En febrero de 2021, el senador morenista Ricardo Monreal presentó una iniciativa para abrogar la Ley Federal de Cinematografía, promulgada en 1992, y expedir una nueva Ley Federal de Cinematografía y el Audiovisual que busca imponer a las plataformas de video por streaming una cuota del 15 por ciento de producciones mexicanas en su catálogo.
La iniciativa busca mejorar la competencia y dar un impulso a lo producido en México, ya sean películas, series, miniseries o documentales frente a las producciones de servicios OTT (over the top) como Netflix o Amazon Prime Video. El senador Monreal argumenta que la antigua legislación no abarca a la industria cinematográfica en su evolución hacia el ecosistema digital.
La iniciativa busca la preservación y conformación de un patrimonio cultural cinematográfico. Sin embargo, aunque la propuesta tiene una buena intención, planea una pésima ejecución, declaró José Alberto Galarza, senador e integrante de la Comisión de Radio, Televisión y Cinematografía, durante una mesa de análisis que organizó Centro-i.
Por su parte, Raúl Trejo, investigador en el Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM, afirmó que “la iniciativa es muy severa con las plataformas digitales y complaciente con la televisión abierta, además no reconoce la realidad de la economía digital”.
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Y es que, de acuerdo con un análisis del think tank Centro-i, “la forma más sencilla de cumplir con la obligación para las plataformas digitales será una combinación entre adquirir contenido producido principalmente por el agente económico preponderante (Grupo Televisa), y reducir su catálogo de ser necesario ante la posible escasez de producciones, más allá de las del AEP, que cumplan con los requerimientos de la iniciativa o ante el cálculo de las plataformas de que el contenido diseñado para televisión abierta no será rentable en plataformas digitales”.
En entrevista con MILENIO, María Elena Estavillo, fundadora y presidenta de Centro-i, declaró que tradicionalmente la industria de los contenidos audiovisuales ha estado muy concentrada en muy pocas manos, sobre todo por Televisa que es productora más grande del mundo en español desde hace muchos años.
Según datos recuperados por Centro-i, en 2019, Televisa produjo más de 88 mil horas de programación. Adicionalmente, es dueña o tiene los derechos de distribución de 456 filmes en español. Frente a las 34 mil horas de programación que produjo TV Azteca, su competencia más cercana, de las cuales 8 mil fueron de contenido de entretenimiento.
Además, Televisa es propietaria de la plataforma OTT Blim, que actualmente tiene una cuota de 12 por ciento del mercado mexicano, de acuerdo con Statista.
“Hay que ser cuidadosos de que esta concentración no se extienda a las plataformas digitales, sino que nos sirvan para equilibrar el mercado para que se abra la puerta a otros productores y distribuidores, estamos en esta encrucijada”, agregó Estavillo.
Trejo aclaró: “Cuotas sí para televisión abierta y para cine, pero no para las plataformas digitales”, y argumentó que, por ejemplo, Netflix invertirá 300 millones de dólares en México este año.
Mónica Lozano, presidenta de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, defendió la iniciativa de Monreal. “Hay grandes inversiones, pero en muchos de los casos no hay una relación de iguales con las plataformas, somos empleados de estas, creemos que debe haber cuota, quizá sea equivocado ese 15 por ciento de producción, pero sí debe haber cuota de inversión”, dijo.
Y añadió: “No se están compensando los desequilibrios del mercado, no hay una política que ayude a regular el mercado que está concentrado en pocas manos y ellos deciden qué, cuándo y dónde vemos contenidos audiovisuales”.
AMP