Las calles de Brasil se llevan de color, de fiesta y de samba cuando inicia la temporada de carnavales. Es uno de los principales elementos de la cultura brasileña, no hay ciudad del país sudamericano que tenga su propio desfile. Desde las telenovelas brasileñas de Rede Globo, hasta en Los Simpson, han llegado los carnavales de Brasil, pero el que más destaca por su visibilidad es el de Río de Janeiro.
Su sambódromo y sus calles se entregan a la música de la recién fallecida Elsa Soares con las escolas de samba promoviendo la fiesta, de carros alegóricos que hacen mención a las religiones afrolatinas y de coberturas por las masiva asistencia de los ciudadanos.
¿Cómo nació una de las principales fiestas de Brasil? ¿Por qué su vínculo con las culturas afrolatinas? ¿Qué lo llevó a ser la fiesta estelar del país sudamericano pese a que en otras partes del mundo se hacen carnavales?
¿Qué se hace en el Carnaval de Río?
El Carnaval de Brasil se realiza en todas las ciudades del país, pero el de Río de Janeiro es el más famoso debido a que es el más transmitido a nivel mundial, así como el de mayor asistencia. Aunque el sambódromo carioca tiene una capacidad de 90 mil asistentes, en las calles hay hasta 5 millones de personas celebrando.
Originalmente se festeja en febrero, el viernes a mediodía antes de iniciar el Miércoles de Ceniza, ya que se debe conmemorar en la antesala de la cuaresma católica. Hay dos tipos de carnavales, el televisado en el sambódromo y el que se realiza en las calles de la ciudad. Es común que el segundo inicie antes de la fecha oficial.
Un carnaval que sólo se ha cancelado dos veces
En las más de 126 ediciones formales del Carnaval de Río, sólo ha habido dos veces que ha sido cancelado. La primera, en 1912 tras la muerte de José Paranhos, el Barón de Rio Branco, que era el entonces Ministro de Exteriores de Brasil y que la alcaldía aplazó las licencias del evento... aunque la gente siguió celebrando en las calles.
La segunda fue en 2021 tras la pandemia de covid-19, que generó la prohibición de eventos masivos con tal de evitar una mayor propagación de la pandemia. Ni durante la Primera y Segunda Guerra Mundial se detuvo la festividad.
El carnaval de este año fue aplazado hasta el 20 de abril de 2022, poco después de Semana Santa, esto tras el repunte de la pandemia de covid-19. Se espera que procedan a hacer ensayos técnicos antes dé que de inicio a la fiesta más grande de Brasil.
Oficialmente están registradas más de 450 escuelas de samba que desfilan a lo largo de cinco días seguidos. Las escolas de samba deben competir entre ellas en siete bloques para sólo ser una la ganadora, donde se valora vestuario, fluidez, tema y calidad e interpretación de la música de la banda.
Las escuelas de samba suelen evocar a elementos de la cultura universal, como influencias europeas y africanas, la religión católica y afrolatina, así como sátira a políticos, nombres de escolas callejeras con doble sentido y mucha samba de por medio.
Tradicionalmente, existe la figura de un Rey Momo —así como la reina y dos princesas— quien es el encargado de dar inicio al Carnaval. En el caso de Río de Janeiro, se debe elegir a un hombre gordo y alto, que debe recibir las llaves de la ciudad del alcalde, ya que él "gobierna" la ciudad. Todos reciben un premio en efectivo.
Una tradición portuguesa que terminó siendo una fiesta de clases sociales
La colonización de Brasil comenzaría el 26 de enero de 1500 con el navegante español Vicente Yáñez Pinzón —ocho años después de Cristóbal Colón llegara a la isla de La Española, las actuales República Dominicana y Haití— llega a las costas del Cabo de San Agostino (o Cabo de Consolación), en la actual Pernambuco.
Sin embargo, formalmente sería meses después cuando el navegante Pedro Álvares Cabral llegaría a Porto Seguro (en Bahía) el 24 de abril del mismo año, que sería reclamado por Portugal y respaldado por el Tratado de Tordesillas de 1494. La zona estaba habitada por dos tribus indígenas Tupi, que se terminaron enfrentando porque una de ellas respaldó la llegada de los portugueses.
Sería hasta 1530 cuando Portugal comienza a colonizar Brasil bajo el reinado de João III "el Piadoso", esto por motivos estratégicos y económicos —ya que los españoles y franceses estaban interesados en controlar la zona—, principalmente tras el hallazgo de la Caesalpinia echinata, el "Palo de Brasil".
