Bienvenidos de nuevo, y muchas gracias a todos los participantes que hicieron posible el éxito del primer día de Moral Money Summit Americas (en especial a la gran cantidad de lectores fieles que asistieron).
Continuamos hoy en Nueva York con una segunda jornada repleta de acción, en la que participarán el ex presidente colombiano Iván Duque Márquez; el director ejecutivo de Verizon, Hans Vestberg; Hester Peirce, de la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por su sigla en inglés), y muchos otros oradores de primer nivel. Pueden inscribirse en www.moralmoneyamericas.live.ft.com para seguir la conferencia en línea (y ponerse al día con las sesiones que se hayan perdido). En primer lugar, lea un recuento de dos de las sesiones más destacadas de ayer.
Amenaza global
Al Gore, ex vicepresidente de Estados Unidos, inauguró la Moral Money Summit Americas (Cumbre Moral Money de las Américas) con una apasionada crítica a la relación de “amigo-amigo” entre los líderes políticos y la industria de los combustibles fósiles, que, según dijo, amenaza las posibilidades de una acción climática global.
“Necesitamos eliminar los obstáculos políticos y la oposición que establecen las empresas de combustibles fósiles que utilizan su red tradicional de vínculos financieros y políticos, grupos de cabildeo y contribuciones de campaña… para la destrucción del futuro de la humanidad”, me explicó el ex funcionario estadunidense y presidente de Generation Investment Management.
Un mes antes del inicio de la conferencia en materia del clima COP28 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Dubái, el ex vicepresidente advirtió que “las cartas están en contra de un resultado exitoso”, en parte debido al nombramiento de Sultan al-Jaber, director ejecutivo de Abu Dhabi National Oil Company (Adnoc), como su presidente.
Gore arremetió contra el intento de Al-Jaber, en una entrevista reciente con Financial Times, de presentar a ADNOC como un actor que desempeña un papel constructivo en la transición energética. La compañía planea un aumento importante en su producción de petróleo, señaló, mientras que los gigantes estadunidenses de energía, ExxonMobil y Chevron, acaban de anunciar adquisiciones gigantescas para turboalimentar su propia producción de combustibles fósiles.
La dirección de Al-Jaber de la COP28 y el “aumento de las apuestas” en los combustibles fósiles por parte de otras compañías de energía equivalen a que el sector de la energía se quite “el disfraz” de su poderosa y negativa influencia en la acción climática, señaló Gore.
“Revela la realidad con la que hemos estado luchando durante bastante tiempo”, dijo, y añadió: “Necesitamos que los políticos dejen de jugar a ser amigos de los jefes de las compañías de combustibles fósiles que continúan impulsando esta crisis en la dirección equivocada”.
Aun así, Gore dijo que ve algunas razones para el optimismo en el frente político, citando resultados electorales amigables con el clima en Australia y Brasil, y “el compromiso continuo, en su mayor parte, de la Unión Europea”.
En Estados Unido, dijo, la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por su sigla en inglés), que se enfoca en las energías limpias, de Joe Biden, demostró ser “un éxito aún mayor de lo que esperábamos” y está construyendo una “circunscripción política” para la transición energética al galvanizar enormes inversiones verdes en los estados conservadores.
“La buena noticia es que la voluntad política es en sí misma un recurso renovable”, indicó Gore, y agregó: “Tenemos que exigir avances y sacar del camino a estos cabilderos, empresas y políticos que están en su bolsillo”.
“Es fácil ser cínico”
Michael Regan tomó el mando de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA, por su sigla en inglés) en 2021 después de cuatro años extraordinarios para el organismo regulador bajo la administración de Donald Trump. El predecesor directo de Regan como administrador del organismo, el ex cabildero de carbón Andrew Wheeler, presidió una enorme oleada de desregulación ambiental, que puede reanudarse si un republicano derrota a Joe Biden en las elecciones presidenciales del próximo año.
Aun así, insistió Regan, “la moral está alta” en la EPA, a la que se le encomendó la tarea de implementar algunos elementos clave de la agenda verde de Joe Biden. “Contamos con personal comprometido que dijo: ‘sobrevivimos los cuatro años anteriores, con la esperanza de que esta administración sea muy agresiva, muy inteligente y muy estratégica’. Eso es lo que estamos viendo ahora”, me explicó Regan.
A la EPA se le confiaron alrededor de 100 mil millones de dólares para apoyar inversiones ambientales y de infraestructura, de los cuales 27 mil millones se van a utilizar en forma de subsidios de su nuevo Fondo de Reducción de Gases de Efecto Invernadero (GGRF, por su sigla en inglés). Como señaló recientemente un artículo de Washington Post, el organismo de protección ambiental debe desembolsar todo el dinero del GGRF antes de septiembre del próximo año.
Este plan, le sugerí a Regan, puede alarmar a la gente que desconfía de las apuestas del gobierno por la energía limpia, que han incluido los tristemente célebres préstamos de 535 millones de dólares de la administración de Barack Obama a la condenada empresa solar Solyndra.
“Es muy fácil para la oposición ser cínicos y señalar un defecto y olvidarse convenientemente de los miles de éxitos”, respondió Regan a mi propuesta.
“Esta no es la EPA del pasado”, añadió Regan. “Y ahora tenemos regulaciones, y tenemos miles de millones de dólares para invertir en tecnología para complementar esas regulaciones”.
La ambición de la administración de Joe Biden de que la EPA desempeñe un papel central en la transición energética del país se enfrenta a la oposición de la derecha y de la Suprema Corte, que el año pasado emitió un fallo de alto perfil contra el derecho de la agencia a establecer límites a nivel estatal sobre emisiones de carbono de las centrales eléctricas.
Si bien ese dictamen fue ampliamente criticado como una mala noticia para el medio ambiente, Michael Regan aseguró que la industria de la energía ya se está alejando de la generación a base de carbón incluso más rápido de lo que se habría requerido bajo la regulación prohibida. Añadió que la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos planea finalizar para la próxima primavera sus estándares de emisiones revisados para el sector de electricidad, esta vez en una forma que va a satisfacer a la Suprema Corte y a “capturar la imaginación del mercado”.
Y si bien enfatizó la voluntad del organismo ambiental de tomar medidas contra las irregularidades —en particular a través de una serie de nuevos casos criminales este año— Regan dijo que a la agencia le interesa más trabajar con las empresas para guiar sus operaciones en una dirección más ecológica.
Con los miles de millones recientemente otorgados para ser utilizados, se necesitaba “un tipo diferente de agencia”, dijo Regan, y añadió: “A medida que diseñamos nuestras regulaciones, estamos avanzando hacia el disco (de hockey), y ese disco es una oportunidad de inversión”.
Lectura inteligente
La Agencia Internacional de Energía indica que la demanda mundial de petróleo pronto alcanzará su punto máximo. Entonces, ¿por qué las grandes empresas estadunidenses están redoblando su apuesta por el sector negro? El consejo editorial de Financial Times tiene una explicación.