El director del Buró Federal de Investigaciones (FBI), Christopher Wray, defendió el trabajo de su agencia antes del ataque al Capitolio de Estados Unidos el pasado 6 de enero y alertó sobre el incremento incesante de actos de terrorismo doméstico por parte de grupos de extrema derecha.
Wray, en su primer testimonio ante el Senado, también dijo que desde 2017 el FBI duplicó a 2 mil las investigaciones sobre grupos extremistas domésticos, incluidos los supremacistas. También descartó tener pruebas de que miembros de Antifa (Movimiento Antifascista) incurrieran en actos violentos que el FBI catalogue de terrorismo doméstico.
Wray se mantuvo firme en cuanto al manejo de la información disponible antes del ataque al Capitolio luego que otros agentes de las fuerzas de seguridad declararan ante el Congreso el mes pasado que los servicios de inteligencia no los habían informado lo suficiente sobre la amenaza.
"La forma en que se manejó (la amenaza), hasta donde yo sé, parece consistente con nuestros procedimientos normales", dijo Wray ante el comité de asuntos judiciales del Senado.
Wray se refería a información bruta, no verificada, obtenida el 5 de enero por el FBI en Norfolk, Virginia, y comunicada por correo electrónico a la Policía del Capitolio y otros servicios de seguridad. Ese reporte de inteligencia citaba comentarios en redes sociales que indicaban que simpatizantes de Trump planeaban irrumpir en el Congreso junto con extremistas "listos para la guerra".
Wray también dijo que la policía fue informada verbalmente sobre la amenaza y que estos datos fueron publicados en un portal destinado a los agentes de seguridad en la región de la capital nacional y en todo el país.
"No tengo una buena respuesta para eso", dijo cuando le preguntaron si ese informe llegó a las más altas autoridades policiales. Admitió que él mismo no lo vio hasta días después del ataque. "Estamos enfocados en cómo obtener mejores fuentes, mejor información, mejor análisis para que lo que ocurrió el 6 de enero no vuelva a ocurrir jamás", dijo.
En su testimonio ante los senadores, Wray dijo que la violencia extremista ha crecido en Estados Unidos. Al asumir la dirección del FBI a mediados de 2017, había unos mil actos de terrorismo. La cantidad subió a mil 400 a fines del año pasado y aumentó ahora a 2 mil, dijo.
Y la violencia atribuida al extremismo racial, especialmente la de supremacistas blancos, "es la mayor parte" de esas acciones, según Ray. Los arrestos por motivos de extremismo racial se triplicaron en 2020 en relación a 2017, dijo.
Wray asumió la dirección del FBI en agosto de 2017 y mantuvo una relación complicada con Trump, quien cuestionó su enfoque sobre la seguridad electoral así como la investigación de la agencia sobre la interferencia rusa en las elecciones de 2016.
Desdeñó la teoría defendida por legisladores republicanos de que no fueron simpatizantes de Trump los que invadieron el Capitolio sino grupos de izquierda, incluyendo Antifa.
"Hasta ahora no hemos visto ninguna evidencia de anarquistas extremistas o de miembros de Antifa en conexión con lo del 6 de enero", dijo.
Documentos judiciales muestran que muchos de los arrestados por el ataque al Capitolio dijeron abiertamente que fueron impulsados por Trump.
El ex presidente pasó cuatro años "minimizando la amenaza de los supremacistas blancos", dijo el senador demócrata Sick Churbin, presidente de la comisión de asuntos judiciales de la cámara.
"Como demostró el ataque del 6 de enero al Capitolio, nuestro gobierno federal se equivocó demasiado al no prestar atención a la creciente amenaza del terrorismo doméstico en nuestro propio patio", añadió.
dmr