El gobierno de Nueva Zelanda informó este martes un plan para que granjeros paguen un impuesto por los gases de efecto invernadero emitidos de forma natural por el ganado, como el gas metano de los eructos y las ventosidades de las vacas o el óxido nitroso en la orina.
La primera ministra, Jacinda Ardern, señaló que sería el primer impuesto de este tipo en el mundo.
Los gases emitidos de forma natural por las 6.2 millones de vacas en Nueva Zelanda figuran entre los principales problemas medioambientales de país.
Ardern dijo que era una "propuesta pragmática" para reducir las emisiones agrícolas y fortalecer la imagen de sostenibilidad de los productos neozelandeses.
El plan del gobierno es aprobar esta propuesta el próximo año e introducir el impuesto en un plazo de tres años.
El presidente de la agrupación de ganaderos Federated Farmers, Andrew Hoggard, denunció que este programa "destriparía a los pequeños pueblos de Nueva Zelanda".
De acuerdo con The Guardian, para 2025, los agricultores que cumplan con el umbral de tamaño de la manada y el uso de fertilizantes, deberían pagar un impuesto que el gobierno establecerá cada uno o tres años, siguiendo el asesoramiento de la Comisión de Cambio Climático y los agricultores. El precio estará influenciado por el progreso del país hacia el cumplimiento de su promesa internacional de reducir el metano en un 10 por ciento para 2030, por debajo de los niveles de 2017. Viene junto con un objetivo de cero emisiones netas para 2050.
DMZ