El presidente Andrés Manuel López Obrador propuso en días recientes un esquema de autoconstrucción de viviendas como motor para levantar Acapulco y Coyuca de Benítez, los municipios de Guerrero más afectados por el huracán Otis.
De otra forma, dijo el mandatario, el gobierno federal y las empresas constructoras no podrían rehabilitar las más de 250 mil viviendas destruidas por el paso del ciclón tropical. "La autoconstrucción es un sistema en donde participa la gente, participa el beneficiario, pero desde luego que el gobierno apoya”, agregó durante su conferencia mañanera del jueves 23 de noviembre.
“No es cosa del otro mundo. La mayoría de las viviendas en México las han hecho los integrantes de las familias, son los que primero consiguen los recursos, el dinero para comprar los materiales, saben quiénes son maestros albañiles, los trabajadores de la construcción que son conocidos en los barrios, en las colonias, en los pueblos”, abundó.
No obstante, la propuesta causó tal revuelo, al punto que cierto sector de la población señaló que se estaba dejando a su suerte a los damnificados, que cuatro días más tarde el Presidente tuvo que salir a aclarar sus dichos sobre la autoconstrucción de casas en Acapulco.
“Se les dan los recursos, se les da el dinero para hacer su casa, para ampliarla, para mejorarla, pero es que no haga toda la construcción de las 250 mil viviendas el gobierno, sino que se cuente como siempre lo hemos hecho con el apoyo de la gente, porque además así salimos”, aseveró.
Dichos que avalan datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), pues de acuerdo con la Encuesta Nacional de Vivienda 2020, de las 23.9 millones de viviendas particulares habitadas propias que hay en el país, el 57.3 por ciento se construyó o se mandó a edificar por algún residente de la misma.
Autoconstrucción, ¿Qué es y con qué se come?
La autoconstrucción es a grandes rasgos el proceso mediante el cual la gente, a través de sus propios recursos o algún financiamiento, construye su propia casa, explicó en entrevista para MILENIO el ingeniero Oscar Montoya, gerente general de Materiales San Cayetano.
Ésta va desde un arquitecto que hace una casa para venderla hasta la gente que remodela o mejora su propia vivienda, abundó.
Pero no todo es miel sobre hojuelas, pues uno de los grandes retos de la construcción es la planeación, ya que mucha gente empieza a edificar su casa sin seguir un plano. “La van haciendo conforme a sus conocimientos, sus capacidades y su economía”, señaló el gerente general de la empresa dedicada a la venta de materiales para construcción.
“Debemos mejorar mucho el procedimiento de cómo se autoconstruye en el país. No hay un control en los materiales. Pueden meter cualquier tipo de materiales que no estén certificados y eso pone en problemas a la estructura porque no hay ninguna garantía”, advirtió.
No menos importante, está el tema de la regulación, que de acuerdo con el ingeniero Montoya en México brilla por su ausencia. “Te va a costar mucho trabajo vender esa propiedad porque el gobierno no te reconoce tu construcción como tal. No eres propietario legalmente de tu vivienda”, refirió.
Aunque, dijo, en México esto no le afecta mucho a la gente, ya que nunca se cambian de casa, llegando en la mayoría de los casos a heredársela a sus hijos.
Por otro lado, en un país donde la mayoría de las personas que autoconstruyen se encuentran en un mercado informal el acceso a créditos se complica, lo que se convierte en un reto más para este tipo de construcciones.
El precio del “hágalo usted mismo”
El costo mínimo por metro cuadrado para construir una vivienda económica es de 5 mil pesos, aunque depende mucho de los acabados, abundó el ingeniero Oscar Montoya. De esta forma, si una persona quiere hacer una casa de 50 metros cuadrados el costo total sería de 250 mil pesos.
Ahora bien, si el bolsillo de la persona se lo permite y decide meterle acabados de lujo a su casa, el costo por metro cuadrado puede elevarse hasta los 35 mil pesos. “Es muy variable el costo de la autoconstrucción”, reiteró.
Pero además, en el costo también se refleja la poca planeación, ya que “la gente se acostumbra a echarle lo que el maestro de obra le recomienda y muchas veces está muy exagerado los armados; por ejemplo, de acero o las dosificaciones de los concretos”.
En lo que respecta a los materiales, el precio de estos ha aumentado de octubre de 2022 al mismo mes de 2023 cerca de 3 por ciento, dirigiéndose hacia una estabilización luego de la inflación acelerada provocada por la pandemia de covid-19.
¿La solución para el tema de la vivienda en Acapulco?
Para el gerente general de Materiales San Cayetano, lo que se requiere en Acapulco es de una planeación, ya que de nada sirve que se reconstruyan las casas en las mismas zonas poco seguras en las que estaban previo a la llegada de Otis.
“Se tiene que planear y no hacer las mismas casas en los cauces o en los arroyos donde ya se las llevó el viento. Realmente el problema fue en las losas, muchas son de lámina o son de palma, que con las fuerzas de las ráfagas del huracán se fueron”.
Lo anterior en la parte de autoconstrucción, ya que en lo que respecta a la construcción industrial se requiere un cambio en la forma en la que hasta ahora se venían edificando los hoteles y grandes complejos del puerto.
“En Acapulco proliferó la construcción ligera, llámese durock y tablaroca, porque nunca habíamos estado expuestos a un huracán de esta magnitud en México, en zonas habitadas de más de 800 mil personas (...). Se desarrolló muy rápido y al ser una zona sísmica pues también se buscaba la ligereza de las estructuras, y viene Otis con ráfagas de hasta 300 kilómetros por hora y se dieron cuenta que no estaban preparados ni diseñados para eso”, argumentó.
Es por esta razón que todas las construcciones que estaban realizadas con durock quedaron prácticamente en el esqueleto. “Tendrían que cambiar ahí algunos modelos en los muros perimetrales (...). Es una oportunidad importante y muy interesante para hacer las cosas bien en Acapulco”, finalizó.
PIB del sector vivienda disminuye 1.7%
Medido a precios de 2018, el producto interno bruto (PIB) del sector de la vivienda presentó el año pasado una disminución de 1.7 por ciento, mientras que el total de la economía aumentó 3.8 por ciento, de acuerdo con la Cuenta Satélite de Vivienda de México 2022 elaborada por el Inegi.
Sin embargo, de 2003 a 2022 el sector de la vivienda registró un crecimiento promedio anual de 1.5 por ciento, estimó el instituto en un comunicado.
Así, el año pasado el PIB del sector de la vivienda alcanzó un monto de un millón 469 mil 811 pesos corrientes, lo que significó una participación de 5.2 por ciento en el PIB nacional.
Por su parte, el valor de la construcción asociado con la edificación, ampliación y mejoramiento residencial aportó 67.9 por ciento del total del sector de la vivienda; los servicios inmobiliarios y de alquiler de bienes muebles e intangibles relacionados con la vivienda aportaron 26.4 por ciento del total; los servicios financieros y de seguros vinculados con este sector, 4.3 por ciento; los servicios profesionales, 0.8 por ciento; y el restante 0.6 por ciento se distribuyó en otros sectores.
Las actividades que más aportaron al PIB de sector vivienda fueron la autoproducción, que participó con 53.8 por ciento; la producción de unidades económicas, con 9.7 por ciento; el alquiler efectivo, con 23.9 por ciento; el financiamiento para la compra o mejoramiento de vivienda, con 4.1 por ciento; la autoconstrucción, que aportó 2.5 por ciento; la planeación, diseño y trabajos especializados, con 2.5 por ciento; los servicios inmobiliarios, con 2.3 por ciento; y otras actividades, 1.2 por ciento.
AMP