Bajo el confeti, las reivindicaciones: Nueva York rindió el miércoles homenaje a los héroes y heroínas que permitieron a la ciudad aguantar el golpe de la pandemia de covid-19, desde el personal médico hasta los repartidores o los empleados del metro, que ahora esperan muestras de reconocimiento, no solo gestos simbólicos.
En la tradición neoyorquina, centenares de "trabajadores esenciales" desfilaron por Broadway, en el sur de Manhattan, sobre un tramo de la avenida rebautizado "El cañón de los héroes" y por donde en el pasado marcharon soldados que regresaron del frente de batalla, astronautas al final de una misión histórica, jefes de Estado y campeones deportivos.
El desfile fue abierto por la enfermera Sandra Lindsay, que a mediados de diciembre fue la primer persona en ser vacunada contra el coronavirus en Estados Unidos, sentada en la parte trasera de una limusina descapotable.
Entre la música de orquesta y bajo los vítores, a pesar de un fuerte calor, le siguieron grupos de médicos y enfermeros, repartidores, empleados del transporte público y de supermercados, porteros de edificios...
Entre los miles de participantes y espectadores, Sara Cavolo, habitante de Brooklyn, saboreaba el momento.
"Atravesamos un periodo traumatizante, hemos perdido seres queridos, amigos, colegas (...) No había nadie caminando por la calle, sólo escuchábamos el silencio. Es tan fuerte recuperarse de todo eso. Lo logramos, y simplemente es bueno celebrarlo", dijo esta mujer de 38 años que trabaja en marketing.
La capital económica y cultural estadunidense pagó un duro tributo a la pandemia, sobre todo en abril y mayo de 2020. En total, más de 33 mil personas murieron debido al covid-19 en Nueva York.
Cavolo, que vive cerca de un hospital, se acuerda aún "de esos camiones que eran de hecho morgues ambulantes".
"Nos salvaron la vida"
En una ciudad aún traumatizada por el virus, muchos quieren expresar su reconocimiento a todos aquellos que hicieron funcionar a la metrópolis de 8.5 millones de habitantes.
"Esos trabajadores del día a día, que no son reconocidos, literalmente nos salvaron la vida", dijo otra neoyorquina, Melinda Mlinac.
Como muchos, le gustaría escuchar hablar de "mejores salarios" para esas profesiones consideradas esenciales.
"Es un momento de mucha alegría (...) pero no olvidemos nunca a esas personas que se tomaban el metro cuando era peligroso", dijo. "Las empresas de reparto de comida, Amazon, todas esas empresas deben reconocerlos y otorgarles ventajas".
Bajo el confeti -réplicas de los "ticker tapes" que los corredores de bolsa tiraban cuando el desfile pasaba por Wall Street- las pancartas de quienes desfilaban también recordaban sus reivindicaciones.
"Más enfermeros = mejores cuidados", decía el cartel de un empleado del sector de salud; "Protejan nuestros parques", pedían los agentes de los jardines públicos, mientras los empleados del metro reclaman una prima de riesgo.
Algunos trabajadores incluso boicotearon el desfile, entre ellos los conductores de ambulancias, que reclaman un alza de salarios, o los bomberos, que consideran prematuro festejar cuando avanza la variante Delta.
Para Yomaris Pena, una responsable de la ONG Somos que desfilaba como médica, las reivindicaciones de estos trabajadores esenciales están justificadas.
"No me considero un héroe porque yo quise ser médico, sabía que tenía que hacer esto (...) pero cada una de las personas aquí, algunas no podían decir que 'no' al trabajo, por ejemplo el chofer de bus, las personas que conducen el metro, los que limpian los hospitales (...) los enfermeros, los almaceneros; no pensamos en ellos".
Para Pena, el desfile del miércoles era "necesario" pero "no es suficiente". "Es sólo el inicio del reconocimiento que merecen por lo que han hecho".
DMZ