Francia Márquez, la activista ambiental y feminista que será vicepresidenta de Colombia

Con una carrera dedicada al activismo a favor del medioambiente y las comunidades afrocolombianas, Francia Márquez será la vicepresidenta del país con retos contra el racismo, la crisis climática y la opresión de las minorías.

Francia Marquez será la próxima vicepresidenta de Colombia. (AP / Ilustración)
y Agencias
Bogotá / Ciudad de México /

Colombia tendrá por primera vez una vicepresidenta de raíces afro: la ambientalista de izquierda Francia Márquez. Junto a Gustavo Petro encabezará el primer gobierno de izquierda en la historia de un país gobernado hasta ahora por élites liberales y conservadoras.

Sobreviviente del conflicto armado, Francia Márquez se dio a conocer con un discurso feminista, ambientalista y de izquierda y por su propuesta de "vivir sabroso", una corriente de los pueblos afro que defiende la paz y la armonía con la naturaleza.

"Vamos por la dignidad, la justicia social, vamos con las mujeres a erradicar el patriarcado, vamos por los derechos de la comunidad diversas LGBTIQ+, por los derechos de la madre tierra, de la casa grande ¡Vamos juntos a erradicar el racismo!", dijo durante su discurso de victoria. 
Francia Márquez nació en el seno de una familia pobre de agromineros en el valle del Cauca. (AFP)

Francia Márquez, la activista que ha sido oprimida por ser mujer negra y activista

Francia Elena Márquez Mina (1 de diciembre de 1981) nació en una familia pobre de agromineros en el departamento del Cauca, al suroeste de Colombia, aunque su madre también funge como partera, mientras que su padre fue obrero. Incluso detalla que su madre dio a luz sola "porque no había nadie en casa".

A sus 16 años fue madre soltera que crio dos niños. Tuvo que limpiar casas para sobrevivir en Cali y con sus pocos ingresos estudió para graduarse primero como técnico agropecuaria en el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA).

Desde sus 13 años, se involucró en los procesos ambientales tras participar en la evaluación de los impactos que generaría a su comunidad y la región el megaproyecto de desviación del Río Ovejas a la Represa Salvajina —obra culminada en 1985, pero con denuncias por las graves violaciones de derechos humanos y deudas ecológicas en relación con la construcción y su mantenimiento—, pero su activismo comenzaría hasta 2009. 

En ese año, protestaría para defender a las comunidades afrocolombianas en el Consejo Comunitario de La Toma del el municipio de Suárez, que iban a ser desalojadas forzosamente de su territorio ancestral para la explotación de la minería a empresas multinacionales, con un acuerdo que violó el debido proceso. Sus líderes fueron declarados como fuerzas paramilitares, Márquez instauró una acción de tutela exaltando la violación de sus derechos fundamentales a la vida digna, a la permanencia en el territorio, que evitó el desalojo.

Para 2013, Francia Márquez fue una de las líderes que organizó "La marcha de los turbantes", un grupo de 70 mujeres afrocolombianas para protestar contra la minería ilegal, esto con el objetivo de que se cumpliera la defensa de los territorios ancestrales de las comunidades negras de la región contra la minería ilegal, que contaminaban los ríos de la zona. 

Eso le ganó reconcomiendo, al grado de participar durante los diálogos de paz entre el gobierno colombiano, del entonces presidente Juan Manuel Santos, y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), asegurando que el conflicto armado había afectado "históricamente de manera desproporcionada" a las comunidades afrocolombianas, y de manera específica a las mujeres negras.

Pese a que fue amenazada de muerte, mantuvo su lucha por el medioambiente y las comunidades afrocolombianas. (AFP)

Más del 80 por ciento de los habitantes del Cauca, donde tienen presencia varios grupos armados ilegales como las disidencias de la guerrilla de las FARC que rechazaron un acuerdo de paz de 2016, y en donde se realiza minería ilegal y actividades de narcotráfico como la producción de hoja de coca, viven en alguna forma de pobreza.

Pero en 2014 tuvo que huir de su tierra, la vereda Yolombó —el municipio de Suarez, dentro del departamento del Cauca— en 2014 tras ser amenazada de muerte tras liderar iniciativas de lucha en contra de la minería ilegal en su territorio. 

Y en 2019 sobrevivió a un atentado con granadas y ráfagas de fusil, ya que quisieron matarla por su defensa del agua ante el avance de la minería en las tierras de los afro. Un año antes, había recibido el Premio Goldman, también conocido como Nobel del medioambiente.

