y mantenerse la recesión económica. 

Durante el gobierno de Maduro, la economía se redujo a la mitad y se contraerá 5 por ciento en 2019, según el FMI; además, el país y su petrolera cayeron en default y la producción de crudo, fuente de 96 por ciento de los ingresos, se desplomó a 1.4 millones de barriles diarios, la más baja en 30 años.

La Venezuela de hoy contrasta con la de Chávez, pero refleja las consecuencias de su modelo de controles económicos y políticos. El poder adquisitivo de la gente se ha desvanecido, la desnutrición y las enfermedades se multiplican. Se pueden ver billetes que ya no alcanzan para comprar nada tirados en basureros en la calle.

A ese escenario adverso se suma la postura de mayor confrontación contra Maduro que emprendió a partir del 5 de enero la Asamblea Nacional, que se asume como "único poder legítimo electo" y que amenaza con iniciar este año un "proceso de transición" para renovar los "poderes usurpados" que podría incluir la presidencia, situación que presagia nuevas tensiones políticas. 

El Grupo de Lima había recomendado que Maduro no asumiera el poder y se le entregue a la Asamblea Nacional para que convoque a elecciones. Algo que Maduro llamó a rectificar sus declaraciones en 48 horas “o el gobierno de Venezuela tomará las más urgentes y crudas medidas diplomáticas”. 

La oposición ha sido debilitada desde que Maduro llamó a crear la asamblea constituyente, desconociendo a la Asamblea Nacional, que se encuentra dividida, y amenazó el mandatario que los opositores que apoyen la decisión del Grupo de Lima serán investigados por “Traición a la Patria”.

dmr

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