¿Más que historia? Por qué se iniciaría una guerra bélica entre Rusia y Ucrania

Con motivos históricos y geopolíticos, Rusia y Ucrania están al borde de un conflicto bélico, donde no sólo se juega la identidad de una nación, sino también un expansionismo de occidente hacia la frontera con Rusia.

El conflicto armado entre Rusia y Ucrania po0dría estallar si no se mantiene la línea diplomática. (AP / Ilustración)
y Agencias
Ciudad de México /

Los tambores de guerra rondan en Rusia y Ucrania, esto en las horas de máxima tensión entre ambos países, donde puede estallar un conflicto bélico. El presidente de Rusia, Vladimir Putin reconoció la independencia de Donetsk y Lugansk, controladas por milicias prorrusas, generando mayores tensiones al conflicto.

Sin embargo, es el resultado de mil años de historia y cómo en las últimas décadas ha habido un distanciamiento por el acercamiento a occidente por parte de Kiev. Putin reiteró la importancia de Ucrania en la historia de la Unión Soviética, y que criticó por abandonar ese pasado por unirse a occidente. 

La mayoría de los ucranianos comprenden las dos lenguas, el ucraniano y el ruso, aunque en la actualidad la política de "ucranización" exige que los medios publiquen en ucraniano y que la lengua y la literatura rusas desaparezcan de los programas escolares. Para Ucrania se trata de contrarrestar la rusificación forzada de Kiev en la época soviética.

¿Cuál es el interés histórico de Rusia por Ucrania?

Los pueblos ruso y ucraniano están relacionados por un milenio de historia, desde la Rusia kieviana, un Estado eslavo medieval que tenía a Kiev por capital y se extendía desde parte de la Ucrania y la Rusia europea actuales.

Pero desde el punto histórico, esto se fortalece desde los tiempos del Imperio Ruso cuando conquista la península de Crimea —un pueblo vasallo controlado por los otomanos— durante la Guerra Ruso-Turca de 1768 a 1774 y que hasta una década después sería oficialmente anexado a Rusia.

Rusia ha tenido conexiones históricas con Ucrania desde los tiempos del Imperio Ruso. (AFP)

La región originalmente fue habitada por los tártaros —una etnia pan-turca de religión musulmana—; con la anexión del Imperio ruso, muchos de ellos terminaron en el exilio mientras que los rusos empezaron a generar el cambio demográfico en la región. La mayor parte de Ucrania cayó en manos del Imperio Ruso bajo el reinado de Catalina la Grande en 1793.

Crimea, el apogeo del romanticismo ruso

Durante gran parte del Imperio Ruso, y un poco antes, Crimea se convirtió en el "corazón del romanticismo ruso", en el que varios músicos y literatos radicaron un tiempo ahí para la creación de sus obras, como el compositor de música clásica Piotr Ilich Tchaikovsky y el escritor Aleksander Pushkin.

En medio de la caída del Imperio Ruso, Ucrania buscó ser una nación independiente y liberarse de Rusia después de la revolución de febrero de 1917 en San Petersburgo, pero duró poco, ya que se formaron muchas facciones que se autoproclamaban gobiernos de la recién nacida república, cada una con partidarios y opositores, entre ellos, los bolcheviques.

Esto también terminaría siendo parte de la la guerra Ucranio-Soviética que se extendería hasta 1923. Muchos de los territorios de la antigua Ucrania terminarían siendo parte de Polonia, Checoslovaquia y Rumania. Aunque la fundación del estado socialista fue en 1919, fue hasta 1922 cuando es admitido a la URSS.

Las políticas soviéticas impulsadas por Josef Stalin marcaron una transformación económica y social en Ucrania, tradicionalmente agrícola, donde la producción industrial se cuadruplicó cuando la república experimentó un desarrollo industrial récord.

Pero esta transformación, en conjunción de otros factores como desastres naturales, mayor demandas de alimentos, malas cosechas la exportación de granos derivó en el Holodomor, la "Gran Hambruna" en la Unión Soviética en 1932, que causó una pérdida directa de vidas humanas estimada entre 2.6 millones y 10 millones de personas.

La colectivización forzada, basada en políticas represivas, tuvo un efecto devastador en la productividad agrícola de la región. Esto también provocó una caída demográfica en la población ucraniana.

