La Plaza Italia de Santiago, en Chile, se vio desbordada cuando miles de personas acudieron a conmemorar el primer aniversario del estallido social contra el gobierno y la desigualdad en una de las congregaciones más multitudinarias en hace meses, esto en un clima mayoritariamente festivo opacado por algunos incidentes.
Los grupos de manifestantes comenzaron a llegar desde temprano hasta convertirse en la multitud que se reunieron en este lugar, convertido en el epicentro de las protestas que estallaron el 18 de octubre de 2019. Pasadas las 17:00 horas locales ya eran varias las calles aledañas que estaban a rebosar, una estampa que recordó a la marcha del 25 de octubre del año pasado, la más grande de la historia reciente del país, con 1.2 millones de asistentes.
En su mayoría jóvenes pero también familias y personas mayores llegaron hasta esta plaza, rebautizada por los manifestantes como "Plaza de la Dignidad", para conmemorar el día en que #ChileDespertó pero también para volver a reencontrase en un masiva protestas tras meses en que la pandemia impuso una pausa en las manifestaciones chilenas.
"Me siento feliz y orgullosa de mi pueblo. No me esperaba tanta gente. No hay miedo, hay valor y fuerza", dijo la manifestante Maribel Sánchez.
"Hay un gran sentimiento de esperanza. A pesar de la pandemia, la gente sigue con ganas de luchar por sus derechos y cambiar este país", agregó la joven Jara Correa, mientras a su lado un grupo entonaba míticas canciones chilenas como "El derecho a vivir en paz", de Víctor Jara.
La manifestación tiene lugar una semana antes del histórico plebiscito que consultará a los chilenos si cambian o no la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet, uno de los mayores triunfos del movimiento social que surgió en las calles de Chile justo hace un año.
"Vengo a celebrar algo que nunca imaginé que iba a pasar en Chile después que recuperamos la democracia", dijo Olga Neira, una médico de 68 años que asistía a la manifestación con su hija. "Somos un país con condiciones para tener pensiones dignas para los adultos mayores, sueldos más dignos y dejar un mejor país a mi nieto. Esto de hoy es hermoso y el domingo que viene, ¡mejor todavía!", dijo segura de que ganará el "apruebo" en el referéndum.
Si bien la policía custodiaba desde temprano el lugar, a medida que fue creciendo el número de manifestantes se fueron retirando los efectivos de la simbólica plaza, tapizada de carteles y banderas. La gran mayoría de las personas portaba sus cubrebocas para prevenir el coronavirus y otras para hacer frente a los gases lacrimógenos.
La concentración desbordó las previsiones de los organizadores, que no esperaban tanta gente por el miedo al coronavirus, que deja casi medio millón de infectados y más de 13 mil 600 muertos desde inicios de marzo.
"Es hermoso, muy bueno y positivo (...) Tenemos que unirnos; el pueblo de Chile se tiene que unir y tenemos que creer en que nosotros podemos hacer las cosas", dijo Viviana Donoso, una manifestante de 43 años, quien junto a un grupo de amigos saltaba al ritmo de los tambores que no paraban de sonar en el centro de la plaza.
Puestos de venta de comida, de agua, gaseosas y de todos los artículos que tradicionalmente se venden en las manifestaciones callejeras, como gafas de protección o pañuelos, animaban también esta gran concentración. Concurrieron además varios personajes disfrazados que se han convertido en símbolos en este año de protestas.
Para Víctor Hugo de la Fuente, periodista y director de la edición chilena de Le Monde Diplomatique, el sentimiento que predominaba en las primeras horas de la manifestación era de alegría "por la posibilidad de avanzar y conseguir un Chile más justo y democrático", narró.
Enfrentamientos con la policía e incendio de iglesias en Santiago
El cuerpo policial de Carabineros desplegó este domingo un amplio dispositivo de seguridad, que incluye 40 mil agentes en todo el país, pues se esperan también concentraciones en ciudades como Valparaíso, Viña del Mar y Concepción.
La institución, hace años muy respetada, está en el punto de mira por su crudeza en la represión de las marchas y diversos organismos internacionales, como la ONU, les han acusado de haber cometido violaciones a los derechos humanos. Según el Ministerio Público, hay más de 4 mil 600 causas abiertas contra las fuerzas de seguridad, pero sólo 75 agentes han sido imputados.
