El gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló, se reunió hoy con congresistas estadunidenses en el Capitolio, en el inicio de una visita a Washington en la que, un mes después que el huracán María golpeara la isla el 20 de septiembre, busca recabar más ayuda financiera para la reconstrucción.
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"Necesitamos el mismo trato", dijo a la prensa en Capitol Hill refiriéndose a los demás territorios estadunidenses que han sufrido huracanes en los últimos dos meses.
El presidente Donald Trump, con el que Rosselló se reunió poco después del mediodía local, defendió la postura de Washington ante el desastre natural que atacó a Puerto Rico.
"Dimos mucho y muy rápido...mandamos a personal que le dio seguimiento", explicó en conferencia de prensa antes de entrar a la reunión con el gobernador de la isla.
Aseguró que entiende la que a nivel local "la gente lo ve distinto" porque "pierde su vivienda y ya no tiene donde trabajar".
El presidente ha recibido críticas por no actuar con Puerto Rico de la misma manera en la que lo hizo con Texas y Florida, que sufrieron justo antes el paso de sendos huracanes.
A Puerto Rico, por ejemplo, se desplazó cuando estaban a punto de cumplirse dos semanas del golpe del ciclón, mientras que a Texas y Florida Trump fue a los cuatro días.
Puerto Rico es un Estado libre asociado a Estados Unidos y sus ciudadanos tienen nacionalidad estadunidense. Unos 3.4 millones viven en la isla y una cantidad similar en territorio estadounidense continental, principalmente en los estados de Florida y Nueva York.
"Aún queda mucho trabajo por hacer", manifestó Rosselló. "En estas emergencias puede parecer que las cosas se están estabilizando pero también hay problemas que pueden surgir en el futuro como emergencias de salud pública. Debemos tener una visión de conjunto".
Entre los legisladores con los que se vio el gobernador se encuentra el republicano Marco Rubio, uno de los congresistas que ha viajado a Puerto Rico tras el paso del huracán para seguir los trabajos de recuperación.
El huracán "María" devastó la isla, que antes de su paso se encontraba ya sumida en una grave crisis económica. La deuda ascendía entonces a más de 70.000 millones de dólares. Más del 80 por ciento de la población continúa sin electricidad y más de un tercio, sin acceso a agua potable.
AER