Cuba muta en medio del desasosiego de la crisis que la abate, consideran sociólogos

Las diferencias sociales que se acentuaron durante la anterior crisis alcanzan hoy niveles nunca antes vistos en Cuba.

Bandera de Cuba en calles de la Habana (Reuters)
Manuel Juan Somoza
Cuba /

Sociólogos, politólogos, intelectuales y hasta ciudadanos de a pie parecen coincidir en que en medio de la peor crisis económica y social del presente siglo, Cuba cambia paradigmas y se mueve en una dirección todavía confusa para muchos de sus pobladores.

El Partido Comunista (único) asegura que se avanza hacia un “socialismo próspero y sostenible”, y en ese sentido impulsa desde hace una década reformas al centralizado andamiaje económico y administrativo del país, sin que todavía se logren resolver descontentos sociales y disensos de todo tipo.

“El liderazgo político tiene hoy que dirigir un país que no responde a un consenso como el de los primeros años 60. Gobernar con un menor consenso, y en medio del descontento, las formidables dificultades de repartir la escasez, la ineficaz comunicación ideológica con el mundo exterior y la arrogancia de los Estados Unidos no es una tarea suave”, estima el reconocido investigador Rafel Hernández.

Este domingo en Cuba, es otro día de escasez de alimentos y medicinas; los automovilistas hacen largas filas parar comprar la gasolina que no cubre la demanda y el sistema electro-energético trabaja con una reserva de solo 53 Megawatt, por lo que de ocurrir algún imprevisto en la generación habría otro apagón en algún lugar del país.

En tanto, el multipremiado artista Silvio Rodríguez estima que “sin duda tuvimos momentos en que nuestro pueblo casi en su totalidad se identificaba con la revolución y su gobierno. Pero hay que estar ciego para no darse cuenta de que actualmente no es lo mismo”.

“Hay que entender que lo único sagrado es la Nación cubana, su soberanía y un compromiso irreductible con el bienestar del pueblo. Creo que así pensaba (el Héroe Nacional José) Martí. Me parece que ese es el socialismo al que debemos aspirar, aunque, sinceramente, no me importa el nombre que le pongan o cómo lo califiquen”, remató el trovador.

Los cambios

El 13 de marzo de 1968, Fidel Castro puso fin a los últimos remanentes de comercio privado que quedaba en la isla, por lo que pasaron a propiedad estatal desde el trabajo del zapatero remendón hasta las cafeterías en el supuesto de que de esa manera se garantizaba “una mejor distribución de las riquezas”.

“Yo estuve en ese acto y apoyé la decisión”, cuenta a MILENIO Manuel F, hoy con 76 años de edad y dueño de un negocio privado que produce hielo y guarapo, tradicional bebida elaborada con la caña de azúcar. “Ese jugo era disfrute de pobres en cualquier esquina” antes del triunfo de la revolución y “bebida de lujo hoy”, dice Manuel, quien asegura ser “el único que lo hago ahora en Centro Habana”.

Pequeña muestra de cambio de paradigma el guarapo de Manuel, cuando al calor de las reformas en curso el panorama empresarial cubano está conformado actualmente por dos mil 422 entidades estatales, cinco mil 138 cooperativas, 103 empresas mixtas, ocho mil 590 mipymes privadas y 596 mil trabajadores autónomos.

En ese contexto, además, las diferencias sociales que se acentuaron durante la anterior crisis de los años 90 del siglo pasado hoy alcanzan niveles nunca antes visto. Un pequeño empresario en la isla puede ganar cuatro o cinco veces más que un médico.

GGA

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