Un misil de origen desconocido impactó este miércoles en una base cercana al Aeropuerto Internacional de Bagdad, situado en el oeste de la capital, sin provocar víctimas, en lo que es el tercer ataque en los últimos tres días contra posiciones donde había presencia estadunidense, informaron fuentes militares.
"Ha impactado un misil en la Base Victoria, en el oeste de la Bagdad, que fue lanzado desde el barrio de Al Yihad", indicó la célula de información del Ejército iraquí en un escueto comunicado, y añadió que las fuerzas de seguridad y de inteligencia continúan sus investigaciones para capturar a los implicados.
Hasta el momento, ningún grupo ha reivindicado la autoría de este ataque.
Al respecto, el primer ministro iraquí, Mustafa al Kazemi, afirmó hoy que "desgraciadamente" sigue habiendo "algunos actos absurdos" ya que en los primeros días de este año nuevo "se han lazado varios misiles contra campos iraquíes y esto, claramente, perturba la seguridad y la estabilidad" del país, según un comunicado de su oficina.
Es la segunda vez durante esta semana que esta base, en la que había presencia estadunidense, es objetivo de un ataque después de que las fuerzas iraquíes interceptaran dos drones el pasado lunes.
Ayer, por otra parte, la base militar de Ain al Asad, en el oeste de Irak y con presencia de las fuerzas de la coalición internacional liderada por Estados Unidos, fue objetivo de un ataque con dos vehículos aéreos no tripulados que fueron interceptados antes de que alcanzaran el recinto.
Se trata de la tercera acción consecutiva contra instalaciones desde el 3 de enero, día que marcó el segundo aniversario del asesinato del general iraní, Qasem Soleimaní, y al número dos de la agrupación armada progubernamental Multitud Popular, Abu Mahdi al Mohandes, en un ataque selectivo estadunidense en la capital de Irak.
Al Kazemi insistió en que la misión de combate de la coalición ha terminado y recordó que "un número de asesores" de la alianza "trabajan al lado" de las fuerzas de seguridad iraquíes.
Este tipo de ataques con cohetes y drones contra posiciones de la coalición internacional, que se desplegó en Irak en 2014 para combatir al grupo terrorista Estado Islámico (EI), han sido frecuentes en los dos últimos años a raíz del asesinato de Soleimaní.
Aunque no suelen ser reivindicados ni sus autores son capturados, Washington los atribuye a las milicias chiíes proiraníes que actúan en Irak, que exigen la retirada total de las tropas extranjeras del país.
En los últimos meses este tipo de ataques se habían reducido considerablemente, pero el aniversario de la muerte de Soleimaní parece haber reactivado estas acciones.
A principios de diciembre, la coalición confirmó que, tal como había acordado Estados Unidos con Irak, su misión de combate en este país había terminado y que los efectivos que quedan se dedican a "asesorar, asistir y capacitar" a las fuerzas iraquíes.
JLMR