Más del 80 por ciento de los habitantes del Cauca, donde tienen presencia varios grupos armados ilegales como las disidencias de la guerrilla de las FARC que rechazaron un acuerdo de paz de 2016, y en donde se realiza minería ilegal y actividades de narcotráfico como la producción de hoja de coca, viven en alguna forma de pobreza.

Su reconocimiento la ayudó a participar en diversos fotos sobre las comunidades minoritarias en la defensa de sus tierras ancestrales ante los intereses empresariales, avocando por la resistencia para proteger no sólo sus lugares de origen, sino también la naturaleza. Fue hasta 2020 donde obtendría su título como abogada en la Universidad Santiago de Cali. 

En agosto de 2020 anunció que se lanzaría como precandidata a las elecciones presidenciales de 2022 dentro de la coalición conocida como Pacto Histórico. En las primarias de la coalición de izquierda Pacto Histórico, la ambientalista obtuvo la segunda mejor votación (785 mil) después de Petro (4.4 millones), superando a varios candidatos presidenciales inclusive. En una estrategia para atraer el voto de las minorías y feminista, decidió nómbrala como su compañera de fórmula para la presidencia.

Francia Márquez concentró principalmente el voto de las comunidades afrocolombianas, ambientalistas y feministas. (AFP)

Desde el racismo hasta las amenazas de muerte, los ataques contra Márquez

Con su ascenso también emergió un racismo que había estado "oculto". Desde el 23 de marzo, cuando Márquez y Petro anunciaron su binomio, hay un "proceso de exacerbación" de la segregación en redes sociales y medios, apunta Amanda Hurtado, directora del Observatorio de Discriminación Racial de la Universidad de Los Andes, cuyo organismo reportó que ha recibido miles de mensajes racistas en redes sociales

Marbelle, una afamada conductora y cantante colombiana, comparó en Twitter a Márquez con una "King Kong", tras lo cual siguió una cadena de ataques. En una salida igualmente desafortunada, el senador de su propio movimiento Gustavo Bolívar publicó y luego borró la imagen de King Kong sosteniendo en la mano a la actriz Naomi Watts, en el papel de Ann Darrow, con el mensaje:

"Querida Marbelle, cuando yo sea vicepresidenta, haré que te respeten y te den todo el amor que te ha faltado".

Días antes, la periodista y columnista de El Tiempo Paola Ochoa soltó un mensaje del mismo tinte en una emisora radial: "Cualquiera se va a ver muy mona (rubia), muy maja, muy estrato seis (adinerada) comparada con Francia". Más tarde se disculpó.

"No me han sorprendido" los ataques, respondió Márquez a Caracol Radio. Al contrario, han "permitido evidenciar el racismo, que ha estado solapado, pero siempre ha estado ahí".

Ante la andanada de insultos que desató su tuit, el senador del Pacto Histórico, Roy Barreras, interpuso acciones legales contra Marbelle por "hostigamiento" y otros delitos. La ley castiga con hasta tres años de prisión a quienes atenten física o moralmente a una persona por su raza o etnia.

La candidatura de Francia Márquez ha estado enfrentando el racismo, el machismo y el clasismo de las élites colombianas. (AFP)

De pocas sonrisas, Márquez también levanta críticas por su discurso reivindicativo y feminista, y sus insistentes demandas de "justicia racial", pues se enfrenta a muchas relaciones de poder y jerarquía en razón del sexo, género, de la pertenencia étnica y racial" por parte de la política tradicional colombiana, que está dominada por las "élites blancas ilustradas", mientras que las comunidades negras "subalternizadas" están relegadas al cuidado del hogar, la cocina y el servicio doméstico desde que se abolió la esclavitud en 1851.


En marzo, Francia Márquez denunció amenazas de muerte, al igual que otros candidatos presidenciales incluido el propio Gustavo Petro—, por lo que tuvo que pedir un refuerzo en su seguridad. Afirmó en ese momento en Twitter que había sido amenazada dos veces en menos de un mes junto a otros líderes sociales.

"No son suficientes las calumnias, las manifestaciones racistas, sino que en menos de un mes me han amenazado dos veces", dijo.

Incluso, divulgó dos panfletos de la organización clandestina Águilas Negras donde ella y autoridades indígenas del suroeste del país son declaradas "objetivo militar".