Nombrar un país (y una región) como un árbol
El Palo de Brasil (o Pernambuco) fue un producto muy cotizado en la colonia portuguesa, ya que de la corteza de su árbol se produce un tinte rojizo para textiles y pinturas, al igual que la cochinilla. Además, su madera era idea para la fabricación de los arcos de los violines debido a su flexibilidad pero firmeza que mantiene su posición sin quebrarse.
Es el árbol nacional de Brasil, sin embargo, su sobreexplotación a lo largo de los siglos lo ha puesto bajo amenaza, limitando su producción y su bajo interés de cultivarlo bajo una explotación sustentable.
Con la creación de las capitanías Pernambuco, Bahía y Maranhão alrededor de 1535, se darían otros dos factores que impulsarían la economía de Brasil: el cultivo de la caña de azúcar y la llegada de esclavos africanos para trabajar en el campo. También se importarían elementos de la cultura portuguesa, como las fiestas patronales católicas, heredadas desde los tiempos romanos.
De acuerdo con algunos académicos, sería hasta 1553 cuando se realizaría el primer carnaval en Brasil en Pernambuco, por motivos de celebrar durante tres días la antesala de la cuaresma católica. En ella, participaban amos y esclavos, sacerdotes y soldados, y hasta la propia jerarquía colonial.
En ese momento, se iniciaba la expansión territorial de Brasil como colonia, pero también comenzaría la ampliación del Carnaval de Cuaresma por toda la región. La ciudad de Río de Janeiro sería fundada hasta 1565, pero sería la urbe que diera una parte de la forma de la fiesta actual.
A su vez, con la llevada del carnaval, llegaría otra de las tradiciones lusas: el Entrudo (Entrada). Se realizaba tres días antes del Miércoles de Ceniza, donde la gente se arrojaba cubos de agua, limones, huevos, mandarinas, pastas, guantes llenos de arena, se golpeaban con escobas y cucharas de madera y se ensuciaban con harina, yeso, entre otros objetos con el "propósito" de divertirse previo a la Cuaresma, que se debía cumplir cabalmente.
El Entrudo daría pie a la mala fama que tendría el Carnaval de Cuaresma a finales del siglo XVIII porque terminaban en incidentes violentos que dejaban muertos en las calles. Las élites portuguesas llegaron a celebrarla en privado, mientras que los esclavos afrobrasileños eran liberados para celebrarla en vía pública.
La invasión de Napoleón Bonaparte a Portugal en 1808 —que hizo trasladar la Corte Imperial Portuguesa a Río de Janeiro— significó el primer cambio en la tradición del Carnaval de Cuaresma para hacerlo más "civilizado" al añadirle bailes, carruajes, paseos enmascarados —al estilo de la élite parisina— y poniendo el Entrudo bajo estricto control policial.
Esto generaría una celebración de la Cuaresma dividida para ricos y nobles, y para los pobres y esclavos a los pocos años del Brasil independiente, pero bajo el reinado de Pedro II, que había desertado de la independencia del país, controlado por su padre, João VI de Portugal.
Mientras la élite tenía una fiesta inspirada en las sociedades europeas —para alejarse de su pasado lusitano—, los todavía plebeyos y esclavos siguieron celebrando en las calles creando los bloques y cordones carnavalescos, principalmente en Río de Janeiro.
De acuerdo con "O Livro de Ouro do Carnaval Brasileiro" ("El libro de oro del carnaval brasileño") de Felipe Ferreira, los bloques y cordones fueron la antesala de lo que hoy vemos con los carruajes y escuelas de samba del Carnaval, ya que le fueron añadiendo música, baile y elementos religiosos, tanto para los católicos como para los afrobrasileños que no el Candomblé, una especie de "santería brasileña".
De acuerdo con otros estudiosos, el concepto moderno del Carnaval de Brasil iniciaría en 1854 con la prohibición formal del Entrudo por parte de Pedro II, que tenía como objetivo principal limitar la festividad en las calles y concentrarlos en los salones y teatros, haciéndolo una fiesta clasista.
Pero los pobres y afrobrasileños mantuvieron la festividad en las calles —principalmente de Río de Janeiro y de Recife— pero bajo una estricta vigilancia policiaca que al final la buscaba reprimir. Esto orilló a que se crearan las primeras sociedades carnavalescas, mismas que estarían "legalizadas" hasta finales del siglo XIX, con la caída del imperio y el inicio de la República de Brasil en 1889.
Un carnaval que dio visibilidad a los negros
La población afrobrasileña había sido fuertemente reprimida por la dominancia blanca durante todo el periodo colonial e imperial, mismo que muchos buscaron fugarse y crear quilombos—pueblos de negros que huyeron de la esclavitud—, hasta que se abolió la esclavitud en 1888.
