Varios miles de personas manifestaron el domingo en Puerto Príncipe para denunciar la tendencia a una nueva dictadura que según ellos tiene el gobierno de Haití y para criticar el apoyo de la comunidad internacional al presidente Jovenel Moïse.
Las afirmaciones del gobierno de Moïse de que el fin de semana pasado se había producido un "intento de golpe" en el país fueron recibidas con escepticismo por la oposición y la sociedad civil, que denunciaron una serie de detenciones políticas ilegales.
Moïse sostiene que su gobierno al frente del país caribeño se extiende hasta el 7 de febrero de 2022, pero parte de la dirigencia política haitiana afirma que su mandato quinquenal finalizó este 7 de febrero. Esta discrepancia obedece al hecho que el mandatario fue elegido en una votación anulada por fraude, y luego reelegido un año después.
El 5 de febrero, el Departamento de Estado de Estados Unidos declaró que un nuevo presidente debería suceder tras nuevas elecciones a Moïse "al final de su mandato el 7 de febrero de 2022".
Pero el domingo, los manifestantes cuestionaron la legitimidad del mantenimiento del actual mandatario y el apoyo que le brindan países extranjeros.
"A pesar de todos los secuestros, las masacres en los barrios obreros, Estados Unidos sigue apoyándolo. El dinero del fondo Petrocaribe se ha derrochado, no tenemos buenos hospitales y Estados Unidos sigue apoyando al gobierno", dijo Sheila Pelicier, una manifestante.
La manifestación fue pacífica aunque se produjeron altercados entre algunos manifestantes y la policía, que utilizó gases lacrimógenos y balas de goma.
Los agentes de policía también dispararon munición real al aire en Pétionville, una comuna acomodada del área metropolitana donde un automóvil resultó quemado.
dmr