"Reiteramos la urgencia de avanzar a favor de la verdad, la justicia y la reparación para todas las víctimas", indicó en Twitter Amnistía Internacional (AI).
Se trata de una revuelta sin líderes, que la oposición no ha sido capaz de capitalizar, dada la enorme desafección de la ciudadanía hacia los políticos. Para Gloria de la Fuente, presidenta de la Fundación Chile 21, "lo ocurrido hace un año marcará el resto de nuestras vidas".
La masiva concentración fue mayoritariamente pacífica, aunque se dieron algunos enfrentamientos entre manifestantes y policías en los alrededores de la plaza y una pelea entre ultras de fútbol de los equipos rivales Universidad de Chile y Colo Colo.
Temprano, un grupo volvió a pintar de rojo la estatua del general Baquedano que domina la plaza, como había ocurrido ya el viernes y después de que fuera repintada por autoridades. También fue expulsado a gritos Daniel Jadue, alcalde comunista del barrio de Recoleta, vecino a Plaza Italia.
La Iglesia de la Asunción, en las cercanías de la Plaza Italia de Santiago, se incendió por completo este domingo tras ser atacada por encapuchados en medio de una multitudinaria manifestación por el primer aniversario del inicio de las protestas sociales en Chile. Cuando cayó la cúpula en llamas tras el colapso de la estructura, varias manifestante celebraron
También, la Iglesia de San Francisco de Borja fue saqueada y sufrió un incendio que fue rápidamente controlado. El cuerpo policial de Carabineros también denunció el saqueo e incendio de una iglesia cercana, algunas de cuyas imágenes religiosas fueron quemadas.
Pero existe temor de que al final de la jornada se puedan repetir las imágenes del 18 de octubre de 2019, cuando tras un llamado a realizar evasiones en el pago del metro por estudiantes la jornada terminó en una noche de furia, con una decena de estaciones del ferrocarril incendiadas, edificios atacados, saqueos de comercios y violentos enfrentamientos.
En plena pandemia, la Policía anunció que desplegaría unos 40 mil funcionarios para resguardar la seguridad. Adicionalmente, al mantenerse el estado de emergencia, militares podrían también salir a las calles. El toque de queda comienza a las 23:00 locales.
A una semana del refrendo constitucional
Lo que empezó siendo un llamamiento de los estudiantes a colarse en el metro de Santiago para protestar contra el aumento de 800 a 830 pesos en la tarifa se convirtió en una revuelta sin parangón, la más grave desde el fin de la dictadura de Pinochet, con una treintena de muertos y miles de heridos.
"Hace un año Chile despertó de un largo letargo, los chicos dieron la cara, iniciaron la lucha, han sido muy valientes", aseguró el jubilado José Antonio García, visiblemente emocionado.
"No son 30 pesos, son 30 años de abusos. El aumento del boleto fue la gota que colmó el vaso. El pueblo quiere derechos", agregó la universitaria Patricia Santamaría, que portaba una bandera mapuche y para quien el crecimiento económico que acumuló Chile desde el retorno a la democracia no permeó a la sociedad.
"Tengo 60 años y mi pensión es de apenas 100 mil pesos (2 mil 660 pesos mexicanos). Este país no funciona, hay que cambiarlo de raíz", agregó María Iliana Sagredo, quien pidió a sus compatriotas que salgan en masa a votar el 25 de octubre en el histórico plebiscito sobre una nueva Constitución.
Redactada en la dictadura militar, pero reformada después una decena de veces, la actual Carta Magna es vista por una parte de la sociedad como el origen de las desigualdades, por darle un papel secundario al Estado en la provisión de servicios básicos.
El plebiscito, que iba a celebrarse en abril pero fue aplazado por la pandemia, busca descomprimir la tensión en un país muy polarizado, que hasta el año pasado estaba considerado el más estable de Latinoamérica.
"La violencia que vimos el año pasado no la vamos a volver a ver, lo que no significa que Chile vaya a ser una balsa. El proceso constituyente va a ir acompañado de mucha efervescencia social. lo hemos visto en otros países", explicó Claudia Heiss, jefa de la carrera de Ciencia Política de la Universidad de Chile.
dmr