Los sindicatos de empleados de la Iglesia de Suecia terminaron el miércoles una huelga inédita que amenazaba con ampliarse a los sacerdotes, tras un acuerdo con su organización patronal.
El llamado a la huelga, convocada solo por una parte del personal —guardianes y empleados de crematorios— se hizo la semana pasada ante al fracaso de las negociaciones con la dirección de la Iglesia luterana sueca, aun mayoritaria en el país, pero que se enfrenta a una baja de recursos.
Con 24 mil empleados, la antigua Iglesia oficial del Estado ya solo cuenta con 5.8 millones de miembros, que pagan un impuesto específico para financiarla, frente a más de 7 millones en los años 70. Los sindicatos, liderados por la organización Kommunal, negocian desde hace varios meses nuevos acuerdos colectivos, pero la dirección espera hacer economías.
El martes por la noche, la organización patronal de la Iglesia de Suecia aceptó finalmente el nuevo acuerdo propuesto por los sindicatos. Si no había acuerdo, la huelga amenazaba con ampliarse el viernes a los sacerdotes y otros miembros de las instituciones clericales, que podían perturbar bautizos, matrimonios y otros grandes acontecimientos de los fieles.
Es la primera vez en la historia de la Iglesia sueca que se presenta un llamado a la huelga, aun cuando el movimiento fue limitado. Para los sindicatos, este giro de parte de la Iglesia es una victoria.
La Iglesia siempre ha desempeñado un papel central en la vida de los suecos, pero la práctica religiosa se redujo mucho en las últimas décadas. Hasta en los años 1950, los suecos quedaban automáticamente inscritos en una comunidad religiosa desde su nacimiento. Una nueva ley sobre la libertad religiosa aplicada en 1951 autorizó a los suecos a salirse de la Iglesia.
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