Ejecutivos prevén frenesí por las subsidiarias de GE

Los compradores de capital privado buscan dividir más la firma que escindirá sus filiales de salud, energía y aviación; una oleada de acuerdos será el fin de una era en la gestión financiera, advierten

Se espera que la separación esté completa en 2024. Shutterstock
Antoine Gara
Nueva York /

La decisión de General Electric (GE) de dividirse en tres compañías prepara el escenario para un frenesí de competencia entre los compradores de capital privado que buscan dividir el conglomerado industrial en más partes, señalaron diversas personas con conocimiento del tema.

“Sospecho que todo el mundo estará comprando en la GE Store (Tienda GE) durante los próximos dos años”, dijo el director de una gran empresa multinacional de adquisiciones, refiriéndose al eslogan “GE Store” acuñado por el ex director general Jeff Immelt. “Creo que habrá toda una serie de cosas atractivas que se venderán”.

Larry Culp, director ejecutivo de GE, anunció la semana pasada la decisión de dividir la compañía en empresas independientes enfocadas en la atención de salud, energía y aviación. La división, dijo, dará a cada negocio de GE libertad para trazar su propia estrategia.

Se trata de la última de una oleada de reestructuraciones corporativas, entre las que se encuentran la de IBM, que se desprende de su negocio de servicios de tecnología, y las escisiones previstas en la japonesa Toshiba y la compañía estadunidense de atención de salud Johnson & Johnson.

Se espera que la escisión se complete en 2024, momento en el que GE se unirá a United Technologies, DowDuPont, ABB y Siemens para abandonar la estructura de conglomerado.

GE escindirá su negocio de salud, que genera más de 17 mil millones de dólares en ventas anuales y vende máquinas de resonancia magnética y ultrasonidos.

También escindirá sus divisiones combinadas de energía renovable y eléctrica, que contienen unidades que hacen todo tipo de cosas, desde la producción de turbinas de gas hasta la administración de instalaciones nucleares, presas hidroeléctricas y parques eólicos en alta mar.

Dejará a los accionistas en posesión de una compañía de aviación que fabrica motores a reacción y que también posee pasivos de seguros de cuidados a largo plazo.

La compañía vendía pólizas que cubrían la vida asistida y las estadías en asilos de ancianos como parte de su división de servicios financieros GE Capital, que está siendo desmantelada. Las pólizas, como muchas de las incursiones financieras de la firma, han hecho perder a la empresa miles de millones de dólares.

Pero el largo plazo del plan de Culp ofrecerá a los compradores interesados la posibilidad de recoger activos de GE, que tiene una capitalización de mercado de 118 mil millones de dólares. “Les va a tomar una eternidad escindir la (división de) atención de salud en 2023 y la energía en 2024”, dijo Immelt, quien afirmó que el anuncio “elimina parte de la fricción de las posibles ventas”.

El negocio de aviónica de GE, que fabrica sistemas de navegación para aviones comerciales y militares, y su división GE Unison, que produce equipos eléctricos para aviones, son unidades de especial interés.

“Estamos reduciendo los precios”, añadió otro ejecutivo de una gran gestora global de activos alternativos. “Creo que todo lo demás, salvo la atención de salud, puede venderse a mejor precio en el mercado privado que cuando salga a bolsa”.

Este ejecutivo preveía que los compradores de capital privado intentaran comprar el negocio de motores a reacción de GE. “El negocio de motores a reacción debidamente capitalizado es un negocio increíble”, dijo; sin embargo, algunos analistas se preguntan si el tamaño de esa unidad, con 22 mil mdd de ingresos anuales, y su valor la dejarán fuera del alcance de los compradores financieros.

El negocio más grande de GE es la energía, con 33 mil millones de dólares de ingresos en 2020, y puede venderse por partes. “Cualquier negocio de la cartera de energía se considera no esencial. Serán candidatos perfectos para el capital privado”, dijo Deane Dray, analista de RBC Capital Markets.

La unidad, que se construyó a través de adquisiciones como la del gigante francés de electricidad Alstom, tiene unos márgenes bajos y los analistas de CreditSights pronostican que genere solo mil 300 mdd de flujo de efectivo operativo combinado de este año en lo que un ejecutivo de compras calificó como una “mezcolanza de negocios separados”.

Los negocios de la escisión de energía incluyen activos de electricidad como turbinas de gas y energía de vapor, y su cartera de energías renovables, con la fabricación de turbinas eólicas terrestres y marinas, entre decenas de negocios.

Otras áreas de oportunidad incluyen la participación de 45 por ciento de GE en AerCap, que cotiza en bolsa, y que posee tras cerrar este mes la venta de su negocio de arrendamiento de aviación, GECAS, por valor de 34 mil mdd. “Creo que será una buena inversión”, dijo uno de los ejecutivos.

Los analistas también señalaron posibles compradores financieros para el mayor dolor de cabeza de GE, su negocio de seguros de cuidados a largo plazo, que se prevé que reciba una inyección total de 15 mil mdd para manejar las futuras reclamaciones.

“Tienen que deshacerse de los seguros. No hay manera de que puedan poner eso encima del negocio de aviación”, dijo Nigel Coe, analista de Wolfe Research.

Una oleada de acuerdos de capital privado para completar el desmantelamiento de GE señalará efectivamente el fin de una era en la gestión financiera y el ascenso de otra. Ya hay compradores de capital privado, como Blackstone y Advent International, que han adquirido grandes empresas de GE.

Los gigantes de la gestión de activos alternativos, como Apollo, Blackstone, Brookfield, Carlyle y KKR, se están haciendo tan poderosos como lo fue GE en su apogeo, pero capitalizan y administran las compañías en cartera de forma independiente. Los holdings lejanos no se subsidian entre sí y poseen consejos de administración y estrategias corporativas independientes.

“Esto es histórico”, dijo un socio de capital privado que calificó la separación de GE como el “golpe de gracia” de la estrategia empresarial de los conglomerados.

“Si un solo ejecutivo a nivel directivo pudiera hacer eso con eficacia, la Unión Soviética quizá no se habría derrumbado”.

GE no quiso hacer comentarios sobre futuras ventas.


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