Las familias de las víctimas de la matanza perpetrada en un jardín de infancia de Tailandia se congregaron este martes en un templo del noreste del país, donde los fallecidos serán incinerados en una inusual ceremonia colectiva.
Este tipo de ceremonia es muy inhabitual, pues los cuerpos suelen incinerarse solos, pero los pequeños templos de la provincia de Na Klang se han visto desbordados por el número de víctimas de la masacre, perpetrada el jueves por un ex policía, en la que murieron 24 niños y 12 adultos. El atacante también mató a su esposa y a su hijo, y luego se suicidó.
El martes por la mañana, un grupo de monjes iniciaron una serie de rituales en el templo Wat Rat Samakee para incinerar a 19 víctimas de la matanza. También se organizaron ceremonias fúnebres en otros templos de la región.
Estos funerales, financiados por la Casa Real, pondrán fin a tres días de ritos funerarios que empezaron el sábado.
Tailandia se vio profundamente conmocionada por esta tragedia. Las banderas ondean a media asta en todo el país y los funcionarios del rey Maha Vajiralongkorn visitaron a los familiares de los fallecidos.
"Un incidente como este no debería haberse producido", declaró a la AFP Thanakorn Nuengmatcha, de 39 años, antes de asistir al funeral. "No eran más que unos niños", añadió.
El primer ministro, Prayut Chan-o-Cha, ordenó la apertura de una investigación y la policía precisó que preveía interrogar a unos 180 testigos.
El atacante, el ex sargento Panya Khramrab, fue apartado de la policía este año por una acusación de tráfico de drogas. Sin embargo, los test preliminares revelaron que no había consumido drogas en las horas previas a la agresión.
EHR