Las regiones montañosas de Colorado, entre ellas el turístico poblado de Vail, registraron sus primeras nevadas en septiembre debido al cambio drástico de temperatura de hasta 30° grados centígrados en cuestión de horas.
El sol abrasador los bronceaba el lunes, con temperaturas superiores a los 30°C, pero este martes caía nieve y tuvieron que ponerse de nuevo guantes, gorro y chaqueta: los residentes de Colorado, pasaron del verano al invierno en un solo día, en menos de 24 horas.
El martes por la mañana la temperatura bajó a los 2º centígrados y aún podría caer más en algunos lugares durante el día.
"¡Prepárense ahora para esta brutal transición del verano al invierno!", habían advertido el lunes por la mañana los servicios meteorológicos locales. "Pueden esperarse importantes acumulaciones de nieve", dijeron. Y los copos de nieve comenzaron a caer en las calles de Denver, al pie de las Montañas Rocosas, el martes por la mañana.
El descenso repentino de los termómetros podría ser uno de los más grandes registrados en el estado en tan poco tiempo. Se debe a una corriente de aire helado procedente de Canadá. Las nevadas también se registraron en las zonas montañosas de Wyoming.
La inusual ola de frío se produce solo tres días después de que Denver estableciera un nuevo récord de calor tardío: la temperatura llegó a los 38°C, el sábado 5 de septiembre, cuando ese umbral simbólico se había alcanzado a más tardar el 2 de septiembre, lo que ocurrió el año pasado.
Se han emitido alertas de tormenta invernal en el sur de Colorado. Los servicios meteorológicos advierten, en particular, del peligro de caída de ramas, que podrían doblarse por el peso de la nieve debido a que todavía llevan sus hojas.
Se prevé que estas condiciones extraordinarias duren hasta el miércoles por la noche. Las temperaturas deberían subir en torno a los 25 °C a partir del domingo.
dmr