El primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC), Raúl Castro, propuso a Estados Unidos “un nuevo tipo de relaciones” y se despidió además del liderazgo de Cuba, al iniciar en La Habana el octavo Congreso de esa organización, que dirige los destinos de la isla, donde anunció oficialmente su retiro.
Según las versiones oficiales de sus pronunciamientos en el cónclave, al que no tiene acceso la prensa extranjera acreditada, Castro ratificó la voluntad del PCC y del gobierno cubano a favor de un “diálogo respetuoso con Estados Unidos que permita edificar un nuevo tipo de relaciones”.
Lo anterior, puntualizó, “sin renunciar al socialismo”, cuando este día se cumplieron 60 años de su proclamación por Fidel Castro, y “manteniendo nuestro histórico apoyo a los países hermanos”.
Castro, de 89 años, tuvo a su cargo el informe central al congreso y anticipó que se “sentía satisfecho de entregar la dirección del PCC”, acto que se consumará el lunes próximo, día final del cónclave.
El candidato previsto para asumir la dirección del PCC es el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel, 60 años, quien se encontraba también en la presidencia del congreso.
“Díaz-Canel no es fruto de la improvisación. Transitó durante 15 años como primer secretario en (las provincias de) Villa Clara y Holguín. Luego fue ministro de Educación Superior, vicepresidente del Consejo de Ministros, primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros y simultaneó esta responsabilidad con la atención a la esfera ideológica del Partido”, agregó Castro.
Junto con Díaz-Canel, una nueva generación de políticos cubanos asumirá igualmente ese día la jefatura del PCC en sustitución de los octogenarios líderes históricos de la revolución que aún se mantienen en esas posiciones.
Castro afirmó además que "no admitirá ningún otro cargo en el PCC" y auguró que se convertirá en un militante de base, advirtiendo que mientras tenga salud “estaré con el pie en el estribo en defensa de la revolución”.
“Los cambios económicos tienen límites”, advierte Raúl Castro
El congreso del PCC se realiza en medio de una profunda crisis económica que el gobierno busca remontar, acelerando una serie de reformas que Raúl Castro también ponderó en su informe, aunque estableciendo un límite.
“La economía cubana ha demostrado gran capacidad de resistencia ante el bloqueo de Estados Unidos, pero es necesario imprimir un mayor dinamismo” a los cambios en curso, apuntó el dirigente partidista.
Desde hace una década, el gobierno potencia al sector privado y a las cooperativas como complementos de las empresas estatales, en un equilibrio entre planificación centralizada y libre mercado.
No obstante, Castro advirtió que en esa dirección “hay un límite que no podemos rebasar porque conduciría a la destrucción del socialismo”.
Dijo también que “hay que borrar la dañina noción surgida bajo el paternalismo (del Estado), donde Cuba es el único país donde se puede vivir sin trabajar. El nivel de vida de los cubanos deberá estar marcado por los ingresos legales que recibe y no por subsidios y gratuidades indebidas”.
dmr