Entre "incertidumbre" y "tensión", así llegan Boric y Kast a la elección presidencial en Chile

Conoce el escenario que enfrentan ambos contendientes al cargo que liderará un país marcado por el estallido social, la economía y la pandemia del covid-19.

Gabriel Boric y José Antonio Kast son los candidatos a presidente de Chile en la segunda vuelta. | Fotos: Reuters; Diseño: Oscar Ávila
Orlando Zamora
Ciudad de México /

El escenario que ocurrirá en Chile en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales será estresante, especialmente ante un país que su ciudadanía se encargó de señalar a políticos las importantes desigualdades que hay en varias áreas sociales y que ahora, como gran contraste, posicionó al izquierdista Gabriel Boric y al ultraderechista José Antonio Kast para que compitan para ser el próximo mandatario.

Boric y Kast protagonizarán una de las elecciones más extenuantes que ha vivido el país, la cual, en entrevista con MILENIO, importantes expertos de la política chilena analizaron el panorama que hay, adelantando que se sitúa entre la “incertidumbre” y la “tensión”.

¿Qué pasa en Chile con la segunda vuelta presidencial?

Chile llega a un nuevo balotaje en su historia cumpliendo el calendario político, pero con un clima que, lejos de lo previsible, se vive de forma intensa, especialmente tras el estallido social ocurrido el 18 de octubre de 2019, lo que ha marcado la historia reciente de ese país tras una ola de protestas contra la clase política.

Ese hecho se produjo por el anuncio del alza en la tarifa del transporte público de Santiago de Chile, lo que desencadenó una inusual protesta de estudiantes secundarios que saltaron los torniquetes del Metro de la capital para pasar sin pagar. La criminalización hacia los manifestantes hecha por el presidente Sebastián Piñera, que para una amplia mayoría fue injustificada, hizo que la población se levantara contra su gobierno y la clase política en general.

A las constantes protestas, los contagios de coronavirus y las dificultades económicas, Chile tuvo varias elecciones por un año, que incluyó un plebiscito que aprobó eliminar la Constitución Política creada en la dictadura de Augusto Pinochet, el voto que determinó a los redactores de la próxima ley base, así como diputados, senadores, alcaldes, entre otros cargos locales, llegando a ser el más trascendental el sufragio para el próximo presidente de ese país.

Es precisamente ese último tipo de elección que, tras hacerse una primera vuelta el 21 de noviembre con siete aspirantes, hoy tiene a Boric y Kast como los únicos que alcanzaron a estar en las siguientes papeletas.

"La palabra clave aquí es incertidumbre, no sabemos cuál será el resultado, las encuestas que conocemos, que no son muchas porque en Chile hay prohibición de hacer encuentras a días de las elecciones, pero lo que se mostró antes nos refleja un empate técnico y por otro lado Chile muestra una tendencia a la baja, desde el retorno a la democracia, respecto a la participación, eso incluso cuando el voto era por inscripción voluntaria y voto obligatorio", dijo Mariana Ardiles, docente de la Escuela de Gobierno de la Universidad de Chile.

Para la también periodista y maestra en Ciencias Políticas, hay que considerar que "sí hay un factor que podría hacer que saliera un poco más de gente a votar que es la incertidumbre respecto a los resultados (...) Pero si aumenta la participación, no debería ser por mucho".

Según datos del Servicio Electoral (Servel), el organismo encargado de supervisar las elecciones en Chile, el 47.33 por ciento de los ciudadanos habilitados votó en ese país y en las mesas constituidas en otras naciones en los comicios de noviembre, por lo que la situación para la segunda vuelta sigue siendo expectante.

"Se puede decir que es la elección más tensa, es una elección que ha instalado una polarización artificial que obviamente, frente a la segunda vuelta, se ha intensificado, donde cada uno de los candidatos se ha enfocado en buscar votos del centro o buscar más electores o aquellos indecisos que no participaron en primera vuelta", afirmó Guillermo Holzmann, académico de la Universidad de Valparaíso de Chile.

El también analista político y consultor sostuvo que "vivimos además un proceso de desideologización, hay mucho voto cruzado en todas las elecciones, votan por una ideología 'A' para presidente, una 'B' para diputados, una 'C' para senadores y así sucesivamente".

"Es un voto pragmático, no es un voto ideológico y por eso nosotros hablamos de que es una polarización artificial porque no es un voto que se esté jugando un modelo de sociedad, lo que se está jugando es cómo se hace la transformación de lo que es un modelo global que Chile lo tiene hace 50 años que es un modelo económico neoliberal, de qué manera se hace esa transformación", afirmó.

¿Cómo se ha modificado la política chilena?

Según Ardiles, en Chile “hay ya bastante dificultad política en el ambiente con temas del estallido social, más de materia de políticas sociales, que no han tenido mayores avances. El mismo estallido social contribuyó un poco a intensificar las posiciones políticas de las personas”.

Para la especialista, aunque no hay un escenario similar al de Venezuela, sí hay procesos que, en pleno gobierno conservador y de derecha de Piñera, han funcionado más lentos en comparación a otros tiempos, sumando también al quiebre entre la ciudadanía y los partidos políticos más tradicionales, de los cuales ninguno de sus representantes pudieron llegar a la segunda vuelta, incluyendo el oficialismo.

Además, luego de mucho tiempo, es la primera vez que en las elecciones presidenciales chilenas no se presenta un ex mandatario. Anteriormente sí habían aparecido en las papeletas Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Michelle Bachelet y Sebastián Piñera, siendo únicamente estos dos últimos reelectos, aunque no de forma consecutiva por ley vigente.