Los vínculos entre Rusia y Ucrania se extienden desde lo poblacional hasta lo religioso. (AFP)

Durante la Segunda Guerra Mundial, Ucrania fue uno de los puntos claves para las topas del Ejército Rojo en la derrota de los alemanes, que esto derivó en la expansión del territorio ucraniano, estableciéndose hasta los actuales límites con Polonia.

Al finalizar la guerra, y tras la muerte de Stalin, Ucrania se mantuvo como una de la regiones primordiales de desarrollo dentro de la propia URSS. En 1945, ya con el primer secretario del Partido Comunista, Nikita Jruschov, fue que se cedió la península de Crimea a Ucrania por sus estrechos lazos.

Esto hasta su declive en la década de 1980. La Perestroika de Mijaíl Gorbachov, el desastre de Chernóbil de 1986, las políticas de rusificación y el aparente estancamiento social y económico llevaron a varios ucranianos a oponerse al gobierno soviético.

Chernobyl, el previo colapso de la URSS

El peor accidente nuclear de la historia ocurrió el 26 de abril de 1986 en Ucrania, entonces república soviética, cuando un reactor de la central de Chernobyl explotó, contaminando tres cuartas partes de Europa y la URSS.

Unas 350 mil personas fueron evacuadas de un perímetro de 30 kilómetros alrededor de la central, lo que era la ciudad de Prípiat, que sigue siendo aun zona prohibida. Eso generó una crisis interna dentro de la Unión Soviética.

El Soviet Supremo de Ucrania declaró la independencia el 24 de agosto de 1991, cuatro meses antes del la formal caída de la URSS, que cambió el nombre del país a simplemente Ucrania. El resultado del referéndum de independencia de 1991 celebrado el 1 de diciembre de 1991 resultó ser una sorpresa: una abrumadora mayoría, el 92.3 por ciento, votó a favor.

A esto le siguió una votación en 1992 del parlamento de Crimea para celebrar un referéndum sobre la independencia de Ucrania, lo que generó una crisis de dos años sobre el estatus de la península. Al mismo tiempo, el Soviet Supremo de Rusia votó para anular la cesión de Crimea a Ucrania.

Fue hasta 1994 cuando se implementó otro referendo en el que los habitantes de Crimea votaron a favor de anexarse a Ucrania, pero teniendo al doble nacionalidad rusa. Aunque fue reconocido por Rusia, esto también generó disputas políticas, sobre todo por las flotas marinas en el Mar Negro.

El este de Ucrania es de las regiones donde más predominan los rusos, mismos que reclaman ser parte de Moscú. (Reuters)

Sin embargo, durante la década de los 2000, Ucrania se empezó a acercar a Europa, junto a otros países ex soviéticos que también hoy forman parte de la Unión Europea y la OTAN. La expansión de la Alianza Atlántico generó alertas en el Kremlin, debido a promesas tras la caída de la URSS.

¿Qué tiene que ver Crimea en la disputa entre Ucrania y Rusia?

​Hasta 2013, con el Euromaidán —las protestas contra el gobierno ucraniano tras la decisión de suspender la firma del Acuerdo de Asociación Unión Europea-Ucrania y estrechar los vínculos con Rusia— fue que derivo en el inicio de la situación actual, al inicio, plenamente con una guerra que dejó 14 mil muertos.

Después de que el presidente de Ucrania afín al Kremlin, Víktor Yanukovich, fuera depuesto en febrero de 2014, las regiones pro-rusas de Donetsk y Lugansk trataron de declarar su independencia y en medio del conflicto se dio la anexión de Crimea por parte de Rusia bajo un referendo cuestionado por occidente. Estas tres zonas son las que más suelen estar conectadas a Moscú por los lazos históricos y culturales.

Tropas ucranianas y batallones de voluntarios libraron duras y devastadoras batallas con los rebeldes con artillería pesada, vehículos blindados y aviones de combate. Ucrania y Occidente acusaron a Rusia de apoyar a los separatistas con tropas y armas. Moscú rechazó las acusaciones y dijo que cualquier ruso que combatiera en el conflicto era voluntario.

Los inocentes del vuelo de Malaysia Airlines

En medio de los combates, el Vuelo 17 de Malaysia Airlines fue derribado sobre el este de Ucrania el 17 de julio de 2014. Las 298 personas que iban a bordo murieron.

Una investigación internacional concluyó que el avión había sido destruido por un misil lanzado desde una zona controlada por rebeldes. El arma, señalaron los expertos, llegó a Ucrania desde una base militar en Rusia, aunque Moscú rechazó de plano cualquier implicación en el suceso.

