Moody’s Investors Service estima que la recuperación del Producto Interno Bruto (PIB) de México, tras la crisis por la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2, que causa la enfermedad covid-19, tardará tres años, pues aunque la recuperación será en forma de “V”, ésta es asimétrica y no alcanzará para recuperar el nivel de producción perdido.
Durante el evento virtual Inside LatAm Mexico, la analista de Moody’s, Ariane Ortiz-Bollin, indicó que para 2021 estima una recuperación del PIB poco menor a 4 por ciento, pero para que el país pudiera recuperar el nivel de producción perdido, se necesitaría crecer 4 por ciento tanto en 2021, como en 2022.
“Va a haber una débil recuperación económica, menor crecimiento a mediano plazo, la deuda va a aumentar y hay un espacio fiscal más reducido, pero sigue siendo consistente con otros países que tienen calificaciones semejantes”, indicó.
La analista detalló que México tendrá la recuperación más lenta dentro de los países del Grupo de los Veinte (G20) y que otros países con calificaciones menores, como Argentina, que tienen menos capacidades y menos espacio fiscal, lo cual se explica porque desde hace años, México tiene bajas tasas de crecimiento, así como baja inversión.
Otro aspecto que incluye, agregó, es el bajo nivel de apoyo fiscal del gobierno durante la pandemia a las empresas, que es de los más bajos, pues aunque no se sabe la magnitud del efecto que los apoyos tendrán en los países, sí está claro que ayudarán a la recuperación, pues con ellos se podría mantener la solvencia de familias y compañías.
Deuda
Moody’s estima que la deuda pública aumentará ocho puntos porcentuales en 2020, con respecto al PIB, a pesar de la austeridad, debido a la contracción económica que generará una pérdida de ingresos, así como el gasto que el gobierno está teniendo, al apoyo a Petróleos Mexicanos (Pemex), mayor carga de intereses y la depreciación del tipo de cambio.
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“Sí estamos esperando un aumento de deuda importante, de 2019 a 2020, y después esperamos que siga aumentando, aunque a un ritmo menos acelerado”, apuntó Ortiz-Bollin.
En el caso específico del apoyo del gobierno a Pemex, puntualizó que espera que sea de uno a dos puntos porcentuales al año, lo que ha causado nerviosismo entre los inversionistas.
Turismo y aerolíneas también tardarán en recuperarse 3 años
En su intervención, Sandra Beltrán, senior analitics de Moody´s Investors Services, indicó que las aerolíneas y el sector turístico en general mantienen un riesgo alto en su impacto crediticio a consecuencia de la crisis derivada por el coronavirus, por lo que prevén que para ambos segmentos la recuperación llegue hasta después de 2023, aunque no a niveles previos a la pandemia.
Añadió que aún con la recuperación, para 2021 esperan que el 50 por ciento de la flota aérea se mantenga en tierra, mientras que para 2023 se tratará del 15 por ciento de paro de unidades.
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“Se trata de un impacto severo, vimos una caída en la demanda del 90 por ciento al inicio de la pandemia, para el año completo estamos esperando una caída de entre el 55 y el 75 por ciento y pérdidas del 50 por ciento en tráfico. No esperamos una recuperación del sector a niveles previos a la pandemia hasta el 2023”.
Señaló que el riesgo crediticio de las aerolíneas, principalmente en América Latina, está enfocado en la falta de apoyos gubernamentales que han sido bajos, lo que también lleva a una recuperación lenta; sin embargo, gracias a los distintos subsectores tendrá un comportamiento distinto, comenzado de manera local y poco a poco expandiéndose fuera de las fronteras.
Después del choque del coronavirus y entrando a un año un poco más normal como se prevé que sea 2021 e incluso 2022, consideramos que habrá otros cambios derivados de ese impacto prolongado de la crisis actual.
Política energética desincentiva inversión
En este sentido, Adrián Garza, analista senior de Moody´s, aseguró que las decisiones que el gobierno ha tomado en el sector energético “desincentivan” inversiones futuras, ya que mandan señales de no respetar las “reglas del juego” a los participantes privados.
El analista dijo que, en el país, la falta de planeación de proyectos a largo plazo provoca que no se tenga continuidad en los mismos a lo largo de las administraciones, a diferencia de otros países de América Latina en las que se da continuidad al desarrollo de asociaciones público privadas y se da continuidad a los proyectos de infraestructura pese al cambio de gobiernos.
“Con el clima de incertidumbre, más en este sector de energía, se crea un clima de incertidumbre que desincentiva la inversión privada y no solo afecta a este sector sino de forma más generalizada, los cambios de señales, de dirección”, dijo.
En cuanto a los riesgos que prevén luego de que termine la pandemia de covid-19, Garza comentó que el sector energético se situará en un nivel medio dadas las condiciones que actualmente tiene el mercado mexicano.
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Argumentó que, en materia de infraestructura, los aeropuertos han sido de los sectores más afectados por la actual crisis dadas las medidas de confinamiento, mientras que en energía hay demanda por ciertos insumos.
“Los impactos por la pandemia han sido distintos. Por ejemplo, esperamos que la recuperación en aeropuertos sea tardará y lleve más allá de 2021 pero en carreteras o energía esperamos que se recuperen como se recupere el Producto Interno Bruto”, agregó.
MRA/lvm