Miles de personas salieron a las calles de Lahore, en Pakistán, para despedir a Khadim Hussain Rizvi, un clérigo radical fundador de un partido islamista e instigador del enojo en el país contra la posición de Francia y otros países occidentales sobre las caricaturas del profeta Mahoma.
La policía indicó que cerca de 300 mil personas acudieron al homenaje, aunque los organizadores afirmaron que eran muchos más. La gran mayoría de los participantes no portaban mascarilla, a pesar de que es obligatoria.
Khadim Hussain Rizvi, falleció en un hospital, tras sufrir graves problemas respiratorios y fiebre. Las causas de su muerte se desconocen ya que no se le practicó un test para saber si sufría coronavirus, ni una autopsia.
El Tehrik-e-Labiak, un partido islamista que roza con el yihadismo
Rivzi, de 54 años, fue el fundador del movimiento islámico extremista Tehrik-e-Labiak (Movimiento Estamos Aquí). El partido del clérigo cuenta con apenas dos escaños en el parlamento, pero suele organizar marchas multitudinarias a favor de causas islamistas.
Desde septiembre había encabezado una sentada de miles de personas el domingo pasado en la capital, Islamabad, para protestar la publicación en Francia de caricaturas del profeta Mahoma del semanario satírico Charlie Hebdo. Los participantes se enfrentaron brevemente con las fuerzas de seguridad en esa concentración, parte de una ola de protestas en todo el país en contra de esas caricaturas.
En noviembre del 2017, sus seguidores protestaron durante 21 días contra una reforma según la cual se iba a borrar la mención de la santidad del profeta Mahoma en una planilla de la administración pública.
Durante mucho tiempo, Rizvi era un desconocido en Pakistán, pero en pocos años, este hombre, que estaba en silla de ruedas tras haber sufrido un accidente de tráfico, logró movilizar a multitudes y se convirtió en una de las personalidades más temidas del país.
Con sus discursos plagados de obscenidades y sus gestos teatrales instrumentalizó la cuestión de la blasfemia, un tema candente en Pakistán, donde incluso ofensas al islam no demostradas pueden provocar asesinatos y linchamientos.
"Es una ideología extremista peligrosa (...) liderada por jóvenes radicales que han visto que el poder de las calles es más fuerte que el de las instituciones democráticas para lograr sus objetivos", dijo Arsla Jawaid, experta paquistaní de la organización Control Risks. "Todo esto lleva a una tendencia peligrosa, que podría radicalizarse aún más con un nuevo líder del movimiento radical", agregó la investigadora.
Su movimiento lideró violentas manifestaciones en el país contra las blasfemias, instó al asesinato de jueces del Tribunal Supremo y a la sublevación de los militares y aseguró que aniquilaría a países como Francia y Holanda.
"¿Ya vieron funerales así para un político?", preguntó Farhad Abbasi, que participó en el homenaje.
Varios altos responsables públicos, entre ellos el primer ministro Imran Khan, enviaron un mensaje de pésame a la familia del clérigo, lo cual muestra su influencia en la sociedad paquistaní.
El gobierno paquistaní prometió el martes que debatiría las exigencias de los manifestantes, de expulsar al embajador francés y de romper relaciones diplomáticas con Francia. Un vocero de Terik e-Labiak afirmó además que el gobierno prometió dejar en libertad a presos vinculados con el partido.
"De alguna manera, era más peligroso que los talibanes, ya que sus partidarios no se limitan a las zonas tribales alejadas sino que están presentes en las principales ciudades del país", dijo Omar Waraich, de Amnistía Internacional.
dmr