Los líderes de Francia y Alemania comenzaron los esfuerzos por negociar una tregua en conversaciones con Rusia y Ucrania cuando se reunieron en Normandía, Francia, en 2014 de junio, en lo que pasó a conocerse como el formato de Normandía.

Tras una gran derrota de las tropas ucranianas en agosto de 2014, representantes de Kiev y los rebeldes firmaron una tregua en Minsk en septiembre de 2014.

La anexión de Crimea por parte de Rusia generó disputas contra Putin por el mundo occidental. (Archivo)

El documento, llamado Minsk I, planteaba un cese el fuego supervisado por la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa, la retirada de los combatientes extranjeros, intercambio de prisioneros y rehenes, una amnistía para los insurgentes y la promesa de que las regiones rebeldes tendrían cierto grado de autonomía.

El acuerdo se derrumbó con rapidez y los combates a gran escala se reanudaron. En enero y febrero de 2014, las tropas ucranianas sufrieron otra gran derrota en la batalla de Debaltseve.

Francia y Alemania se movieron deprisa para ayudar a negociar otro acuerdo de paz, y el 12 de febrero de 2015, representantes de Ucrania, Rusia y los rebeldes firmaron un acuerdo que planteaba un nuevo cese el fuego, retirada de armas pesadas de la línea de contacto entre tropas y rebeldes y cláusulas para una solución política. Los líderes de Rusia, Ucrania, Francia y Alemania firmaron una declaración en apoyo del acuerdo.

El acuerdo, llamado Minsk II, incluía un cese el fuego vigilado por la OSCE, una retirada del armamento pesado y de los combatientes extranjeros de la línea de contacto y un intercambio de prisioneros.

En un importante logro diplomático para Rusia, el documento obligaba a Ucrania a conceder un estatus especial para las regiones separatistas que les permitiría tener su propia policía y les daría capacidad de decisión para nombrar fiscales y jueces. También requiere que Kiev ofrezca una amnistía generalizada para los separatistas y negocie con los rebeldes los detalles para celebrar elecciones locales.

También estipula que Ucrania sólo podría recuperar el control de la frontera con Rusia en las regiones rebeldes una vez hubieran alcanzado un grado de autonomía y hubieran celebrado elecciones locales monitoreadas por la OSCE, unos comicios que casi con certeza mantendrían a los rebeldes prorrusos en el poder de la región.

Una guerra que tardó en dejar mejorías

Ucrania depende de los impuestos generados por el tránsito del gas ruso hacia Europa y el gobierno ucraniano se preocupa por los nuevos proyectos de gasoductos que la evitan, como el Nord Stream 2 que se comunica con Alemania por el mar báltico.

​Con la crisis de 2014, la economía ucraniana se hundió y el PIB cayó casi un 7 por ciento. El año siguiente se hundió 10 por ciento, mientras la inflación superaba el 40 por ciento. La economía mostró signos de recuperarse en los años siguientes, pero el país sigue siendo uno de los más pobres de Europa con un salario mensual promedio de 550 euros.

En otro logro para el Kremlin, el texto no incluía ninguna obligación para Rusia, que insiste en que no es una parte del conflicto y lo describe como un asunto interno ucraniano. Muchos en Ucrania vieron el acuerdo con malos ojos y lo consideraron como una traición a los intereses del país y un golpe a su integridad territorial. En la práctica, la consternación generalizada ha bloqueado la implementación del acuerdo.

Vladimir Putin no ha ocultado su nostalgia por la Unión Soviética, por ello mantiene un reclamo sobre Ucrania. (Archivo)

Aunque el acuerdo de Minsk ayudó a poner fin a las grandes batallas, las escaramuzas frecuentes han continuado, de las que ambas partes se acusan mutuamente. Los dos bandos han negociado una larga serie de treguas, pero todas se incumplieron con rapidez.

Por qué Rusia no quiere que Ucrania entre a la OTAN

Rusia dice que la OTAN, la alianza militar encabezada por Estados Unidos y que tiene ahora en sus manos la mayor crisis europea en decenios, no debe ofrecer nunca la membresía a Ucrania, que ganó su independencia cuando la Unión Soviética se disolvió hace unos 30 años.

