Cuba cumplió el primer mes de aplicación de la mayor reforma económica en 60 años, con largas colas en comercios desabastecidos, incremento del costo de la vida, incertidumbre en el futuro y correcciones por el gobierno de aumentos de precios en alimentos y servicios.
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“Lo que se busca es despertar las fuerzas productivas que estaban maniatadas, con el empresariado estatal como centro. Admitir en igualdad de oportunidades a los sectores privado y cooperativo, que todavía son satanizados por muchos funcionarios, y devolver al dinero su valor. Vaya, sacar del hueco en que se ha hundido la economía, estatizada hasta lo inimaginable durante medio siglo”, explicó a MILENIO el analista Rubén Lozano.
El 1 de enero las autoridades devaluaron el peso nacional, incrementaron salarios y pensiones, así como el costo de bienes y servicios; eliminaron subvenciones (se espera la quiebra de unas 400 empresas públicas por ineficientes), redujeron ataduras burocráticas al sector productivo estatal y ampliaron las facultades del empresariado privado y cooperativo.
Pero desde ese día, el gobierno ha tenido que hacer correcciones de precios por demandas de los cubanos en esferas claves como la del servicio eléctrico, al tiempo que mantiene en las calles a miles de inspectores para controlar el costo de los alimentos, aunque sin lograr que sectores claves como el agropecuario aumenten sus producciones.
“El ordenamiento (así se denomina la reforma) no es precisamente un caldo de pollo para la sociedad cubana, sino más bien un medicamento un tanto amargo que no queda otra alternativa que tomarlo antes de que se agraven nuestros males. Claro que el equilibrio entre su grado de amargura y su capacidad de sanación depende de las habilidades de los alquimistas”, comentó el economista Ricardo J. Machado.
Lozano consideró en tanto que “la aplicación de la reforma es muy complicada, entre otras razones porque los empresarios estatales, los administradores, los gobiernos locales llevan medio siglo recibiendo órdenes desde la jefatura del país, se han acostumbrado a la rutina de aplicar lo que le ordenan, no a generar iniciativas, y a partir de ahora o generan riquezas o quiebran”.
Sanciones de EU y pandemia del coronavirus
El ministro de Economía, Alejandro Gil, estima que, a partir de la reforma, el Producto Interno Bruto que decreció 11 por ciento en 2020 registrará en 2021 un crecimiento “de entre seis y siete por ciento”, aunque ello estará condicionado porque se controle la pandemia de coivid-19, despegue el turismo internacional y Estados Unidos suavice sus sanciones a la isla.
Perspectiva que en enero quedó por debajo de lo esperado con el tercer rebrote de la epidemia (la incidencia por 100 mil habitantes llegó en Cuba a 78.11, cundo la cifra manejable es 50) y un ínfimo desembarco de turistas extranjeros.
Resta por ver el giro que podría imprimir a la política de Estados Unidos hacia Cuba el presidente Joe Biden, quien ha anunciado una revisión de las sanciones económicas aplicadas por Donald Trump, ex mandatario.
“Nuestra política va a estar comandada por dos principios: el primero el apoyo a la democracia y los derechos humanos, que va a ser el eje, y el segundo es que los estadunidenses de origen cubano son los mejores embajadores de la libertad en Cuba; revisaremos la política de Trump, como lo estamos haciendo en otras áreas de la seguridad nacional”, declaró en su única referencia al tema la vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki.
La titular de Industria, Comercio y Turismo de España, Reyes Marto, abogó por su parte porque la Unión Europea inicie conversaciones con la administración Biden para suspender la Ley Helms-Burton, activada en su totalidad por Trump y que perjudica los intereses de comercio e inversión de los europeos en Cuba.
OMZI