Las mujeres han incursionado en la política a grandes pasos en los últimos 20 años, tiempo en el que muchas de ellas han sido electas de forma democrática —ya sea como presidentas o primeras ministras— y reconocidas, no sólo como gestoras de una nación, sino también como íconos feministas que impulsan cambios hacia la igualdad de género en la mayoría de los casos.
Sin embargo, aunque podría parecer una tendencia que nació en el mundo occidental con personalidades como la primera ministra británica Margaret Thatcher (1979-1990), la presidenta de Argentina Isabel Perón (1974-1976), o la ex presidenta de Islandia Vigdís Finnbogadóttir (1980-1996), los primeros registros de mujeres mandatarias fueron en diversos países de Asia, una de ellas en una nación extinta. Aquí te contamos a detalle.
Sirimavo Bandaranaike, la primera ministra mujer de Sri Lanka... y del mundo
Sirimavo Bandaranaike se convirtió en la primera mujer en ser electa democráticamente como jefa de Estado en 1960, ella gobernó en tres periodos (1960 a 1965, 1970 a 1977 y de 1994 al 2000), en un país donde la participación de las mujeres era prácticamente nula.
El legado de Bandaranaike se destacó por abandonar todo su pasado colonial, que incluyó el cambio de nombre del país a Sri Lanka y abandonando el nombre de Ceilán —heredado por el colonialismo británico y portugués—, así como imponer un gobierno parlamentario y establecer la homologación de una identidad nacional.
Khertek Anchimaa-Toka, la líder de una nación que ya no existe
Khertek Anchimaa-Toka gobernó la República Popular de Tannu Tuvá, siendo la primera jefa de Estado no hereditaria en el mundo moderno, y que gobernó de 1940 a 1944. Ella fue determinante en la inclusión del país en la Unión Soviética que terminó convirtiéndose en una de las regiones administrativas de la actual Rusia.
Aunque su gestión mantuvo diversas políticas económicas de índole socialista como nacionalizar sectores clave de la economía y emprender reformas agrarias para beneficiar a la población nativa, ya que el país era muy dependiente del exterior ante su frágil y limitada economía dominada por India y Reino Unido, su gobierno fue miembro fundador del Movimiento de Países No Alineados ante Estados Unidos y la Unión Soviética.
Sin embargo, tuvo dificultades para conciliar con las necesidades del pueblo tamil, de origen indio, que llevó a décadas de lucha y violencia étnica en el país, recibiendo amenazas de atentados en su contra y posibles golpes de Estado y mantenía conflicto con la prensa crítica a su gestión.
También fue criticada por designar a parte de su familia para puestos clave de su gobierno, y en que su legado por los derechos de las mujeres quedaron rezagados en el país ya que, en la actualidad, existen limitaciones en la política local para los cargos políticos a mujeres.
Indira Gandhi, la única primera ministra de India
Aunque nunca tuvo relación familiar ni de parentesco con el líder del frente del movimiento nacionalista indio, Mahatma Gandhi, Indira lo conocía personalmente desde que era niña por su padre, Jawaharlal Nehru, quien años después ser convertiría en el primer ministro electo del país en medio de la tensión política por la conformación del nuevo gobierno y la inminente independencia de Pakistán en 1947.
Indira, quien había sido educada en Reino Unido en su juventud, se convirtió en asistente personal de su padre durante su gobierno hasta el día de su muerte en 1964, así como presidenta de su partido, el Congreso Nacional Indio (CNI) a finales de la década de 1950. Con el nuevo gobierno del sucesor de su padre, Lal Bahadur Shastri, se convirtió en ministra de Información y Radiodifusión.
Se convirtió en primera ministra en 1966 tras ganar su partido las elecciones de ese años y fue primera ministra de India en una primera gestión de 1966 a 1977, nuevamente desde 1980 hasta su asesinato en 1984, aunque fue al mismo tiempo ministra de Exteriores, Defensa y Finanzas durante su larga gestión.
Una presidenta interina en Mongolia
Sükhbaataryn Yanjmaa fue la presidenta interina de Mongolia de 1953 a 1954 tras la muerte de Gonchigiin Bumtsend, líder del Partido Revolucionario del Pueblo de Mongolia, el partido único del país hasta que el politburó designara a un mandatario.
Fue una de las mandatarias más poderosas de la época, reconocida por la liberación de Bangladesh a manos de Pakistán, al ganar la guerra Indo-Pakistaní en 1971, así como la reducción de la pobreza y el hambre con la "Revolución Verde", que garantizaba el precio de los granos para campesinos.
Aunque sus políticas nacionalistas y comunistas buscaron reducir la gran desigualdad en India y la construcción de una identidad nacional, esto con el fin de proporcionar crecimiento económico en el país, las medidas no tuvieron mucho efecto tras la Crisis del Petróleo de 1973, el constante aumento de la inflación y la nula baja en el desempleo.
