Prohibición de documentos en Kosovo genera tensiones con Serbia; OTAN se prepara

Kosovo anunció a finales de junio pasado que prohibirá desde el 1 de agosto el uso de documentos de identidad y matrículas de Serbia en su territorio.

El primer ministro de Kosovo, Albin Kurti. (Twitter)
Editorial Milenio
Madrid /

Esta noche del domingo han surgido fuertes tensiones entre Kosovo y Serbia con bloqueos de los pasos fronterizos y carreteras, por la amenazas de aplicar por parte de Pristina de la prohibición de documentos y matriculas serbias en el país balcánico, medida a la que se oponen los serbios.

Kosovo anunció a finales de junio pasado que prohibirá desde el 1 de agosto el uso de documentos de identidad y matrículas de Serbia en su territorio, en una decisión similar a la que el pasado septiembre generó una crisis que implicó que los dos países aumentaran sus fuerzas de seguridad en la frontera.

Pero el gobierno decidió posponer las decisiones de reciprocidad sobre las placas de matrícula y las identificaciones emitidas por Serbia durante un mes, hasta el 1 de septiembre de 2022. De acuerdo con medios estadunidenses, el l embajador de Washington en Kosovo, Jeff Hovenie, instó a las autoridades de Kosovo a posponer por un mes sus planes para reemplazar los pasaportes y las matrículas con los de Kosovo.

"En cooperación con nuestros aliados internacionales, nos comprometemos a posponer la implementación de las decisiones sobre matrículas de automóviles y documentos de entrada y salida en los puntos de cruce fronterizo con Serbia durante 30 días, con la condición de que se eliminen todas las barricadas y se restablezca la libertad total de movimiento", dijo el primer ministro de Kosovo, Albin Kurti. 

Kurti informó en un inicio que quienes entren en Kosovo con matrículas emitidas por Serbia recibirán un documento temporal kosovar válido durante su estancia en el país. Además, tendrían que ser sustituidas por las oficiales de Kosovo antes del 30 de septiembre.

La prohibición de circular en Kosovo con matrículas de Serbia provocó el pasado septiembre cortes de carreteras por parte de la minoría serbia. Kosovo reaccionó desplegando fuerzas especiales, con blindados y armas automáticas, y Serbia elevó el nivel de alerta de sus tropas y su fuerza aérea comenzó a patrullar la frontera.

El gobierno de Serbia ha reaccionado diciendo que Kosovo quiere expulsar a los serbios del norte del país, donde se concentra esta minoría. El presidente serbio, Aleksandar Vucic, ha acusado incluso al gobierno kosovar de preparar un ataque contra los serbios de Kosovo después del 30 de septiembre.

También acusó a Occidente de tolerar y apoyar el incumplimiento por parte de Kosovo de lo acordado en las negociaciones entre Pristina y Belgrado para mejorar sus relaciones.

Kosovo y Serbia llevan a cabo desde 2011 difíciles y poco fructíferas negociaciones para normalizar sus relaciones. La antigua provincia serbia proclamó en 2008 la independencia, que Serbia no reconoce, y que ha sido apoyada por Estados Unidos y la mayoría de los socios de la Unión Europea, pero no por Rusia, China, India, Brasil o España, entre otros Estados.

La OTAN se prepara por si se desestabiliza la situación

La Fuerza Internacional de Seguridad para Kosovo (KFOR) de la OTAN está dispuesta a intervenir si se pone en peligro la estabilidad en el norte de Kosovo, ha advertido la organización militar esta noche en un comunicado, esto tras la decisión del gobierno en Pristina de posponer las decisiones de reciprocidad sobre las placas de matrícula y las identificaciones emitidas por Serbia.

Difundido a través de la red social Twitter y tras admitir que "la seguridad en el norte de Kosovo es tensa", KFOR señala que "tomará todas las medidas necesarias para mantener un entorno seguro en Kosovo en todo momento, de acuerdo con su mandato de las Naciones Unidas", emanado de la resolución 1244 de 1999.

KFOR resalta que el comando está en contacto con todos sus principales interlocutores, incluidos representantes de organizaciones de seguridad de Kosovo y el Jefe de la Defensa Serbia y que continuará ofreciendo su apoyo a la normalización del proceso entre Pristina y Belgrado.

"No habrá perspectivas reales para un mejor futuro en los Balcanes sin un respeto total a los derechos humanos y valores democráticos, estado de derecho, reformas internas, y buenas relaciones vecinales. El diálogo constructivo es la llave para la estabilidad regional" concluyó.

dr

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