Ucrania ha aspirado desde hace tiempo a integrarse a la OTAN, pero la alianza no está cerca de ofrecerla, en parte debido a la corrupción oficial de Ucrania, deficiencias en su estructura de defensa militar y su falta de control sobre sus fronteras internacionales.

La verdad es que las demandas de Putin van más allá del asunto de la asociación de Ucrania con la OTAN, pero ese vínculo es central en las quejas del presidente ruso de que Occidente está agotando su paciencia al acercarse a las fronteras rusas. Él dice que la Alianza Atlántica ha fortalecido su seguridad en los últimos años a expensas de la seguridad de Rusia.

Los rusos demandan una garantía legal de que se le negará a Ucrania la membresía en la OTAN, a sabiendas de que la alianza como principio nunca ha excluido la membresía de ningún país europeo —incluso de la propia Rusia—, pero la OTAN no tiene planes de ofrecer la membresía a Ucrania en el futuro previsible. El principio mencionado por la OTAN es que todos los países deberían tener libertad para elegir con quién aliarse.

La OTAN ha mantenido una expansión hacia el oriente de Europa, algo que ha preocupado a Rusia (AP)

También, ucrania ha acusado a Rusia de no retirar a sus tropas de zonas de conflicto de las zonas de conflicto tras el acuerdo de Minsk. Moscú ha negado de plano que tenga presencia allí y ha señalado al despliegue de instructores militares occidentales en Ucrania.

Aunque niega cualquier implicación militar en el este de Ucrania, Rusia ha ofrecido apoyo político y económico a los rebeldes y dado la ciudadanía a más de 700 mil habitantes de la región. Los líderes de Rusia, Ucrania, Francia y Alemania expresaron su apoyo al acuerdo de Minsk la última vez que se reunieron, en diciembre de 2019 en París, pero no se han hecho progresos visibles.

Zelenski ha presionado para que se celebre otra cumbre a cuatro bandas, pero el Kremlin dice que no serviría para nada a menos que Ucrania acepte cumplir con sus obligaciones del acuerdo.

Sin embargo, algunos expertos aseguran que para Putin, su vecino se equivoca al verse como víctima del imperialismo zarista, luego del soviético y ahora del ruso. Considera que las dos revoluciones ucranianas, en 2005 y 2014, contra las élites pro-rusas, fueron el resultado de conspiraciones occidentales, y que por ello Moscú "debe mostrarse fuerte, verse aterrador".

La economía de Ucrania, en riesgo

Frente al nuevo incremento de las tensiones este año, las previsiones de crecimiento y su divisa, la grivna —con un valor actual de 3 centavos de dólar y de euro o 72 centavos mexicanos por grivna— se ven afectados, y se registra fuga de capitales y aumento de la inflación.El banco central ha rebajado su previsión de crecimiento para 2022 del 3.8 al 3.4 por ciento.


También tuvo que gastar más de mil millones de dólares en enero para mantener a flote la moneda, la grivna, lastrada por las salidas de capital de inversores preocupados.La moneda tocó su nivel más bajo en cuatro años, alimentando la inflación y socavando el poder adquisitivo en uno de los países más pobres de Europa. La situación ha llevado a Zelenski a distanciarse del alarmismo estadunidense. "No necesitamos este pánico" porque "tenemos que estabilizar la economía", afirmó.

El conflicto entre Rusia y Ucrania ha ido escalando en las últimas semanas, principalmente por no haber resuelto los problemas de 2014. (AFP)

Las autoridades ucranianas, presionadas por Occidente para que apliquen el acuerdo de Minsk, se han mostrado cada vez más críticas con el documento. El secretario del Consejo Nacional ucraniano de Seguridad y Defensa, Oleksiy Danilov, dijo a la agencia AP que el acuerdo se había firmado “a punta de pistola rusa” y advirtió que “el cumplimiento del acuerdo de Minsk supone la destrucción del país”.

El ministro ucraniano de Exteriores, Dmytro Kuleba, argumentó que Moscú intenta utilizar el pacto para que las regiones rebeldes se reintegren en Ucrania y utilizarlas para bloquear las aspiraciones pro-ocidentales del país, y afirmó que “eso no ocurrirá”.

Zelenski fue más diplomático, pero dijo que no le gusta ningún punto del documento, un comentario que provocó una directa respuesta del presidente de Rusia, Vladimir Putin. “Le guste o no”, bromeó Putin, citando un explícito pasaje del folclore ruso. “Tiene que cumplir lo que prometió”.

dmr

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