Altos precios de gas licuado natural en Europa alimentan los temores de una crisis de energía

FT MERCADOS

La escasez de suministro en todo el continente alimentan estos temores.

Europa obtiene más de un tercio de su suministro total de Gazprom, el proveedor de ductos con respaldo del Estado de Rusia.
David Sheppard
Ciudad de México /

Si vives en Europa, el gas natural que calienta tu casa cuesta al menos cinco veces más que hace un año. Las razones son varias: entre ellas están los terremotos en los Países Bajos, el intento de China de limpiar su aire y la política de poder del presidente ruso Vladimir Putin. 

Pero el impacto es claro. Los precios récord que pagan los proveedores en Europa y la escasez de suministro de gas en todo el continente alimentan los temores de una crisis de energía. Los hogares ya enfrentan facturas más grandes, mientras que algunas industrias comenzaron a desacelerar la producción, lo que socava el optimismo en torno a la recuperación económica pospandemia. 

Y si bien algunos en la industria de gas creen que el aumento de precios es un fenómeno temporal, provocado por disrupciones económicas debido al covid, muchos otros dicen que pone de relieve una debilidad estructural en un continente que se volvió demasiado dependiente del gas importado. “Europa tiene principalmente dos opciones para suministros adicionales de gas: Rusia o los cargamentos de gas natural licuado”, dice Tom Marzec-Manser de la consultora INCIS. 

La transición hacia una energía más limpia tuvo el efecto de aumentar la demanda de gas, a menudo considerado por la industria como un “combustible puente” a mediano plazo entre los hidrocarburos y las energías renovables. Pero el objetivo a largo plazo de crear economías de cero neto también socavó la disposición de los inversores a meter dinero en el desarrollo de suministros de un combustible fósil que, según ellos, podría ser en gran medida obsoleto en 30 años. Mientras tanto, los suministros de gas de Europa a nivel interno disminuyeron 30 por ciento en la última década. 

El Dato...

30 por ciento

De los suministros de gas de Europa disminuyeron en la última década

Se puede decir que los intentos de la Unión Europea de convertirse en un líder global en materia del cambio climático genero cambios más amplios del mercado. Presionaron a las economías de alto crecimiento de Asia a alejarse del carbón, solo para encontrar que países como China e India ahora compiten por los mismos suministros de gas natural licuado (GNL)

“Cada año, China conecta hasta 15 millones de hogares en sus ciudades costeras a la red de gas, eso es como agregar una demanda equivalente a la de Holanda y Bélgica cada año”, dice Henning Gloystein de la consultora Eurasia Group. “Entonces, cuando hace frío en China, el precio del gas sube en Reino Unido y Alemania”. 

Los gobiernos europeos sostienen que los precios “volátiles” del gas refuerzan la necesidad de acelerar las acciones hacia las energías renovables. “Algunas personas tratan de presentar esto como la primera crisis de la transición energética”, dice Fatih Birol, director de la Agencia Internacional de Energía (AIE). 

La reserva de suministros se seca 

El consumo mundial de petróleo se mantiene relativamente estable durante todo el año con solo pequeñas fluctuaciones entre las estaciones. Sin embargo, la demanda del gas es más fuerte cada invierno debido a su papel en la calefacción doméstica. 

Si bien existe una carga base (mínima) de demanda de gas durante todo el año de la generación de electricidad y la industria, los picos de invierno pueden ser mucho más altos en todo el hemisferio norte. Alrededor de 40 por ciento del consumo total de gas en el Reino Unido se destina directamente a calentar los hogares. 


La industria maneja estos ciclos de diversas maneras. La principal es el almacenamiento: bombear gas bajo tierra durante los meses de verano, que son de baja demanda, que después se puede activar cuando el clima se vuelve frío. La otra es el acceso a suministros alternativos que pueden aumentar o reducir según sea necesario. Sin embargo, uno de los grandes problemas a los que se enfrenta Europa es que las principales fuentes de estos suministros no funcionan como antes, lo que crea condiciones para que los precios del gas sean más volátiles. 

El yacimiento de gas más grande de Europa, Groningen, en los Países Bajos, se diseñó para ser un importante proveedor de refuerzo, con producción que se aumenta o se reduce para equilibrar la oferta con la demanda. Pero Groningen se ha convertido en un lastre para el gobierno holandés. A medida que sus enormes suministros se agotaron, se desencadenaron pequeños terremotos en los alrededores, que causaron daños a hogares y negocios. Se tomó la decisión de cerrarlo, y el yacimiento ahora produce tres cuartas partes menos que en 2018. 