En los últimos años las Águilas Negras han intimidado a cientos de personas señalándolas de supuestos vínculos con la extrema izquierda armada, mediante mensajes que circulan en ciudades como Bogotá o en territorios en disputa entre grupos que no se acogieron al proceso de paz de 2016 con la extinta guerrilla de las FARC.

Sin embargo, las autoridades no han identificado a sus jefes o estructuras, aunque los amenazados creen que se trata de remanentes de los paramilitares de ultraderecha que combatieron a sangre y fuego a los rebeldes antes de que el grueso de sus tropas se desmovilizara entre el 2002 y el 2006.

Francia Marquez es plenamente reconocida en su tierra por la histórica lucha contra las mineras. (Reuters)

Su lucha para defender a los "don nadie" de la minería y la catástrofe ambiental

Con cabello rizado, atuendos africanos y puño en alto, Márquez hizo campaña por los "don nadie", su forma de conectar con las poblaciones deprimidas y excluidas, además, se dio a conocer en esta campaña con un discurso feminista, ambientalista y de izquierda... y por su propuesta de "vivir sabroso", una corriente de los pueblos afro que defiende la paz y la armonía con la naturaleza.

"Los (don) nadie, los que no se nos reconoce nuestra humanidad, los que no se nos reconocen los derechos en este país, nos ponemos de pie para cambiar la historia, para ocupar la política", había advertido en una entrevista con la agencia AFP. "La política es antirracista o no será".

Los habitantes de Suárez adornado con coloridos murales de Márquez— y de la vecina Buenos Aires dijeron a la agencia Reuters que llegada a la vicepresidencia sería una oportunidad única para regiones marginadas como la suya, y quieren que apunte hacia los derechos sobre la tierra y aborde la desigualdad.

"Me alegra mucho", dijo Gonzalo Ararat, de 79 años, un agricultor que fue desplazado por la violencia en medio del conflicto armado interno de Colombia en su juventud y que conoce a Márquez desde hace más de 20 años.

Ararat mostró con orgullo una revista de 2010 con una columna escrita por Márquez en la que exponía sus planes de estudiar derecho para defender a su comunidad de las amenazas a su tierra, que había grabado junto con su material de campaña actual.

La concejal Sandra Patricia Ibarra, de 47 años, dijo que le gustaba Márquez porque arriesgó su vida para defender su hogar, a pesar de las decenas de asesinatos de ecologistas que se producen cada año en Colombia. "Francia es hija del municipio de Suárez, Cauca", afirmó.

"Ser mujer en Colombia no es lo mismo (...) si eres indígena o si eres afrodescendiente", dijo Ana Cristina González, de Causa Justa, una coalición de más de 90 grupos a favor del aborto.
Con Gustavo Petro, Francia Márquez será la primera mujer afrocolombiana en tener un puesto de alto perfil en la política. (AFP)
"Celebro porque por fin vamos a tener un cambio, esto es algo que los territorios esperaban (...) esto demuestra que hay esperanza", dijo Lusimar Asprilla a la agencia AFP, una académica afrocolombiana de 25 años, experta en política internacional.

Las activistas afrocolombianas de Buenos Aires, antiguas compañeras de Márquez, aseguraron que sus planes de apoyo a las zonas pobres y la defensa de los derechos de los afrocolombianos se enfrentarán con muchos obstáculos. Pero su presencia en los pasillos del poder marcará un cambio profundo.

"Nuestros territorios no han venido siendo atendidos de manera efectiva por el Estado colombiano, por los gobiernos porque pareciera que nuestros territorios solo les importa para saquear los recursos que hay ahí", dijo Clemencia Carabalí, de 51 años, del grupo de mujeres afrocolombianas ASOM.

Carabalí, cuidada de cerca por guardaespaldas proporcionados por el gobierno debido a las amenazas de muerte por su activismo, describió a Márquez, una amiga de 25 años, como una hermana.

"Como mujer me siento muy orgullosa de la labor que ella viene haciendo", afirmó.

Se espera que Márquez entre sus primeras acciones impulse la aplicación de una reciente sentencia de la Corte Suprema que despenalizó el aborto, mientras hace hincapié en el acceso a este procedimiento para las mujeres indígenas, afrocolombianas y rurales.

En un país donde la violencia brota cada tanto pese al acuerdo de paz firmado con la disuelta guerrilla FARC en 2016, Márquez apostó por la reconciliación.

Vamos "a reconciliar esta nación, vamos por la paz de manera decidida, sin miedo, con amor y con alegría, vamos por la dignidad, por la justicia social", lanzó antes de que Petro diera su discurso de victoria.

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