El secretario de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Alejandro Mayorkas, rechazó este miércoles ante el Congreso que el aumento de migrantes en la frontera suroeste pueda calificarse como una crisis, aunque sí aceptó que la situación es “de un desafío muy serio”.
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El funcionario reconoció dos de los argumentos de los legisladores republicanos, al admitir que el gobierno tal vez no notificó de manera adecuada a las comunidades elegidas para albergar instalaciones de retención para niños y adolescentes migrantes, y que algunas personas fueron liberadas sin que se les practicaran pruebas diagnósticas de covid-19, a pesar de que se había implementado una nueva política.
Pero Mayorkas, quien permaneció prácticamente imperturbable durante las casi cuatro horas de un interrogatorio que con frecuencia se tornó hostil en el Comité de Seguridad Nacional de la Cámara de Representantes, refutó en reiteradas ocasiones a los republicanos que intentaban describir que la situación en la frontera con México está fuera de control.
“Tenemos un desafío muy serio y no creo que se pueda sobrestimar la dificultad de este desafío”, declaró el secretario. “También tenemos un plan para atenderlo. Estamos ejecutando nuestro plan y vamos a tener éxito”, señaló.
Asimismo, negó la existencia de una crisis humanitaria señalada por los republicanos, de la que responsabilizaron el gobierno del presidente demócrata Joe Biden.
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“Una crisis es cuando una nación está dispuesta a arrancar a un niño de 9 años de las manos de sus padres y separar a esa familia para disuadir de una migración futura”, afirmó.
“La situación es indudablemente difícil. Trabajamos día y noche para gestionarlo”, subrayó el funcionario de origen cubano.
Fue el primer enfrentamiento de alta magnitud en tema migratorio para el nuevo gobierno, que enfrenta repercusiones políticas mientras lidia con un marcado incremento de migrantes, muchos de ellos menores de edad.
Los republicanos alegan que el creciente número de personas que cruzan la frontera es motivado por las primeras acciones migratorias de Biden, entre las que se incluyen la suspensión de la construcción del muro y ponerle fin a un programa que obligaba a los solicitantes de asilo a pedir primero refugio en México o Centroamérica.
El número de personas detenidas mientras intentaban cruzar la frontera ha ido en aumento desde abril, y el mes pasado rebasó las 100 mil, encaminándose a su punto máximo en 20 años.
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La orden de Washington es expulsar a la gran mayoría de adultos pero ha decidido permitir que adolescentes y niños sin compañía adulta entren al país para solicitar residencia legal.
EN CIFRAS
100,414 migrantes fueron detenidos hasta febrero en la frontera con México tras ingresar de forma ilegal, según datos oficiales.
4,200 menores de edad permanecen en instalaciones de detención de corto plazo de la Patrulla Fronteriza, reveló la cadena CBS.