Indira fue menospreciada por numerosos políticos del país, afirmando que era una "títere" y "sin carácter" por ser mujer. Conforme a los años, sus detractores reconocieron que era una líder fuerte con la determinación de hierro de dividir al partido sobre sus posiciones políticas.
Además de ser criticada por impulsar el programa nuclear de India, promover el nepotismo y no generar un mayor crecimiento económico en el país, donde las cifras de desempleo no disminuyeron durante su gestión.
Golda Meir, la "dama de hierro" de Israel
Golda Meir fue la tercera jefa de Estado en el mundo previo a la década de 1970, donde llegarían más tarde mujeres como Margaret Thatcher en Reino Unido, Isabel Perón en Argentina y Maria de Lourdes Pintasilgo en Portugal.
Golda Mabovitch había dedicado gran parte de su juventud a la causa sionista —que abogaba por la creación de un Estado Judío— desde que había migrado de Ucrania hacia Estados Unidos en los primeros años del siglo XX, cuando se unió al Movimiento Juvenil Laborista Sionista (Habonim), que abrazó las causas socialistas en su momento.
Al haber contraído matrimonio con el cartelista estadunidense Morris Meyerson, la pareja se mudó en 1921 a Palestina, que estaba controlada por el gobierno británico, para trabajar en una granja colectiva israelí, conocidas como kibutz en el Valle de Jezreel.
Sin embargo, su labor política siguió creciendo con los años al ser representante de su comuna y ascendió en 1928 a ser la secretaria del Consejo de Mujeres Trabajadoras (Moetzet HaPoalot), pero que la obligó a pasar dos años (1932-1934) como emisaria en los Estados Unidos.
En 1934 se une a la Federación General de Trabajadores de la Tierra de Israel (Histadrut) al grado de convertirse en la jefa del Departamento Político del organismo, que fue clave para su proyección política, ya que fue una de las principales gestoras en la búsqueda de asistir a las familias judías que estaban siendo agredidas y perseguidas por el régimen nazi.
Una mujer dentro del politburó de China
Soong Ching-ling fungió como lo que conocemos en el mundo occidental como vicepresidenta de 1968 a 1972 gobernando junto a Dong Biwu en un gobierno interino tras la caída de Lin Biao, quien había gobernado tras la muerte de Mao Tse Tung.
Sin embargo, durante la Revolución Cultural, Soong fue fuertemente criticada por las facciones de la Guardia Roja de China por su posición, así como varios incidentes en su gestión. Para 1975 eliminaron el puesto de presidenta de China.
Sin embargo, no logró que el presidente de Estados Unidos de la época, Franklin D. Roosevelt, pudiera permitir el ingreso de familias migrantes judías al país. Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, los judíos que ya se asentaban en la región palestina exigían al gobierno británico la independencia de la región.
Con la detención de varios líderes del Yishuv, —la región de asentamientos judíos en Palestina— bajo la Operación Agatha por parte del gobierno británico y que derivó en el "Black Sabbath (Sábado Negro)", Meir asumió el cargo de jefa interino del Departamento Político de la Agencia Judía durante el encarcelamiento de su líder, Moshe Sharett.
Además, fungió como negociadora para la creación del Estado de Israel ante las autoridades palestinas y el Reino Unido, además de estar en las reuniones sobre el Plan de Partición de la ONU para la creación del un gobierno judío. Ella estuvo en el cargo hasta la fundación de Israel en 1948.
Ya con la creación del Estado judío, Meir fungió principalmente como ministra de Exteriores de Israel, con la que buscó el respaldo internacional al gobierno, con Estados Unidos y la Unión Soviética ante las guerras impulsadas por los países árabes por el asentamiento de los judíos en la región, principalmente en la segunda guerra árabe-israelí conocida como la "Crisis del Canal de Suez".
En la década de 1960 es diagnosticada con un linfoma que la orilló en decisión propia a dejar el cargo como canciller de Israel en 1966. Sin embargo, ante la repentina muerte de Levi Eshkol tres años después, salió de su retiro para ser primera ministra.
Durante su única gestión de 1969 a 1974 gestionó dos guerras contra los países árabes, la Guerra de los Seis Días —donde Israel conquistó la península del Sinaí, la Franja de Gaza, Cisjordania, Jerusalén Este y los Altos del Golán— y la Guerra de Yom Kippur en 1973, que provocó el reconocimiento de Egipto a Israel como Estado y que los países árabes, en represalia, cerraron las exportaciones del petróleo a Estados Unidos y Europa, derivando en la Crisis de Petróleo.
Sin embargo, las críticas por la gestión de la última guerra generó que ella renunciara a su cargo en 1974. Fallecería cuatro años más tarde debido a las complicaciones de su linfoma.
dmr