El retraso en la discusión para tener leyes y normas que permitan un uso industrial de la cannabis en México, causa que las empresas que evalúan invertir en este mercado en el país, no se materialicen o busquen en otras naciones mayores certezas de inversión, coinciden especialistas del sector.
“Una vez que se acercan y comienzan a evaluar la factibilidad en cuanto a tiempo y certidumbre de su capital, deciden poner sus planes en pausa ya sea para concentrarse en otros mercados o simplemente esperar”, dijo a MILENIO Luis Armendáriz, abogado corporativo y asesor externo de la Asociación Nacional de la Industria del Cannabis (Anicann).
Ante esto, señala Armendáriz, las firmas optan por irse a países como Estados Unidos, donde cada año se legaliza el consumo de la planta en distintos estados; además los inversores están volteando a naciones con mayores avances en regulación como Colombia, Ecuador, Brasil, Sudáfrica y Argentina.
Eda Martínez, presidenta del Consejo Mexicano de la Cannabis y el Cáñamo (CCMC), cuenta que luego de la aprobación del uso medicinal en 2017 las farmacéuticas estaban interesadas en invertir.
Sin embargo, cuando enfrentaron retos para importar productos terminados o trabas para obtener sus derivados farmacológicos, se desalentó la inversión.
Compañías como HempMeds aseguraron que las afectaciones por los retrasos que ha tenido la regulación son incluso mayores al potencial de mercado que tiene el sector.
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“Lo que hicieron fue atender a otras tendencias como la medicina especializada o individual, como los biotecnológicos. Se están yendo a otros mercados, a otras investigaciones y desarrollos, Es trágico que un cáñamo industrial con muchísimos usos y una gran derrama económica para biofertilizantes, textiles, esté totalmente abandonado “, dijo la presidenta del CCMCC.
A la fecha, el uso medicinal y recreativo están aprobados por el Congreso, pero el industrial no, explicó Eda Martínez. Las empresas esperaban que se aprobara en el pasado periodo legislativo, pero ahora prevén que si se abre la agenda legislativa será hasta septiembre o diciembre próximos.
El anteproyecto de otros usos, que no se ha discutido, contempla el uso lúdico, industrial y toda la investigación que no se relacione con la industria de la salud, como investigación agronómica.
“Parecería que el anteproyecto ya en el Senado, está atendiendo solamente el uso lúdico; eso bufiurca el mercado cannábico en dos sólo temas, uno medicina y uno lúdico y en medio de todo esto quedan los grandes actores, que tiene que ver con el cáñamo industrial, en el que no hace mención. Entonces, ¿dónde nos vamos referir cuando hablamos de siembra, cultivo y cosecha a usos industriales? Eso es preocupante, porque si de por sí, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) no ha fijado con lineamientos partido lo que tiene que ver con siembra, cultivo y cosecha medicinal, que ya está aprobado, mucho menos nos van a dar noticias con aquellas que no son medicinales”, agregó Martínez.
No es el único ordenamiento que falta, no existen fracciones arancelarias claras por parte de la Secretaría de Economía, ni un esquema fiscal por parte de la Secretaría de Hacienda.
“Vemos todavía lejano que se pueda jugar o interactuar con reglas y normas bien establecidas. Aquellas que se pusieron no tienen lineamientos; estamos simulando que hay un mercado activo y autorizado por el gobierno, sin reglas de Cofepris para poder importar los fármacos”, señaló.
Ventajas
Armendáriz, de Anicann, cuenta que para los inversionistas hay un doble atractivo por México; uno, la capacidad de producción y potencial integración en la cadena de suministro global; y dos, un mercado nacional en un país de más de 128 millones de personas, según sus datos.
“Para las compañías extranjeras el interés nace no solo por aprovechar su expertise, sino que algunas tienen operaciones en otros países y pueden encontrar oportunidades en su integración vertical. Por ejemplo, en México se podría producir materia prima de medicamento para exportar a Alemania, Portugal o Israel, o incluso a Brasil”, dijo el especialista; sin embargo, la falta de nuevos avances en la materia, hizo que los interesados den pasos atrás en sus intenciones por invertir en el mercado nacional.
Según la segunda edición de la publicación “The Global Cannabis Report”, el mercado global de cannabis en 2021 alcanzó un valor de 37 mil 400 millones de dólares; para 2026 será de 105 mil millones, 180.7 por ciento más que lo registrado actualmente.
El estudio mencionó que a finales de 2021 solo Uruguay, Canadá y un puñado de estados en Estados Unidos legalizaron completamente el cannabis y que México podría abrirse en 2022.
En México, según Prohibition Partners, el mercado total (médico, lúdico e industrial) tiene un potencial de hasta 2 mil millones de dólares hacia 2028.
Recientemente hubo una resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) relacionada con los límites de posesión de cannabis y ciertas excepciones para que se considere o no delito su posesión, misma que dicen no representa un cambio significativo desde la perspectiva de criminalización.
Así, tras la resolución del año pasado se facultó a la Cofepris emitir los permisos par el consumo lúdico de marihuana, sin embargo, los consumidores se han enfrentado a negativas por parte de la instancia, lo que se une a las problemáticas de la industria.
“Estos usuarios lo único que hicieron fue invertir tiempo para llegar a juicios de amparo porque la Cofepris en cuanto a la dirección ejecutiva de regulación de estupefacientes, psicotrópicos y sustancias químicas, responde que está imposibilitado para la autorización de autoconsumo de fines lúdicos y esto coloca al consumidor lúdico a que pasen por el juicio de amparo”, concluyó Eda Martínez.
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