Legisladores estadunidenses dieron luz verde a una partida de mil millones de dólares para reabastecer la Cúpula de Hierro, el sistema de defensa antimisiles de Israel, después de la controversia que provocó el retiro de la misma suma de otro proyecto de ley, tras una revuelta del flanco más progresista de los demócratas.
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El monto se había incluido originalmente en una ley que abordaba un inminente cierre del gobierno y una posible crisis de deuda en octubre.
Sin embargo, un grupo de progresistas en la Cámara de Representantes, controlada por los demócratas, anunció que rechazaría el texto a menos que se retiraran del proyecto los fondos para la Cúpula de Hierro.
La transferencia de fondos finalmente avanzó en la Cámara de Representantes con una holgada votación de 420 a 9.
"La aprobación de este proyecto de ley refleja la gran unidad en el Congreso (...) para la seguridad de Israel", aseguró Nancy Pelosi, líder de los demócratas de la Cámara, en un discurso en los pasillos del recinto.
"La asistencia a Israel es vital, porque la seguridad de Israel es un imperativo para la seguridad de Estados Unidos".
La Cúpula de Hierro ha destruido miles de cohetes y proyectiles de corto alcance lanzados por militantes de Hamás desde Gaza antes de alcanzar áreas pobladas, según funcionarios israelíes.
Ha sido respaldada por Estados Unidos desde su lanzamiento hace una década por mil 600 millones de dólares, según el Servicio de Investigación del Congreso.
La maniobra del ala progresista había enfurecido a miembros de ambos partidos, y el líder republicano de la Cámara, Kevin McCarthy, denunció lo que llamó una capitulación demócrata a "la influencia antisemita de sus miembros radicales".
A través de Twitter, Dean Phillips, congresista demócrata de Minnesota, se mostró "incrédulo" de que sus colegas se opusieran a defender de los cohetes de Hamás a uno de los "aliados más importantes y la única nación judía en el mundo".
El primer ministro de Israel, Naftali Bennett, agradeció a ambas partes por su compromiso con la seguridad del país y al pueblo estadunidense por su "firme amistad".
Sin embargo, las objeciones a la financiación pusieron de relieve que los progresistas son cada vez más escépticos sobre la ayuda sin ataduras a Israel, tres meses después de que Naftali derrocara al primer ministro de derecha y línea dura, Benjamin Netanyahu.
Rashida Tlaib e Ilhan Omar, las primeras congresistas musulmanas estadunidenses, tuitearon su desaprobación de la financiación, citando violaciones de derechos humanos contra palestinos y la expansión ilegal de asentamientos.
DA