Al menos cinco de los precandidatos republicanos –Donald Trump, Ron DeSantis, Rick Scott, Nikki Haley y Vivek Ramaswamy- respaldan la polémica propuesta de bombardear a los cárteles mexicanos de las drogas que exportan fentanilo a Estados Unidos por lo que en su primer debate, mañana en Milwaukee, se perfila para que el tema México, cárteles del narco y los migrantes, se muestren como los “villanos” de la carrera presidencial.
Aunque Trump decidió boicotear el debate –para evitar un resbalón que pudiera poner en peligro su creciente ventaja contra el resto de sus rivales internos—, su agenda belicosa y anti-inmigrante ha sido no sólo calcada por sus rivales, sino incluso radicalizada como en el caso de DeSantis, para cortejar al núcleo duro de simpatizantes racistas y xenófobos del ex presidente.
“Lastimosamente veremos más de lo mismo entre los contendientes republicanos: el uso del tema de la inmigración para enardecer a su base”, anticipa a MILENIO la directora ejecutiva de la organización America’s Voice, Vanessa Cárdenas. “Trump también ya ha dado a conocer su plan migratorio. Y como él encabeza las encuestas hacia a la nominación republicana, será el ejemplo que otros van a emular”, advierte.
La radicalización de la agenda conservadora hacia un perfil militarista, no sólo para acabar con los cárteles de las drogas sino para contener las oleadas de migrantes, resurgió desde enero pasado en una fallida iniciativa de ley presentada por el republicano de Texas Dan Crenshaw –un ex Navy Seal- pero ha sido adoptada por la mayoría de los aspirantes de ese partido.
Poco después, el Freedom Caucus, la fracción más radical de la bancada republicana, circuló una iniciativa de ley de “control fronterizo” donde quería volver realidad otro de los sueños de la derecha: impedir la entrada de todos los solicitantes de asilo en la frontera con México, a como diera lugar.
Para marzo, la revista Rolling Stone reveló que, con o sin con el consentimiento de México, Trump pidió a su equipo que le presentaran “planes de batalla” para atacar a los cárteles de droga que están cruzando sus fronteras del sur si es reelecto, a fin de contener el tráfico de fentanilo a EU.
Su plan fue acogido con simpatía por los sectores republicanos más radicales y por algunos de los aspirantes que debatirán el miércoles en Milwaukee, pero especialmente por el gobernador de Florida, Ron DeSantis.
Para contener lo que calificó como una “invasión”, DeSantis propuso lo que Trump nunca pudo conseguir: eliminar la ciudadanía por nacimiento, completar el muro en la frontera con México y enviar fuerzas militares contra los cárteles, pero entonces su popularidad se estancó. “No se puede ser más trumpista que Trump”, comentó un analista.
Otro aspirante, Rick Scott, senador afroamericano por Carolina del Sur, les siguió la corriente: “Cuando sea presidente, los cárteles de la droga que utilizan laboratorios chinos y fábricas mexicanas para matar estadunidenses dejarán de existir. Congelaré sus activos, construiré el muro y permitiré que las mejores fuerzas armadas del mundo (refiriéndose a las estadunidenses) luchen contra estos terroristas”.
La única mujer en la contienda, la ex embajadora en Naciones Unidas, Nikki Haley no se quedó atrás: “Cuando se trata de los cárteles, uno le dice al presidente mexicano: ‘O lo haces tú o lo hacemos nosotros’. Pero no vamos a permitir que toda esta anarquía siga ocurriendo”.
Vivek Ramaswamy, el empresario millonario de origen indio de 38 años, apoya “no solo congelar sus activos” sino emplear “fuerza militar justificada contra los cárteles”. Otro aspirante, el ex jefe de la DEA Asa Hutchinson, respalda por lo menos designar a los narcotraficantes como grupos terroristas. El único que no favorece explícitamente el uso de la fuerza militar es el ex vicepresidente Mike Pence.
VRM