El carnaval, que se habían dividido entre clases, dio a los afrobrasileños la libertad de participar los festejos públicos, aunque de forma limitada en un inicio. Con la creación de las sociedades carnavalescas, los negros pudieron integrar parte de su cultura africana en los festejos creando los afoxés, que hoy se muestra principalmente en las carrozas con deidades de las religiones afrolatinas.
La unificación y el reconocimiento de un sólo carnaval
Francisca Edviges Neves Gonzaga, mejor conocida como Chiquinha Gonzaga, sería la mujer que le puso oficialmente la música al Carnaval de Brasil, componiendo la marcha "Ó Abre Alas" en 1899, que había sido hecha especialmente para el cordón Rosa de Ouro. Para entonces, uno de los elementos para instrumentalizar el desfile era los "Zé Pereira", que tocaban los tambores y otros instrumentos.
El "Carnaval de los Pobres" ya contaba con un carga política, donde buscaban borlarse de la élite política del momento. Aunque el género de la samba nacería en 1910, siete años más tarde se grabarían el primer tema del género: "Pelo Telefone" de Donga, que con los años, se convertiría en un imprescindible del desfile.
Para 1920 nacerían las escolas de samba, que representarían a barrios de la ciudad de Río de Janeiro, mismas que al paso de los años terminarían sustituyendo a los cordones y una parte de los bloques.
De acuerdo con el libre "Almanaque do Carnaval" de André Diniz, el carnaval popular se concentraba en la actual Praça Onze, en el barrio de Estácio, en Río de Janeiro, que concentraba más adeptos entre intelectuales y artistas, pero que era mal vista aún por los forasteros.
Uno de los años clave de la "victoria" del carnaval popular fue en 1928, cuando los artistas decidieron organizarse como lo hacían los ricos. Con la creación de la escuela de samba Deixa Falar (Déjalos hablar) —que daría el concepto de las escolas actuales— creada por el sambista Ismael Silva, cada bloque tendría la obligación de tener su tema y vestuario.
El director del diario Mundo Sportivo, Mário Filho —considerado el periodista de deportes más importante de la historia de Brasil, ya que popularizó el futbol en el país— decidió crear en 1932 el primer concurso de escolas de samba, en la que un primer ganador sería la Estação Primeira de Mangueira. Aunque el periódico desapareció al año siguiente, el diario O Globo mantendría la tradición años después.
Pero la victoria definitiva sería en 1935, cuando el alcalde de Río de Janeiro —que era la capital de Brasil hasta 1960 con la construcción de Brasilia—, Pedro Ernesto, y con respaldo del presidente populista Getúlio Vargas, legalizó las escuelas de samba y oficializa los desfiles callejeros, dando oficialidad al Carnaval de Río de Janeiro y otros alrededor del país, con el fin de impulsar una industria turística y le proporcionó recursos públicos para realizarse.
Las escuelas de samba adquirirían gran protagonismo a partir de la década de 1950, con la incorporación de la clase media a los desfiles, consecuencia del acercamiento entre escuelas e intelectuales de izquierda, así como la llegada de turismo y de migrantes europeos al país, que lo consolidaron como un evento nacional.
Sin embargo, el atractivo del desfile empezó a decaer durante la década de 1970, esto derivado a la dictadura militar (1964-1985) —donde la censura y la represión se volvieron la norma y la falta de libertades y de democracia acabaron ligeramente con el ambiente festivo del Carnaval.
Tropicalia, la "música de protesta" en dictadura
Con el auge de la Dictadura Militar, la música fungió como un escaparate a la fuerte represión del Estado. El género, que mezcla la música popular brasileña con el rock, la psicodelia y la cultura de la rebeldía juvenil, representó una corriente, no sólo musical, sino hasta literaria.
Músicos como Caetano Veloso, Os Mutantes, Clube da Esquina, Gilberto Gil y Jorge Ben Jor compusieron temas en donde la expresión de rebeldía acarreaba una represión del Estado.
Para revitalizar la festividad, Leonel Brizola, alcalde de Río de Janeiro —quien estuvo exiliado durante la dictadura y su regreso marcó un inicio del retorno a la democracia— pide al afamado arquitecto Oscar Niemeyer —quien diseñó los principales edificios de Brasilia—, que aún estaba exiliado, crear el sambódromo de Río de Janeiro en 1983 para dar paso a la plena exhibición de las escolas de samba. Se inauguraría en cuatro meses, ya en 1984.
Tras el retorno a la democracia, se mantuvieron dos desfiles del Carnaval de Río; sin embargo, uno ya es el que se realiza en el sambódromo, mientras que otro se mantiene realizando en las calles de Río de Janeiro, siendo el primero para contemplar el paso de las escuelas de samba con sus emblemáticos carruajes y bailes, mientras que el segundo, mantiene la esencia popular y donde cualquiera se puede sumar.
dmr