Los precios de la energía en ambos lados del Atlántico comenzaron el nuevo año con fuertes caídas, debido al cálido clima en invierno y a la preocupación por el peso que pueda tener la economía mundial en el mercado.
Las caídas contrastan con lo que ocurrió a principios del año pasado, cuando la invasión de Rusia a Ucrania en febrero desató la preocupación y disparó los precios. El gas natural europeo había sido un foco de especial atención después de que Rusia cortó casi todos sus envíos a la región a través de los gasoductos.
Los precios del TTF holandés, el contrato europeo de gas de referencia, cayeron ayer más de 10 por ciento, hasta 64.20 euros por megavatio hora (MWh), el nivel más bajo desde noviembre de 2021. Alcanzó un máximo de más de 340 euros/MWh en agosto pasado.
La venta de gas se produjo en medio de una caída más amplia en los mercados de energía, con el Brent, la referencia internacional del crudo, que registró una caída de casi 5 por ciento en las operaciones intradía de ayer, a alrededor de 78.40 dólares por barril, en medio de temores de una desaceleración económica mundial y la débil demanda de petróleo en China. Los precios del petróleo en Estados Unidos bajaron una cantidad similar, a alrededor de 73.40 dólares.
La caída del TTF en los últimos días sugiere que el mercado “confía en que, en caso de que se materialice otra ola de frío en los próximos meses, hay suficiente gas para pasar el invierno”, dijo Tom Marzec-Manser, principal analista de gas de Europa de ICIS. “La preocupación que pudimos tener en agosto de que Europa fuera a terminar el invierno con un almacenamiento de gas extremadamente bajo empieza a disiparse”, añadió.
Esta caída se produce en un momento en el que los informes económicos muestran que la inflación de los precios al consumo empezó a suavizarse en los principales países europeos, entre ellos Alemania y Francia, a finales del año pasado.
Los precios del gas en EU, que se mantuvieron¡ mucho más baratos que en Europa gracias al aumento de la oferta de gas de esquisto en el último año, también se desplomaron en los últimos días, ya que una brutal helada en todo el país dio paso a un clima más cálido de lo esperado, lo que afectó a la demanda de calefacción.
El Henry Hub, referencia estadunidense, esta semana cotizó en torno a 4 dólares por millón de unidades térmicas británicas (13 euros/MWh), cerca de su precio más bajo en casi un año y 40 por ciento más barato que su nivel de mediados de diciembre. Ayer registró una recuperación parcial después de caer 11 por ciento el martes.
La lenta puesta en marcha de Freeport LNG, una enorme instalación de exportación en el Golfo de México, también eliminó del mercado a un gran consumidor de gas, lo que representa otro viento en contra para los precios estadunidenses. El mes pasado, la compañía volvió a retrasar el reinicio de la planta, que quedó dañada en un incendio el verano pasado, hasta “la segunda quincena de enero”.
Las exportaciones estadunidenses de gas natural se dispararon el año pasado, cuando los compradores europeos se apresuraron a sustituir el combustible ruso por suministros procedentes de EU, lo que contribuyó a elevar los precios del Henry Hub a un máximo de 14 años de casi 10 dólares por unidad térmica británica en agosto, pero los envíos se acercan ahora al máximo y no hay nuevas plantas que vayan a empezar a producir este año.
El uso que Moscú le dio al gas como un arma durante el verano llevó a la Unión Europea a aplicar una serie de medidas, como el almacenamiento obligatorio de gas y objetivos de reducción del consumo, que ayudaron a Europa a llenar sus instalaciones de almacenamiento de gas hasta más de 95 por ciento de su capacidad a mediados de noviembre.
Aunque históricamente diciembre ha sido un mes en el que los niveles europeos de almacenamiento de gas descienden debido a la mayor demanda de calefacción, este año, desde Nochebuena, Europa en gran medida ha enviado más gas a sus instalaciones de almacenamiento.
Según el organismo del sector Gas Infrastructure Europe, las instalaciones de almacenamiento estaban llenas en 83.37 por ciento a finales de diciembre, 30 por ciento más que en 2021 y más de 10 por ciento por encima del promedio de los cinco años anteriores.
Si Europa sigue importando niveles récord de gas natural y la demanda se mantiene contenida, terminando este invierno con niveles de almacenamiento por encima de 35 por ciento de capacidad, un promedio de cinco años entre 2016 y 2020 “parece posible”, dijo Marzec-Manser.
Aunque es probable que este invierno se logró evitar que se produjera una crisis europea de gas en toda regla, los participantes en el mercado siguen preocupados por 2023, ya que los precios futuros del gas TTF para el cuarto trimestre de este año y el primer trimestre de 2024 se encuentran a más de 10 euros por encima de los actuales.
A los comercializadores les preocupa que Europa tenga dificultades para acceder a la misma cantidad de gas natural a medida que la economía china se reabra después de poner fin a sus políticas de “covid cero”, y los cargamentos marítimos sean el principal sustituto de los suministros rusos que en su día llegaron a satisfacer hasta 40 por ciento de la demanda de la Unión Europea.
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