La junta militar que gobierna Níger desde el golpe de Estado del pasado 26 de julio acusó a Francia de desplegar sus tropas en otros países de la región con el objetivo de llevar a cabo una "agresión" conjunta con la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (Cedeao).
"Francia continúa desplegando sus fuerzas en numerosos países de la Cedeao en el marco de los preparativos de una agresión contra Níger, que está contemplando en colaboración con esta organización comunitaria", declaró en un comunicado leído en la televisión nacional uno de los miembros de la junta, el coronel mayor Amadou Abdramane.
Los golpistas aseguraron que, desde el pasado 1 de septiembre, París ha enviado "dos aeronaves de transporte militar tipo A400M y un (avión) Dornier 328" a Costa de Marfil, así como dos helicópteros, una cuarentena de vehículos blindados y un barco militar con personal y equipamiento a diferentes puntos de Benín.
Asimismo, los militares dijeron haber registrado "un centenar de rotaciones de aviones de transporte militar con permiso para desembarcar cantidades significativas de material y equipamiento de guerra" en los dos países mencionados y Senegal, "por nombrar sólo algunos", denunciaron.
Según los golpistas, estas maniobras tienen como objetivo una "intervención militar" en Níger.
A principios de agosto, la junta nigerina anunció la revocación de todos los acuerdos de cooperación de seguridad y defensa con Francia, una decisión que París no reconoció al considerar que sólo la pueden tomar las autoridades "legítimas" del país, es decir, el depuesto presidente Mohamed Bazoum.
Níger, que acoge a unos mil 500 soldados galos, es el último país del Sahel junto con Chad en el que Francia dispone de presencia militar, después de haberse tenido que retirar de Mali y Burkina Faso, gobernados también por juntas militares tras sendos golpes de Estado.
En el comunicado leído este sábado, los golpistas nigerinos reiteraron que la presencia de las fuerzas francesas en su territorio en "ilegal".
Francia era uno de los principales socios económicos y militares de Níger, pero después del golpe, el país europeo se convirtió para la junta en un símbolo de la dominación occidental.
En los últimos días decenas de miles de nigerinos se han manifestado en la capital, Niamey, para exigir la salida de las tropas galas y rechazar la "injerencia" de París.
Además, las autoridades golpistas retiraron las credenciales al embajador francés en el país, Sylvain Itté, e instruyeron a la policía para que "proceda a su expulsión", si bien Francia se niega a acatar esa orden.
Níger vive desde el pasado 26 de julio una crisis política y se encuentra bajo el poder del autodenominado Consejo Nacional para la Salvación de la Patria (CNSP).
Tras el golpe, la junta encabezada por el antiguo jefe de la Guardia Presidencial, el general Abdourahamane Tiani, tomó varias medidas, como destituir al presidente Bazoum (bajo arresto domiciliario desde entonces) y suspender la Constitución.
El golpe fue condenado por la comunidad internacional y por la Cedeao, que decretó duras sanciones económicas y comerciales contra Níger y ha amenazado con una acción militar regional contra los golpistas para restablecer el orden constitucional.
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El posible uso de la fuerza ha dividido a la región, donde los gobiernos de Nigeria, Benín, Costa de Marfil y Senegal han confirmado de una manera clara la disponibilidad de sus ejércitos para intervenir en territorio nigerino.
En el otro extremo, Mali y Burkina Faso se oponen al uso de la fuerza y alegan que cualquier intervención en Níger equivaldría a una declaración de guerra también contra ellos.
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SNGZ