Cuba cerró hoy la segunda semana de debates públicos por la puesta en marcha de un paquete de medidas financieras que según ciudadanos y expertos “cuestiona la capacidad del gobierno para conducir y rebasar” la crisis económica en curso.
Las decisiones implementadas por el Banco Central de Cuba (BBC) pretenden que el llamado “dinero plástico” y los servicios electrónicos rijan en el país antes de diciembre próximo, pero economistas critican la ausencia de un debate previo, incluso en el parlamento, así como la forma de implementación y el momento escogido para su aplicación.
Por su parte, cubanos de a pie temen lo peor por el deterioro del sistema bancario, las carencias tecnológicas del país, la escasez de divisas para reponer los cajeros automáticos que no funcionan y el riesgo de un mayor desabastecimiento por el impacto de las decisiones en el comercio privado.
“No tengo una opinión definida sobre estas medidas que hace mucho tiempo se aplican en el resto del mundo, pero SÍ -con mayúscula- el temor de una nueva metedura de pata política y económica en momentos en que como dirían los Van Van (mítica orquesta popular): “La Habana no aguanta más”, escribió en Facebook el septuagenario Juan Manuel Ciriano, sintetizando una preocupación generalizada.
Cuba padece la mayor crisis económica y social del presente siglo con escasez de alimentos, medicinas, combustible, así como una inflación incontenible y la carencia de estabilidad en servicios básicos como la electricidad y el agua potable.
“Sin haber podido crear mejores condiciones para el uso de medios electrónicos, la realidad fuerza al sistema bancario a dar el salto adelante. Cabe prever que no serán pocas las dificultades que atravesará la población en la implementación de la norma”, vaticinó el economista Omar Everleny.
La bancarización
El procedimiento iniciado por el BCC el 3 de agosto con las empresas privadas y estatales se extenderá al comercio minorista y debe finalizar en diciembre próximo con el “uso obligatorio de tarjetas magnéticas” hasta para comprar una cajetilla de cigarros, anunció la titular de Comercio Interior Betsy Díaz Velázquez.
“La bancarización (como se denomina a la medida) es una demanda popular”, dijo el ministro-presidente del BCC, Joaquín Alonso, al argumentar la lógica del procedimiento, aprobado por el gobierno.
El BCC insisten en que será “un proceso gradual, que hemos estimado en seis meses” y alega que “la bancarización permitirá continuar empoderando la economía y potencia las posibilidades que el sistema bancario puede brindar al desarrollo del país”.
Otras opiniones
En este contexto, el doctor en Ciencias Económicas Juan Triana consideró que “en realidad el debate (en curso) aborda asuntos mucho más esenciales (que la bancarización), tales como la capacidad del Estado y el gobierno para conducir y lograr rebasar una crisis que dura ya varias décadas”.
Y desde la óptica de la calle, el carpintero Juan Luis González ejemplificó: “Es normal que usted vaya a comprar” a una de las tiendas estatales que venden en divisas “y no pueda hacerlo porque o no hay electricidad o el post (terminal de puntos de venta) no funciona porque se cayó le conexión; ese es el día a día de nosotros”.
Los comercios privados, mejor abastecidos que los estatales y con precios parecidos, no operan con terminales de puntos de venta, aceptan el pago en pesos cubanos físicos, divisas fuertes o mediante tarjetas magnéticas y código QR en cualquier moneda.
“También existe consenso (entre economistas) en que otras razones auparon la decisión (del BCC) y que de alguna manera esta tiene un trasfondo político dirigido a reducir/limitar/entorpecer la dinámica de las pymes (sector privado) y de otros actores no estatales”, estimó Triana.
LG