La buena noticia para Europa es que tiene más capacidad de importación de GNL que cualquier otra región. Y la mala es que la demanda asiática de gas creció muy rápidamente, expandiéndose 50 por ciento durante la última década, encabezada por el consumo de China que se triplicó, por lo que los cargamentos de GNL se han vuelto mucho más difíciles de asegurar en 2021. 

El Dato...

40 por ciento

Del consumo total de gas en el Reino Unido se destina directamente a calentar los hogares

La ruleta rusa energética 

Podría decirse que el factor más importante en todo esto es Rusia. Europa obtiene más de un tercio de su suministro total de gas de Gazprom, el proveedor de ductos con respaldo del Estado de Rusia. 

Los críticos suelen presentar a la Unión Europea como vulnerable a su dependencia del suministro de gas ruso. Pero la relación es más compleja. Europa presiona inicialmente para que Rusia se alejara de los contratos a largo plazo vinculados a los precios del petróleo, una medida que creó indirectamente un sistema de precios que reflejaba mejor la dinámica del mercado del gas. 

Sin embargo, este año se puso en duda la confiabilidad de Gazprom. Un largo invierno 2020-2021 significó que las instalaciones de almacenamiento tanto en Rusia como en Europa se drenaron hasta llegar a niveles bajos. 

La industria del gas está muy dividida sobre si Rusia está jugando con los suministros. En un campo, los analistas argumentan que Moscú tuvo que dar prioridad a llenar sus propias instalaciones de almacenamiento y que el consumo interno aumentó en los últimos años, con lo que quedó con menos gas para exportar. 

Otros sospechan que si bien hay elementos de que Rusia se enfrenta a desafíos para impulsar los suministros a Europa, también hay cierto grado de oportunismo por parte de Gazprom, tanto para aumentar el precio del gas como para promover las ambiciones políticas de Moscú. 

Esto significa que las tres principales fuentes europeas de suministros de refuerzo se volvieron mucho más precarias al mismo tiempo. 

Europa puede enfrentarse a una competencia aún más a largo plazo por el suministro de gas. Rusia comenzó a abastecer gas a China a través del ducto Power of Siberia hace dos años, pero se alimenta de yacimientos que nunca se han utilizado para abastecer a Europa. Gazprom ahora evalúa la construcción de Power of Siberia 2, un ducto que conectaría los yacimientos en el oeste de Siberia, que abastecen a Europa, con China para 2030. 


La confianza de los inversores 

A pesar del impulso a corto plazo de los flujos de efectivo y los precios de las acciones, la industria del gas en general no le ha dado la bienvenida de manera uniforme a los precios récord. “No es ‘bueno para el gas’ que los precios sean tan altos”, dice Paddy Blewer de la International Gas Union. 

La preocupación de la industria es que, aunque todavía espera actuar como combustible puente durante la transición energética, los recientes aumentos de precios la dejaron asediada por todos lados. Los ejecutivos del sector del gas señalan a Estados Unidos, donde la industria del esquisto redujo drásticamente el consumo de carbón, lo que provocó una fuerte caída de las emisiones y precios récord al carbono en Europa, que tienen el potencial de hacer lo mismo. 

La esperanza es que si la industria hace frente a las emisiones de metano —un gas de efecto invernadero aún más potente—, como se han comprometido muchas empresas, todavía pueda desempeñar un papel. Pero la International Gas Union quiere que los gobiernos piensen más en las políticas, que creen que han dañado la capacidad de la industria para mantener al mundo bien abastecido. 

“Queremos reducir las emisiones, pero la electrificación no se ha movido lo suficientemente rápido como para decir que ya no necesitamos hidrocarburos, por lo que se debe reconocer el papel que puede desempeñar el gas”, dice Paddy Blewer de la International Gas Union. 

A largo plazo, es fundamental reducir la demanda y encontrar alternativas. Aún no se comprueba si los desarrollos renovables tendrán la capacidad para estabilizar los precios mundiales de la energía si el suministro de gas se mantiene escaso. 

Birol insta a los gobiernos a mantener el rumbo y aprovechar el momento para solidificar los planes para descarbonizar rápidamente, incluso si necesitan encontrar formas de proteger a los votantes de todo el aumento del precio del gas.


srgs

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