El mapa político interno en Chile tuvo un cambio que no solamente se vio reflejado con las elecciones de los nuevos representantes públicos en el Congreso, también con el propio estilo de hacer política en las elecciones presidenciales, donde incluso el lenguaje entre campañas, según Holzmann, es más agresivo.

"Es un lenguaje que es violento, descalificatorio, en algunos minutos con un lenguaje de odio y donde tienen mucha relevancia las redes sociales, mucha relevancia todo lo que es digital, estamos hablando de las fake news, una campaña que ha incorporado una serie de elementos que no eran tradicionales en los procesos electorales chilenos", dijo.

Tanto Boric como Kast han tenido eso sí que moderar sus posturas políticas en sus discursos en segunda vuelta, tratando de buscar los votos de centro, especialmente luego de ver que en la primera elección fue Franco Parisi, un independiente que no estuvo en Chile haciendo campaña, sacó un importante tercer puesto mientras se encuentra en Estados Unidos.

"La sociedad está buscando libertad, igualdad y justicia, todo al mismo tiempo", dice Holzmann, a lo que antes había un partido para cada una de esas demandas, "en consecuencia no hay una polarización que nos retrotraiga al Siglo XX, sino que hay en la práctica una nueva propuesta de una ciudadanía que no sabe cómo expresarla, que lo está haciendo a través del voto".

¿Cómo llega Gabriel Boric a la segunda vuelta presidencial en Chile?

Gabriel Boric, actual diputado asociado a una izquierda más radical en comparación a los anteriores gobiernos de la Concertación y con pasado como dirigente estudiantil, ha tenido que empezar a tener acercamientos con los bloques de centroizquierda, estableciendo lazos importantes con Michelle Bachelet y Ricardo Lagos, ambos ex presidentes socialistas del conglomerado.

"Él llega con un logro importante, el haber reunido los apoyos de gran parte de la oposición (...) Tiene el apoyo de la ex presidenta Bachelet y del ex presidente Lagos. Bachelet tiene no solamente respeto, también el cariño de una parte importante de la población, no así Ricardo Lagos, pero igual es visto como un estadista, un hombre fuerte", sostuvo la experta.

Consideró también que él “ha ido en la dirección correcta, recordando temas que históricamente a la izquierda le ha costado abrazar como propios como es el tema de la seguridad, de los eventos públicos, del combate a la delincuencia, el narcotráfico. Entonces él, en su nueva franja para la segunda vuelta, prioriza esos temas”.

Por su parte, Holzmann sostiene que, aunque está presente al apoyo del Partido Comunista a la candidatura del izquierdista, el mismo aspirante ha tratado de implantar la modificación de lineamientos históricamente establecidos, “a tal punto que Boric, tras haberse declarado marxista, ahora es un socialdemócrata”.

"El factor positivo en Boric es mantener la idea de la transformación, está muy ligada a la idea de que Chile necesita una transformación institucional, una transformación que comprende también a la sociedad, de carácter inclusivo, que son elementos que son relevantes", dijo el especialista.

¿Cómo llega José Antonio Kast a la segunda vuelta presidencial en Chile?

José Antonio Kast, que respalda la dictadura de Pinochet, a ex militares detenidos por crímenes de lesa humanidad durante ese régimen y que en algún momento perteneció a la Unión Demócrata Independiente (actual integrante del bloque oficialista tradicional y conservador), llega a una segunda vuelta con el Partido Republicano, fundado por él y marcado por ser ultraderecha, moderando también su discurso y eliminando polémicos puntos de su programa de gobierno presentado anteriormente.

"Kast estaba atrincherado en esa perspectiva ultraconservadora, ultraderecha, con ese deja vu pinochetista, ha tenido que abrirse a las ideas de la derecha liberal en Chile (...) Lo que plantea es orden y seguridad, lo que plantea en la práctica es estabilidad desde un punto de vista conservador", afirmó el docente de la Universidad de Valparaíso de Chile.

No es extraño que la figura de Kast se asemeje con la del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, o al ex mandatario de Estados Unidos, Donald Trump, sin embargo, Ardiles sostiene que el chileno "es un poco más astuto para dar palabras menos escandalosas", aunque la línea principal para motivar a su seguidores no ha cambiado.

"Tiene una campaña que apela al miedo, al miedo a la violencia, al miedo por el desorden. Él mismo dice en sus últimas palabras en el debate (presidencial) que se vienen tiempos difíciles (...) busca ser una carta que muestre seguridad y orden en esos tiempos difíciles", dijo la docente de la Universidad de Chile.

Las primera propuestas de Kast fueron, al menos, polémicas en sus primeros días, eliminando el Ministerio de la Mujer, fomentando garantías para las parejas heterosexuales casadas y restando importancia a los derechos de la comunidad LGBT.

"Claramente él tiene una agenda que es de ultraderecha, apuesta por un estado más pequeño, por reducir el número de funcionarios públicos y habla mucho de la libertad, pero un libertad entendida en algunos aspectos, como la libertad económica porque en lo moral él más restrictivo, prefiere las familias casadas que familias constituidas por personas que no son casadas o por personas que son del mismo sexo. Entonces, tiene una agenda bien conservadora también y plantea, y eso no lo ha cambiado en su programa, la posibilidad de que el presidente tenga la facultad de llamar a un estado de excepción constitucional, más allá del que ya existe en el país", recordó Ardiles.

OMZI

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