Comprar un carro, una casa o pagar ciertas atenciones médicas sin pedir un crédito es algo que la mayoría de las personas no pueden permitirse.
De acuerdo con una encuesta realizada por Visa, en América Latina 79 por ciento de los adultos tienen una cuenta financiera o bien una tarjeta de débito, mientras que 21 por ciento no cuenta con estos productos.
Sin embargo, entre los que sí tienen una cuenta, sigue habiendo una brecha para lograr una inclusión financiera más avanzada; de acuerdo con Visa, 58 por ciento de los latinoamericanos cuentan con una tarjeta de crédito y solo 3 de cada 10 latinoamericanos tienen acceso a préstamos, seguros o productos de inversión.
El limitado acceso a los servicios financieros imposibilita que más gente pueda ahorrar lo suficiente para pagar las facturas, y mucho menos construir el tipo de riqueza que se puede transmitir a la siguiente generación.
Ante dicho panorama, la consultora Mckinsey señaló que la inclusión financiera es un reto importante en todo el mundo; casi mil millones y medio de personas que viven en economías emergentes no tienen acceso a ahorros y créditos formales.
Este segmento de la población paga todo en efectivo, no tienen una forma segura de ahorrar e invertir su dinero, teniendo como consecuencia que dependa de prestamistas informales y redes personales para obtener crédito.
En México, hasta el pasado marzo se tenía el registro de 34 millones 282 mil 632 tarjetas de crédito emitidas en circulación, de acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).
Además, con base en el último reporte de inclusión financiera emitido por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), en 2021 los créditos aumentaron 6 por ciento respecto al año anterior, totalizando 58.3 millones de créditos, de los cuales, las mujeres eran titulares de 53 por ciento, mientras que en 47 por ciento eran hombres.
- La Comisión detalló que 93 por ciento de los créditos fueron otorgados principalmente por Banco Azteca, BBVA y Citibanamex
En cuanto a seguros, la CNBV resaltó que de acuerdo con su encuesta más reciente, las primas ascendieron 10 por ciento respecto al año anterior, cuando sumaron 643.3 mil millones de pesos.
También las Administradoras de Fondos para el Retiro (Afore), durante 2021 aumentaron 3 por ciento contra 2020, llegando a 70.4 millones de cuentas y un monto de 153.7 mil millones de pesos.
“La inclusión financiera es más que la capacidad de abrir una cuenta bancaria, hacer un pago u obtener un préstamo, puede cerrar la brecha entre la oportunidad económica y el logro económico”, indicó Mckinsey.
Señaló que actualmente se presenta una oportunidad significativa para contrarrestar siglos de marginación y crear oportunidades para el crecimiento económico general con ayuda de las tecnologías como el uso de los celulares.
La consultora indicó que existe una gran oportunidad para que los proveedores de telefonía móvil (especialmente en los mercados emergentes) mejoren la inclusión financiera de los miles de millones de personas no bancarizadas, así como de crear “un inmenso valor aprovechando un mercado enorme y en gran medida intacto”.
Hace cinco años proyectó que las finanzas digitales tenían el potencial de llegar a más de mil 600 millones de nuevos clientes minoristas en las economías emergentes, y de aumentar el volumen de préstamos extendidos a individuos y empresas en 2.1 miles de millones de dólares.
“Si bien esto fue hace varios años, sigue habiendo una oportunidad significativa: según el informe del Índice Global del Banco Mundial de 2021, hasta 38 por ciento de los adultos en los países en desarrollo siguen sin bancarizar”, destacó la consultora.
La firma financiera Visa señaló que en América Latina, la incorporación de los smartphones superó el 80 por ciento, por lo que se convirtieron en el nuevo estándar para pagos y en especial para transferencias de dinero.
Resaltó que 88 por ciento de los titulares de productos financieros de la encuesta que realizó utilizan sus teléfonos móviles para realizar transacciones.
Además destacó que el principal uso del teléfono móvil en términos financieros es para hacer movimientos de dinero entre particulares; señaló que 81 por ciento lo usan para enviar y 70 por ciento para recibir.
Agregó que 69 por ciento utiliza el móvil para hacer compras en línea y 68 por ciento pagar servicios como luz o agua. Pero menos de la mitad, 42 por ciento lo utilizan para pagos móviles al realizar compras físicas en los comercios.
Sin embargo para hacer uso de la banca móvil es necesario una infraestructura que permita a la población contar con una línea de celular que dé acceso a internet para poder operar, y en México es desigual en el territorio.
Lo anterior implica un desarrollo irregular de la banca móvil en el país, además, las divergencias en conocimientos financieros y capacidades en manejo de la tecnología revelan brechas importantes en la población por edad y escolaridad.
Además el Instituto Federal de Telecomunicaciones estima que en 2021 se tenían cerca de 87 líneas de servicio móvil de acceso a internet por cada 100 habitantes. Sin embargo, el nuevo reto es reducir las diferencias en la adopción de la banca móvil entre las entidades federativas.
El año pasado, datos de la CNBV mostraron que en estados como Baja California y Sonora se promedian arriba de 71 contratos de banca móvil por cada 100 habitantes, mientras que en entidades como Oaxaca y Chiapas el promedio se encuentra por debajo de 50 contratos.
Visa señaló que la falta de confianza es también un reto recurrente para lograr una plena inclusión financiera y digital, lo que significa que los canales físicos siguen siendo importantes.
Comentó que debido a la falta de confianza en la tecnología, 25 por ciento de los encuestados preferirían abrir una cuenta bancaria en persona en lugar de hacerlo a través del móvil o una computadora.
Destacó que esta preferencia es particularmente fuerte en México donde 37 por ciento de la población aún no se siente segura de usar estos “nuevos métodos”, seguido de Argentina 28 por ciento de población desconfiada y Guatemala con 27 por ciento.
EDD