La inflación de Estados Unidos subió de manera inesperada hasta 3.2 por ciento el mes pasado, lo que pone de relieve el reto al que se enfrenta la Reserva Federal en la “recta final” de su lucha contra los aumentos de precios.
Los economistas encuestados por Bloomberg esperaban que la inflación anual se mantuviera sin cambios desde la tasa de enero de 3.1 por ciento, pero el aumento, que en gran medida se debe a los servicios como los seguros de vehículos y salud, activó alertas de que la Fed tal vez tenga que esperar más tiempo para recortar las tasas de interés de su máximo actual de 23 años.
“Estas cifras de inflación presagian que a la Fed le espera un periodo más complicado”, dijo Edward Prasad, profesor de la Universidad de Cornell.
“Aunque la economía estadunidense ha resistido bien hasta ahora, existe el riesgo de que la inflación persistente y la respuesta de la Fed puedan convertir un escenario de aterrizaje suave en uno de estanflación suave”, añadió.
Las cifras van a desempeñar un papel importante en la reflexión que haga la Fed cuando publique nuevas proyecciones la próxima semana sobre cuántos recortes espera para 2024. También se espera que la reunión del 20 de marzo mantenga las tasas entre 5.25 y 5.5 por ciento.
Diane Swonk, economista jefe de KPMG US, sugirió que los datos de inflación reforzarán la determinación de los halcones (los funcionarios de línea dura) del banco central que quieren mantener las tasas más altas por más tiempo para que la inflación vuelva a su objetivo de 2 por ciento. “Va a ser una reunión de marzo muy intensa”, dijo.
Actualmente, el banco central planea reducir las tasas tres veces este año. Los mercados esperan tres o cuatro recortes este año, a partir de junio o julio.
Los movimientos de las tasas y la inflación son una preocupación clave para el presidente Joe Biden, quien busca hacer de su manejo de la economía una pieza central de su campaña contra Donald Trump, con el que va rezagado en las encuestas antes de las elecciones de noviembre.
El presidente criticó a los republicanos por “no tener ningún plan para reducir los costos”, destacando su propia promesa de hacer frente a las tarifas abusivas de las empresas.
Los precios de los bonos del gobierno cayeron ligeramente a medida que los inversionistas ajustaban sus apuestas sobre en qué momento llegarán los recortes de las tasas. Los rendimientos de los bonos del Tesoro a dos años, que a menudo siguen las expectativas de tasas y se mueven inversamente a los precios, subieron 0.06 puntos porcentuales, para ubicarse en 4.6 por ciento.
El rendimiento del bono de referencia a 10 años también sumó 0.05 puntos porcentuales hasta llegar a 4.15 por ciento.
Un índice que le da seguimiento al dólar frente a una canasta de otras seis monedas subió 0.2 por ciento en el día.
Las acciones estadunidenses terminaron al alza. El S&P 500 subió 1.1 por ciento, con lo que alcanzó un cierre récord, y el Nasdaq Composite, de gran carga tecnológica, ganó 1.5 por ciento.
“Es sorprendente que no hayamos visto una reacción más negativa”, dijo Tim Murray, del gestor de activos T Rowe Price. “Esta recta final de inflación —pasar de 3 a 2 por ciento— será difícil. Mucho más que pasar de 9 a 3 por ciento”.
Las cifras del índice de precios al consumidor de la Oficina de Estadísticas Laborales mostraron una inflación subyacente, que excluye alimentos y energía, de 3.8 por ciento, en comparación con el 3.9 por ciento de enero.