El anuncio del presidente estadunidense, Donald Trump, el pasado marzo de que se reuniría con el líder norcorano, Kim Jong-un, activó una imparable maquinaria diplomática que va mucho más allá de Washington y Pyongyang.
China, Corea del Sur, Japón y Rusia intentan desde entonces ganar influencia en el encuentro, reuniéndose con líderes norcoreanos y también entre sí mismos, en un intento de obtener sus propios réditos políticos de la cumbre.
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Corea del Sur: un impulso para su reconciliación con el norte
Antes de Trump, Kim ya se reunió con el presidente surcoreano, Moon Jae In, en una histórica cumbre en abril en Panmunjom, en la frontera desmilitarizada (DMZ) que separa los dos países desde la división con que culminó en 1953 la guerra de Corea. Sin embargo, nunca se cerró un acuerdo de paz, por lo que ambos siguen técnicamente en guerra.
En aquel encuentro, Moon y Kim acordaron avanzar hacia la desnuclearización de la península coreana y una reconciliación definitiva entre los dos países. Moon apuesta por el diálogo para resolver el conflicto nuclear norcoreano y desmantelar su programa de armas.
Con Estados Unidos como aliado clave de Seúl y principal impulsor de las sanciones contra Pyongyang, el encuentro entre Trump y Kim podría acercar un poco más los objetivos del vecino del Sur.
China: seguridad en la frontera y ventajas económicas
Como principal aliado de Pyongyang y socio comercial, China llevó tiempo defendiendo el diálogo entre Estados Unidos y Corea del Norte. El sábado, Pekín volvió a saludar los preparativos de la cumbre y se mostró "feliz" por lo que ve como una "oportunidad crucial para la desnuclearización y la paz duradera en la península coreana".
La seguridad de China está directamente relacionada con la de Corea del Norte, pues los dos países comparten frontera. Pekín quiere además evitar el colapso del régimen de Kim, que probablemente provocaría una avalancha de refugiados en sus fronteras.
Además, el gobierno chino busca desempeñar un papel mayor en las conversaciones de paz y se ha reunido con Kim dos veces en los últimos tres meses, una en Pekín (en la primera visita de Kim al extranjero en siete años de mandato) y otra en mayo en la ciudad de Dalián, en el noreste de China.
China apoya el desarrollo económico de Corea del Norte. Los analistas creen que de levantarse las sanciones contra Pyongyang, China sería uno de los países que más ayudarían a pone en pie su economía.
Japón: solución a la cuestión de los secuestrados y tranquilidad
El primer ministro japonés, Shinzo Abe, muy cuestionado por la oposición por escándalos de nepotismo, se ha mostrado casi desesperado por resolver la cuestión de los japoneses secuestrados por Corea del Norte hace décadas, en espera de que ello le aporte rédito político.
Tokio alega que Pyongyang secuestró a al menos 17 japoneses en las décadas de los 70 y los 80 para obligarles a enseñar la lengua y cultura japonesas a agentes norcoreanos. Cinco de los 17 volvieron con vida a Japón en 2002. Corea del Norte asegura que otros ocho murieron y ha negado que los cuatro restantes entrarán en algún momento al país.
Pyongyang da por resulta la cuestión y responsabiliza a "reaccionarios" en Japón de magnificar la cuestión. No está claro si este tema estará en la agenda de Trump y Kim.
Abe, que ganó precisamente popularidad con sus críticas a Pyongyang por los secuestros, aseguró el sábado que "Japón está decidido a hacer los máximos esfuerzos para que sea una cumbre histórica que avance en las cuestiones nuclear, misilística y de los secuestros".
La paz en la península coreana también aportaría a Japón cierta tranquilidad, después de que Pyongyang realizara en septiembre un ensayo nuclear y disparara en torno a 20 misiles el año pasado, alguno de los cuales sobrevolaron tierra firme nipona.
Rusia: mayor cooperación con Corea del Norte
Rusia busca aumentar la cooperación con Corea del Norte y le ha ofrecido su apoyo para desmantelar su arsenal nuclear con el fin de que las sanciones contra el país puedan ser Las conversaciones se centrarán en lograr un acuerdo sobre la desnuclearización de Corea del Norte, a cambio de un alivio de las sanciones económicas y diplomáticas que afectan al país estalinista..
Rusia comparte frontera con Corea del Norte y tiene relaciones relativamente estrechas con el país. El ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, se reunió con Kim la semana pasada y se habla ahora de un eventual encuentro también con el presidente ruso Vladimir Putin.
Tras un encuentro con su homólogo norcoreano, Ri Yong Ho, Lavrov dijo que Rusia asume que Corea del Norte no pondrá fin a su programa nuclear sin un levantamiento completo de las sanciones.
La intensificación de los contactos entre Corea del Norte y Rusia refleja la intención de Moscú de ampliar la cooperación en numerosa áreas, como en comercio, ayuda humanitaria o intercambio educativo o cultural.
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